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Rueda en la distancia corta: bici y cañas antes que un gran restaurante

Sus amigos retratan al futuro presidente gallego: entusiasta de la vida activa que “gana” en el trato más personal

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Alfonso Rueda, en el Obradoiro en 2002 y haciendo el Camino (segundo por la izquierda) en los años noventa Xoán Álvarez / FDV

“En un negocio pequeño como éste los clientes que llevan mucho tiempo viniendo son amigos, entonces tenemos mucha confianza con él”, explica Adrián González desde la barra del bar Canón de Pau, donde desayuna a diario Alfonso Rueda. Es uno de los allegados que traza un perfil de cliente “normal”, la palabra más repetida por los amigos y colaboradores cuando se les pregunta por el primer pontevedrés que será presidente de la Xunta.

Canón de Pau abrió en la plaza de Barcelos, en las inmediaciones de la vivienda de Rueda, en el año 1984. Es un bar familiar que el político frecuenta “desde siempre, no sabría decir los años. Suele venir a desayunar, con su equipo o solo”, detalla Adrián González, “y normalmente también viene después de trabajar. Incluso a veces si está la puerta cerrada llama para tomar algo, porque es de la casa”.

Entre los colaboradores que lo acompañan en estos desayunos, (en los que siempre pide café con leche templado) el presidente del PP local, Rafa Domínguez, que conoció a Alfonso Rueda “en 2014, cuando entré más en la política activa, aunque ya conocía a su familia”, señala. Si tuviese que destacar una característica de él diría “sobre todo, que es una persona muy normal, humana, exigente, pero muy normal, con la que un día podrías estar tomando un vino en un furancho”. Y es que, explica, “le gusta la gente, tanto como la vida activa”.

Es el mismo mensaje que repiten otros de sus colaboradores “no es de rollo PTV”, trasladan a FARO, “nunca ha participado en camarillas porque no va con él. Es que es muy normal, si tiene que elegir no escoge el gran restaurante sino el pincho de tortilla y la caña de 1906”.

Tras su apretada agenda política, frecuenta locales cercanos a su casa (la cafetería Don José, la panadería Xeve...) y también varios situados en las inmediaciones del Concello, como La Cata. En esas reuniones “le gusta bromear y, sobre todo, te das cuenta de que está muy atento a todo lo que sucede alrededor y presta atención, tiene mucha capacidad de escucha y le interesa mucho lo que pasa en Pontevedra”.

En los últimos años se ha convertido en asiduo de las rutas y carreras Cedida

El deporte es la gran afición de Rueda y la principal excusa (con perdón de las cañas) para quedar con los amigos. Es el caso del concejal Pablo Fernández, que reconoce que en su primer contacto con el futuro presidente gallego le daba la impresión de distante.

Fue en el año 2010, “cuando entré en el partido, estaba impresionado porque estás hablando con el vicepresidente”, explica, “pero después comprobé que es una persona cercana, humilde. Lo cierto es que gana mucho en la distancia corta”.

Siempre que se lo permite la agenda sale a correr a las 7.15 de la mañana por paseos o espacios naturales de la Boa Vila. Sus acompañantes en estas salidas (entre ellos, el fiscal jefe de la Audiencia de Pontevedra, Juan Carlos Aladro) detallan que “le gusta superarse, es competitivo” y ha convertido al deporte, especialmente el running y la bici, en su gran vía de escape del trabajo.

Cuenta con un grupo de amigos con los que sale habitualmente con las bicis de carretera y montaña, pero “nunca desconecta”, explica Pablo Fernández, que ha sido testigo de como durante una carrera matutina “ha parado unos minutos para contestar un wasap o una llamada. Siempre está trabajando, es algo que me parece también muy reseñable de él”.

Una cerveza con los colaboradores

Alfonso Rueda nació el 8 de julio de 1968 en el extinto sanatorio Santa Rita. Estudió en los colegios Sagrado Corazón de Placeres, Hermanitas de las Discípulas de Jesús (actual Elcano), Paúles de Marín y el instituto Valle Inclán antes de cursar la licenciatura de Derecho en Santiago. De pequeño no era el entusiasta deportista en el que se ha convertido. Si acaso, algún partido ocasional.

La que sí fue muy precoz es su vocación política, desoyendo el consejo de su padre, también político, José Antonio Rueda Crespo, y en 1993, con solo 25 años, ya era presidente de Nuevas Generaciones de Pontevedra.

Es de los que disfruta de una caña bien tirada. Sus amigos más cercanos hablan siempre del mismo plan de ocio: carrera a pie o en bici y, después, una parada en el bar para reponer fuerzas y charlar. En esos momentos, indica Pablo Fernández, “se te olvida que estás con el futuro presidente de la Xunta, porque le gusta lo que a todo el mundo: una cerveza, las tapas y bromear”.

Marido de una profesional de la banca, Marta Coloret, y padre de dos adolescentes (sus hijas Marta y Beatriz tienen en estos momentos 19 y 17 años) Alfonso Rueda lamenta en la intimidad que no dedica el tiempo que desearía a la familia. Lo reconoce Rafa Domínguez, que apunta a que “siempre repite que la política son demasiadas horas, que pierdes tiempo para dar a la familia”.

Consciente de la pérdida, sus amigos aseguran que “aprovecha cualquier hueco para estar con ellas” (su mujer y sus hijas) “porque sabe que está muy centrado en el trabajo”. Por alguna razón, recuerdan, va a llegar a presidente de la Xunta.

Abrazando a Feijóo en su despedida

Despedida con el reto de lograr una “marca propia”

La despedida de Alberto Núñez Feijóo abre la puerta a que en pocos días se celebre en el pazo do Hórreo, sede del Parlamento gallego, el debate y la votación de investidura de Rueda. Ésta encara la nueva etapa con vocación de continuidad y el reto de hallar una “marca propia”.

Javier Domínguez, actual presidente de Sogama, Alfonso Rueda, el procurador Carlos Vila y el empresario Ricardo Varela en el Camino en los años noventa . CEDIDA

Impuntual y enamorado del Camino de Santiago

El futuro sexto presidente de la Xunta ha hecho varias veces el Camino de Santiago, una ruta que conoce bien desde hace décadas, como explica el procurador Carlos Vila, uno de sus íntimos y padrino de una de las hijas de Rueda. “Le encanta la ruta jacobea”, destaca, de la que ha realizado múltiples etapas caminando y en bici.

Es uno de los pontevedreses que retrata en general a un enamorado de la vida activa y también de los animales. La muerte en los años noventa de la mascota que había comprado su padre, el labrador Tau, lo entristeció profundamente.

“Lo conozco desde la infancia y es muy inteligente y amigo de sus amigos”, señala el procurador.

Comprensiblemente, sus amigos le reconocen escasos defectos. Entre los pocos, la impuntualidad, que viene de largo: en su boda sus allegados bromeaban con si llegaría más tarde que la novia, “pero al final cumplió y fue puntual”, explican.

Lo corrobora Rafa Domínguez. “Es el único defecto que tiene Alfonso, que llega siempre 10 minutos tarde. La primera vez que quedé con él llegué diez minutos antes y él diez minutos tarde. Me tuvo esperando 20 minutos a las 7 de la mañana para ir a correr. Cogí un catarro y le eché la culpa a él”.

“La única vez que fui yo quien llegué tarde”, añade entre risas, “él había llegado puntual, con lo cual le sentó fatal”.

Caminata con Rajoy y José Benito Suárez. @AlfonsoRuedaGal

“Tiene ideas claras y ejecuta muy rápido; es un político a copiar”

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“Tiene todas las cualidades para hacerlo muy bien en la Xunta”, señala el analista político Javier Sánchez de Dios, amigo de la familia Rueda Valenzuela. “Fui muy amigo de su padre”, recuerda, “y estoy convencido de que de casta le viene. Reúne como decía todos los requisitos: es honesto, leal y tiene gran experiencia de gobierno. Además, es un especialista en Derecho Administrativo”.

Su papel hasta este momento ha sido gris “dado el gran liderazgo y control del partido realizado por Feijóo, superior incluso al de Fraga”, observa el periodista, convencido de que en esta nueva etapa Rueda hará una política “con cierta continuidad pero con fisonomía propia”.

El presidente de la Autoridad Portuaria y compañero de caminatas traza el perfil de “un hombre sumamente disciplinado y trabajador”

También lo conoce desde joven el que hoy es uno de sus más asiduos acompañantes en las caminatas, el presidente de la Autoridad Portuaria de Marín-Pontevedra José Benito Suárez, marido de la exministra Ana Pastor. Coincidieron por primera vez en 1995 “en mi primera etapa como concejal”, detalla, “él era muy joven”.

Empezaron a salir a correr y tras décadas coincidiendo con Rueda incide en que “es sumamente disciplinado, responsable y trabajador, algo que también lo dice la gente que lo conoció siendo niño”.

Después de varias salidas Alfonso Rueda sugirió cambiar el running por la bici. Esa mañana José Benito Suárez se presentó con su bicicleta “y Alfonso no traía nada. Me explicó que mejor que yo usase la bici y él iría corriendo, para que pudiésemos ir acompasados y seguirle el ritmo. Me pareció una forma sutil de sugerirme que yo no estaba en tan buena forma o, peor, que era mayor”, explica divertido.

Especialmente, José Benito Suárez destaca que “me fijé en él porque es muy ejecutivo, va a temas muy concretos y no pierde el tiempo divagando. Tiene ideas claras y ejecuta muy rápido, es de los políticos a copiar”.

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