Una de las jornadas que se preveía históricas para el Marín Futsal en su estreno esta temporada en la Primera RFEF Femenina, con la visita a A Raña del mejor equipo del mundo, el Pescados Rubén Burela, acabó tornándose en esperpento. El conjunto marinense, plagado con bajas a causa de varias lesiones y un brote de coronavirus, se ha visto obligado por la Federación Española de Fútbol a disputar el encuentro pese a solo tener tres jugadoras activas: Café, Pau y María León.

En la mañana previa al partido, el club local emitió un comunicado, en el que anunció que las numerosas bajas lo forzaron a pedir un aplazamiento, decisión que el Burela aceptó, pero no así la Federación.

"Queremos manifestar que, por encima de cualquier partido o competición, para nosotros siempre será prioritario proteger la salud e integridad física de las personas que componen nuestro club", señaló el Marín Futsal en Twitter.

El partido se disputó en el horario previsto, a las 17.00 horas, y con Marín saliendo al campo con la cierre Café como portera y María León y Pau como jugadoras de campo.

Después de tres minutos y 47 segundos de juego, en los que el Burela anotó un gol y el Marín despejó los balones que pudo, María León se fue al suelo, doliéndose de una pierna e incapaz de continuar jugando, por lo que los colegiados del encuentro dieron el pitido final, decretando la finalización del partido.

Acto seguido, las jugadoras del Burela se dividieron en dos equipos y llevaron a cabo una sesión de entrenamiento en el Pavillón de A Raña.

Tras la disputa del encuentro, Julio Delgado, preparador del Burela, declaró que la situación se debió a "circunstancias de esta pandemia que están pasando".

"La Federación no dio el consentimiento para suspenderlo y tuvimos que desplazarnos para jugar", comentó.