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Un documental para retratar la cultura de la muerte

Expertos y testimonios abordan el proceso del duelo y la relación con los difuntos en el audiovisual “A parroquia do Alén”

Grabación del documental en San Cibrán. | // AB ORIGINE ANTROPOLOXÍA

Augurios de muerte, fallecimientos, velatorios, campanas que repican para anunciar el sexo y la edad del difunto... Los gallegos hemos tenido siempre una estrechísima relación con la muerte, que nos brindaba ritos “y mecanismos de gestión del duelo que hoy se están perdiendo”, lamenta el antropólogo Rafael Quintía.

Éste dirige el documental “A parroquia do Alén”, que se presentó ayer en el centro de la UNED en un acto en el que también participaron el secretario xeral de Política Lingüística, Valentín García Gómez, y el productor del audiovisual, Valentín G. Bóveda.

El documental se grabó el pasado año y se presentó ayer en el centro de la UNED en un acto en el que también participaron el secretario xeral de Política Lingüística, Valentín García Gómez, y el productor del audiovisual, Valentín G. Bóveda

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El filme se grabó durante el pasado año y también hace uso de “material anterior, trabajamos desde la perspectiva de la antropología visual”, indica el director en alusión a la empresa AB Origine Antropoloxía, que se propuso “realizar un recorrido por las diferentes creencias, tradiciones y ritos que dan forma a nuestra particular forma de relacionarnos con la muerte y los difuntos”.

Para ello se convocó a testigos y profesionales de distintos puntos de Galicia, con un doble discurso: el de los expertos y el de los que aportan su propio relato sobre algún aspecto vinculado a nuestra cultura de la muerte.

Ésta es “uno de los aspectos más destacados e identitarios de la cultura y de la sociedad tradicional gallega: su modo de relacionarse con la muerte, de integrarla en su vida”. También alude a “la simbiosis de ayuda mutua que se establece entre la parroquia de los vivos y la de los difuntos”.

Reflexionan en el documental especialistas forenses, psicólogos que analizan “como la muerte se enfoca hoy como un drama”, recuerda el director de “A parroquia do Alén”. Asimismo, antropólogos e historiadores completan este recorrido a cargo de expertos

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Y es que los gallegos tenemos dos aldeas: una en la que residimos de vivos y otra a la que nos trasladamos al morir, donde nos esperan nuestros difuntos para vivir por la eternidad.

Sobre estos temas reflexionan en el documental especialistas forenses, psicólogos que analizan “como la muerte se enfoca hoy como un drama”, recuerda el director de “A parroquia do Alén”. Asimismo, antropólogos e historiadores completan este recorrido a cargo de expertos.

En paralelo, el audiovisual documenta mediante testimonios esta cultura de la muerte “en constante cambio”, recuerda Rafael Quintía, y que desaparece progresivamente para invisibilizar cada vez más este tránsito.

Un patrón de pesca, que traslada como los marineros se enfrentan a la posibilidad real de morir en cada campaña, es uno de los testimonios recabados para el documental. Con él, “personas de diferentes edades que trasladan sus experiencias, percepciones y testimonios”, por ejemplo de cómo eran antes los funerales.

La muerte casi nunca acontecía en presencia del médico. Una vez confirmada, las tradiciones y rituales que seguían en las siguientes horas y días suponían para la familia un gran aporte afectivo y de respaldo. Eran prácticas extremadamente humanas y afectuosas, encaminadas a aliviar en la medida de lo posible el dolor y también hacían más fuertes los lazos entre los integrantes de la parroquia.

Esta cultura engloba ritos que fueron tantas veces tachados de prácticas supersticiosas, cuando en realidad ponían de manifiesto un sistema social cohesionado en el que funcionaba la colaboración y la ayuda mutua hasta el final

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Por otra parte, antropólogos de referencia como Vicente Risco dejan claro que en la Galicia tradicional la muerte “no es, desde luego, cosa buena, pero tampoco es cosa a la que se tema mucho”.

Lo que se desea en cualquier caso es que sea “una buena muerte, con consciencia y los sacramentos todos; lo contrario de morrer coma un can”.

Son diferentes componentes de la cultura de la muerte que va recorriendo “A parroquia do Alén” y que fueron tantas veces tachadas de prácticas supersticiosas, cuando en realidad ponían de manifiesto un sistema social cohesionado en el que funcionaba la colaboración y la ayuda mutua hasta el final. También en nuestro último traslado a la aldea de los muertos.

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