Manejar las emociones no es negarlas o reprimirlas, sino ser capaz de gestionarlas y, llegado el caso, transformarlas en positivas para que nos puedan ayudar en nuestro camino. Es uno de los temas que se abordó ayer en el encuentro “O que nos ensinan as emocións para vivir mellor” que celebró Afundación en el Café Moderno.
Dos especialistas en psicología gerontológica de Matia Instituto, Pura Díaz-Veiga y Sara Marsillas, abordaron en este encuentro la importancia de identificar y gestionar esas sensaciones como un medio para mejorar nuestra salud emocional y física, muy especialmente a medida que cumplimos años.
Dos especialistas en psicología gerontológica de Matia Instituto, Pura Díaz-Veiga y Sara Marsillas, abordaron en este encuentro la importancia de identificar y gestionar esas sensaciones como un medio para mejorar nuestra salud emocional y física
La charla, vinculada al programa “Coñecendo as emocións” que se celebra en los espacios +60 Afundación, buscaba hacer hincapié en que “en el propio proceso de envejecimiento, la esfera emocional supone uno de los principales recursos para una buena vida”, recuerda la organización, “y es por eso que prestar atención a lo que se siente resulta tan esencial como revisar periódicamente la salud, hacer ejercicio físico o relacionarse con personas de manera positiva”.
Las expertas abordaron la importancia de las emociones a lo largo de la vida, en especial en las edades más avanzadas, analizando sus funciones y el modo de emplearlas como recursos que mejoren la calidad de vida.
Los responsables del programa dirigido a mayores subrayan que en los últimos años “se está constatando un incremento de atención alrededor de las emociones y el funcionamiento emocional como objetos de análisis y debate por parte de muy diversos especialistas”.
"Prestar atención a lo que se siente resulta tan esencial como revisar periódicamente la salud, hacer ejercicio físico o relacionarse con personas de manera positiva”
Éstos han determinado distintos tipos de emociones (básicas o primarias, secundarias, positivas o negativas, sociales etc) que constituyen, destacan las mismas fuentes, “parte de nuestra vida. Cambian conforme pasan los años y ayudan a transitar por las diferentes etapas vitales”, de ahí que revisarlas y cuidarlas ha de ser una prioridad en nuestro día a día, semejante a una alimentación saludable o a la huida del sedentarismo.
