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Julio Villaverde González | Juez de Paz de Vilaboa

“Resolvemos asuntos como que una oveja le coma unas cuantas verduras al vecino”

“Un vecino acusó a otro de mover el marco dos metros para cogerle un eucalipto”

El nuevo juez de paz de Vilaboa, Julio Villaverde. | // GUSTAVO SANTOS

Jubilado del Ministerio de Defensa con rango de suboficial, el nuevo juez de paz de Vilaboa se estrenó ayer en el cargo. Julio Villaverde González (Vilaboa, 1948) ejerció la mayor parte de su vida laboral como responsable de personal no sanitario en la Seguridad Social, posteriormente Sergas. Durante los próximos cuatro años se encargará de dirimir pleitos de escasa envergadura entre sus vecinos. De hecho, una de las principales funciones del Juzgado de Paz –explica–, es “quitar trabajo” a los juzgados ordinarios, evitando así que lleguen a la saturada Administración de Justicia problemas que se pueden resolver “entre vecinos”.

– De militar a juez de paz.

– En realidad el Ministerio de Defensa lo dejé cuando tenía 32 años. A esa edad hice oposiciones a la Seguridad Social. Desde hace dos años estoy jubilado y ya que estoy retirado me propusieron que me presentase a juez de paz porque la plaza se quedaba vacante. Y acepté el reto. La elección se produjo en el pleno municipal del pasado 6 de diciembre.

– Supongo que sus vecinos le considerarían una persona especialmente imparcial, o conciliadora.

– Sí, supongo que soy bastante conciliador, mientras no me lleven al lado contrario, claro. (risas) Aunque bueno, este cargo en realidad te lo proponen desde el ayuntamiento. Y en cuanto a experiencia en conflictos, como estuve en el Ministerio de Defensa algo de derecho aprendimos. Pero para esto no hace falta saber derecho, hace falta que seas una persona decente y que tengas buena fama en tu comunidad. Estar jubilado y por lo tanto tener cierta madurez en la vida también es importante.

– Póngame algún ejemplo de asuntos que debe dirimir el juez de paz de Vilaboa.

– Asuntos como que una oveja se escapa a la finca del vecino y le come unas cuantas verduras. Ese pleito se debe resolver con la mediación del juez de paz sin que tenga que llegar los juzgados. Otro ejemplo: Al anterior juez de paz le tocó resolver la demanda de un vecino que acusaba a otro de mover el marco de la finca, al parecer para coger un eucalipto del colindante. Por lo visto le cambió el marco en unos dos metros. Ese tipo de cosas deben quedarse en el juzgado de paz y no llegar a otras instancias.

– ¿Con qué tipo de sanciones puede “condenar”?

– Podemos poner multas de hasta 90 euros. Si es una cuestión mayor ya tiene que ir a instancias superiores. Por ejemplo, un asunto que sucede muchas veces en el día a día de un lugar como Vilaboa es el daño que pueda causar el perro de un particular, o que el dueño no recoja los excrementos de su can. Esto sucede mucho en las Salinas do Ulló, porque vienen personas a pasear al perro, los dejan sueltos y hacen sus cosas en este espacio natural. En ese caso tenemos atribución para sancionar el dueño del animal.

– Es su primer día en la plaza. ¿Ha tenido que resolver algo ya?

– En mi primer día solo tuve que firmar un certificado de defunción, tristemente. Y por el momento solo tengo en la agenda una boda, que será en junio. Pero los asuntos vendrán sobre la marcha, día a día. Buena parte del trabajo aquí será firmar certificados de defunción, de nacimiento, fe de vida, esas cosas.

– ¿Cree que Vilaboa es un municipio especialmente conflictivo, o todo lo contrario?

– Hay de todo, como en todos los pueblos supongo. Aquí como en todas partes hay que tratar de llevar las cosas siempre por las buenas y evitar grandes enfrentamientos.

– ¿Qué tienen que hacer los vecinos que quieren que les resuelva un conflicto sin llegar al juzgado?

– Quien quiera resolver un conflicto en el juzgado de paz solo tiene que venir aquí y denunciar el problema. Estamos en el edificio del ayuntamiento pero en un departamento al margen. Aquí levantamos acta y luego si es necesario convocamos a las partes a un acto de conciliación. Tratamos de resolverlo de la mejor forma posible y si no, pues al juzgado.

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