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La práctica totalidad de la flota del fondo de la ría permanece amarrada por el paro del sector

“Estamos con ánimo y si tenemos que seguir así después del miércoles, lo haremos”, advierten las cofradías. La construcción continúa solo con actividad que no suponga el aporte de nuevo material y “tirando de stock”

La flota de bajura amarrada ayer en el puerto de Combarro. // RAFA VÁZQUEZ

La práctica totalidad de la flota pesquera del fondo de la ría de Pontevedra se ha unido al paro nacional del sector en protesta por la subida del precio del combustible. En principio será así hasta mañana miércoles, 23 de marzo, jornada en la que está prevista una reunión con el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, para buscar soluciones que alivien la situación de los trabajadores del mar. Sin embargo, si éstas no llegan, las cofradías ya advierten de que no tendrán miramientos en continuar parados a partir de esa fecha.

“Estamos todos parados. A pesar de que se dejó el lunes porque había gente que ya tenía las nasas en el mar, no fueron ni siquiera los del pulpo. Tampoco los de aparejos ni las tres barcas que tenemos a la caballa en el norte”, explica a FARO el patrón mayor de la Cofradía de Portonovo, Juan José Besada.

Confiesa que el sector está muy enfadado porque la subida del precio del carburante es inasumible.

“El sentimiento que tenemos es que nos están tomando el pelo y no nos pueden enviar a una persona sin autoridad que solo nos dice que es Europa la que va a decidir. ¿Quién puede aguantar así? Ni nosotros ni otros sectores como el del campo. Hay que dejarse de tonterías”, afirma para añadir que “estamos muy cabreados porque esto es un gasto enorme”.

En este sentido, matiza que cualquier incremento en el litro de gasoil que supere los 40 céntimos “no se puede soportar”. Y lo peor de todo, que sienten que no reciben ningún tipo de solución que viabilice la situación.

“El pescado lo come todo el mundo y en las lonjas hay pujas y van hacia abajo”, recuerda Besada.

El sector pesquero siente que le han dejado sin opciones: “Nosotros no podemos pedir, como por ejemplo, el sector de la leche, que nos paguen a partir de un precio, porque dentro del nuestro hay muchas variantes diferentes: cerco, aparejos, nasas, artes específicas, mariscadores”.

Por ello la única posibilidad es no echarse atrás con el paro. “Estamos con ánimo y si tenemos que seguir parados a partir del miércoles, lo haremos”, avanza el patrón mayor de Portonovo.

Nevera vacía en un supermercado. | // RAFA VÁZQUEZ

En el fondo de la ría puede haber alrededor de 130 barcos, confirma, por su parte, Iago Tomé, patrón mayor de Raxó. Tienen una media de entre dos o tres trabajadores por embarcación.

“Está casi todo el mundo parado, entre un 80 y un 90%”, asegura.

“Es importante conseguir un acuerdo, pero tenemos que reconocer que las esperanzas son escasas”, se lamenta.

El disparado precio del carburante les ha llevado a tomar esta medida drástica del paro de la flota, porque, tal y como explica Tomé, el consumo de gasoil depende del tipo de motor y de la clase de barco. “Los hay que pueden consumir 100 litros al día y otros que solo 10”, aclara.

En todo caso, para todos ellos si hasta ahora el carburante les suponía entre el 30 o el 40% del gasto total del barco, “ahora ya sobrepasa el 50%”.

“Se multiplicó por tres en dos meses, pero el precio del pescado es el mismo, no hay compensación posible”, subraya.

Aunque están dispuestos a cumplir con el paro hasta el final, confiesa que “estamos bajos de moral, porque estar parado supone no ingresar nada”. “Si el barco no sale, no cobran ni el armador ni los tripulantes”.

Como sí ha habido algún barco que ha salido en la ría de Pontevedra, ello conllevó también actividad en lonja. “Estamos preocupados porque no se sabe si se va a comprar lo que hay. Tenemos que pensar que los que paramos no podemos hacer el trabajo sucio a los que salieron”, considera Tomé.

Quienes también salieron a faenar fueron los mariscadores, a los que la subida del gasoil no influye del mismo modo. “Estas subidas, igual que la de la electricidad, no afectan solo a la pesca, sino a todos los ciudadanos en general”, recuerda en todo caso el patrón mayor de Raxó.

En su opinión, “el Gobierno no pone solución sobre la mesa, ni a los transportistas ni a nosotros; debería haber una huelga general ya”.

“La excusa de la guerra no nos vale. Esperamos llegar a un acuerdo el miércoles”, concluye.

Mercado de Pontevedra, ayer, lunes. | // RAFA VÁZQUEZ

Nuevo obstáculo en la construcción

Otro sector afectado de forma importante por la huelga del transporte está siendo el de la construcción, que ya estaba seriamente tocado por la falta de suministro de materiales en los meses previos.

Miguel Caruncho, presidente de la presidente de la Asociación de Constructores de Pontevedra (ACP), asegura que lo que se está haciendo es “tirar de stock” de materiales. “Solo se continúa con la actividad que no suponga el aporte de más material”, explica.

Y es que faltan hormigón, áridos, complementos, máquinas de alquiler... que dificulten el avance normal de la construcción. “Se paraliza todo”, se lamenta Caruncho.

La construcción vive momentos muy complicados: “Todos los trabajos que supongan nuevas aportaciones de material son casi imposibles. Nuestro sector no es ajeno a este tipo de huelgas”.

Y es que primero fue el aumento de precios a raíz de la crisis económica generada por la pandemia. “Durante el COVID muchas fábricas cerraron y no se producían materiales”, recuerda el presidente de la ACP.

Después tuvo lugar la escalada inflacionista, que amenazó con la paralización de la obra pública ante la imposibilidad de actualizar los precios fijados en los contratos. Finalmente, esta cuestión quedó resuelta con la aprobación de un real decreto ley de medidas excepcionales en materia de revisión de precios en los contratos públicos de obras y con el reequilibrio de hasta el 20% de los contratos en 2021.

Y ahora están sufriendo el impacto de la guerra de Ucrania, con nueva subida de precios y los problemas derivados del abastecimiento, así como de la huelga de transporte.

Alimentación

También en la alimentación sigue siendo patente el efecto de la huelga de los transportistas. En los supermercados de la comarca las estanterías vacías y la falta de determinados productos ya son algo habitual. Es el caso del aceite de girasol, difícil de encontrar en los expositores, y de determinadas marcas de leche y otros productos lácteos. La jornada de ayer permitió, en todo caso, más movimiento en la descarga en los establecimientos, ya que los transportistas y piquetes se encontraban en las marchas que se celebraron en Vigo, Santiago de Compostela y A Coruña.

Se espera, asimismo, que hoy martes los efectos del paro de la flota sean evidentes en la Plaza de Abastos de Pontevedra, que básicamente compra en las lonjas de las rías de Pontevedra y Arousa.


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