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Madre e hija, mano a mano por un futuro laboral entre motores

Carmen González y Yanire Ubeira estudian en Sanxenxo un ciclo de Automoción que se caracteriza por la integración de la mujer

Yanire (izquierda) y Carmen (derecha) inspeccionan un motor. GUSTAVO SANTOS

El Día da Muller, se celebra mañana martes, 8 de marzo, con actividades en toda la comarca, si bien la programación ya comenzó este fin de semana en numerosas localidades. En Pontevedra, hoy lunes se despliega una pancarta en la Casa Consistorial de la Plaza de España y mañana hay una marcha del Colectivo Feminista de la ciudad.

Por su parte el IES de Vilalonga en Sanxenxo impulsa, junto al IES Fermín Bouza Brey (Vilagarcía), un programa conjunto de integración de la mujer en el ámbito formativo de la automoción, con la colaboración de la Xunta. El objetivo principal, afirman desde el centro, es promover, a través de la Formación Profesional, la igualdad en el sector y visibilizar las oportunidades de empleabilidad que hay para personas de ambos sexos.

Carmen y Yanire vislumbran un futuro muy próximo al mantenimiento de automóviles, contando con la oportunidad de que su pasión se pueda convertir en su futuro laboral

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Liderando el programa se encuentra Rafael Domínguez, profesor de automoción de este centro educativo de Sanxenxo, que reconoce que acciones como estas sirven para dar a conocer y ampliar la visibilidad del sector, mucho más adaptado a las nuevas tecnologías de lo que se cree.

“Hay bastante desconocimiento por parte del alumnado, que no sabe que muchas tareas que se realizan sin tocar herramientas llenas de grasa”, comenta Domínguez, en referencia a labores más técnicas, como la diagnosis. En su opinión, la mecánica “ha evolucionado y es mucho más moderna, con trabajos que no son los que se hacían hace 30 años”.

En el marco de esta actividad, dos alumnas del ciclo medio de Electromecánica de Vehículos, Carmen González y Yanire Ubeira, madre e hija, encabezan en el instituto sanxenxino este programa especial, en el que presentan su proyecto Innova FurgoLonga con la intención de “promover un proyecto vital libre de estereotipos” y alcanzar “una presencia permanente y continuada de referentes profesionales femeninos en el centro y la comunidad”.

Madre e hija son las abanderadas de esta actividad, cuyo objetivo es fomentar la matriculación y el acceso de la mujer a profesiones masculinizadas. En ese sentido, ambas asumen su cometido con la misma naturalidad con la que se apuntaron al ciclo hace ya casi dos años. “A las dos nos encanta la mecánica y decidimos meternos porque era una ilusión que teníamos desde siempre”, contextualiza González.

Para ambas, la integración en el ámbito escolar fue, simplemente, coser y cantar, y el aprendizaje –actualmente ambas están en su segundo curso– fue mucho más sencillo. “La verdad es que nos integramos genial desde el principio y pronto superamos los miedos que teníamos. Nos apoyamos entre todos con los apuntes y hay muy buen ambiente”, explica la madre, a la vez que destaca del ciclo que hay tantas cosas por aprender que se le hace corto.

“A las dos nos encanta la mecánica y decidimos meternos porque era una ilusión que teníamos desde siempre”, contextualiza González

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A su hija, Yanire, su instinto le llevó primero a cursar el FP de Peluquería y Estética, pero llegó a la conclusión de que la mecánica era su pasión. La experiencia, por ahora, ha sido muy positiva. “Me gusta mucho más que lo otro”, recuerda entre risas. “Siempre me gustó estar entre coches y conocer bien los motores”, señala esta alumna, que está, al igual que su madre, deseando poder aplicar sus conocimientos recién adquiridos en las labores más directas del mundillo del motor, como son el mantenimiento y cambio de piezas de los vehículos en taller. “Trabajar en los coches es lo que más me gusta, sin duda”, admite, sin matices, Yanire.

Las dos alumnas recuerdan con cariño hasta las asignaturas que más les costaron, que pensaban que no iban a aprobar pero que al final lograron ser capaces de sobreponerse. “Mecanizado fue muy difícil al principio, pero hasta le cogí el gusto”, rememora Carmen, al mismo tiempo que su hija, que reconocía también la dificultad que había en algunas de las tareas propias de la asignatura.

Por otro lado, madre e hija comparten su nerviosismo ante lo que está por venir: el periodo de prácticas que realizarán en talleres, donde aprenderán sobre el terreno todos los pequeños detalles del trabajo diario que se quedan en el tintero en las aulas. “Tienes el apuro de que todo esté en orden a la hora de la entrega”, señala Ubeira, “pero también de hacerlo bien a la primera, porque el cliente paga su dinero y así lo demanda”.

En el ciclo, también les han inculcado ciertas actitudes que son importantes en un aspecto fundamental de este mundillo como la atención al cliente. “Siempre nos recalcan lo importante que es el servicio al cliente y nuestra presentación de cara al público”, detalla Yanire, que no esconde sus ganas de poder aplicar todo lo aprendido en un ambiente profesional como el de un taller mecánico.

En ambos casos, tanto Carmen como Yanire vislumbran un futuro muy próximo al mantenimiento de automóviles, con las manos en la masa trabajando de primera mano en los coches, pero sobre todo, contando con la oportunidad de que su pasión se pueda convertir en su futuro laboral.

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