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María José de Pazo Hija del jefe de máquinas del "Villa de Pitanxo"

“Nunca dejaremos de luchar por la dignidad de los que están allí”

La hija del jefe de máquinas aboga por “no dejar abandonados” a los desaparecidos en Terranova

María José De Pazo, ayer en la calle Jaime Janer, cerca de su domicilio. // G. SANTOS

Para Francisco de Pazo, de 69 años, formar parte de las mareas era una pasión que iba más allá del trabajo. Dos días después del naufragio del barco en el que era jefe de máquinas, su hija, María José, con trayectoria en el mundo del mar, se ha erigido en portavoz oficiosa de las familias, en busca de respuestas ante la escasa información oficial, que llega de las instituciones a cuentagotas. Muestra su indignación horas después de conocer que las labores de rescate de los tripulantes del "Villa de Pitanxo" por parte de las autoridades canadienses habían cesado.

–¿Cómo está viviendo la situación, con las últimas noticias sobre el rescate?

–Al principio aún manteníamos cierta esperanza, pero siempre fuimos conscientes de que las condiciones eran las que eran. Nosotros nunca dejaremos de luchar por la dignidad de los que están allí, no podemos dejarles abandonados, por su propia dignidad. Mi padre no se merece que lo dejen en el mar.

–¿Cómo supo del abandono de las labores de búsqueda?

–Nos enteramos de forma no oficial del abandono definitivo de la búsqueda. Sabemos que han pasado muchas cosas, pero estamos devastados ante la falta de información que tenemos de parte de las autoridades.

Muchas de las familias no supieron hasta el último momento que venía a Marín el ministro

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–¿Y qué opina de la decisión?

–La verdad es que 37 horas para abandonar la búsqueda nos parece un plazo muy escaso. Todo el mundo se quedó de piedra, porque no avisaron a nadie.

–¿Cuál ha sido el trato que han recibido las familias durante todo este proceso tras el naufragio?

–No nos han dicho prácticamente nada, ni un grupo de whatsApp, ni un e-mail, ni nada. Que eran 24 tripulantes, no 3.000. El silencio ha sido absoluto y la organización, un despropósito. No lo entiende nadie. Todo ha sido muy caótico.

–¿A qué se refiere cuando habla de despropósito?

–A que, por ejemplo, todavía no sé cómo se produjo el accidente. Yo he hablado con los armadores y mi objetivo, ahora mismo, es que se intente buscar a los tripulantes que faltan, entre ellos a mi padre. Ellos me decían “no, es que no va a estar con vida” y para mí esa no es la cuestión. Lo que pienso es que no se deben dejar los cuerpos abandonados. Por dignidad.

–¿Cómo ha sido el trato en este sentido por parte del Gobierno central?

– Muchas de las familias no supieron hasta el último momento que venía a Marín el ministro (en referencia a Luis Planas, titular de Pesca y Alimentación). Hablamos de un tema muy serio, en el que hay vidas de por medio. Todo el mundo puede cometer errores, pero hay que estar a la altura de la situación y poner todos los medios disponibles, como embajadas, gabinetes o consulados.

De Pazo, un apasionado de los motores

–¿Cómo vivía Francisco el mundo del mar?

–Siempre disfrutó mucho de la mecánica y todo lo relacionado con los motores de los barcos, especialmente de los más grandes. Era algo que le fascinó desde siempre y por lo que se desvivía.

–¿Y por qué decidió volver al mar tras jubilarse?

–La decisión iba de la mano con su pasión por los motores y el trabajo en alta mar. Le encantaba y se animó hace un tiempo a volver.

El lunes estaba muy contento, muy animado y con ganas de trabajar

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–¿Era su primera marea tras abandonar la jubilación?

–No. Esta fue la primera después de estar un tiempo de vacaciones, pero ya se había embarcado otras veces antes de esta campaña con el Villa de Pitanxo.

–¿Qué recuerda de su última comunicación con él?

–Mi madre habló con él el lunes, yo le había hablado por última vez durante el fin de semana. El lunes estaba muy contento, muy animado y con ganas de trabajar. Dicen que otros familiares que hablaron con los tripulantes más tarde les comentaron que había mucho temporal, pero a nosotros no nos dijo nada de si hacía mal tiempo, supongo que intentaría también no preocuparnos.

–Otros tripulantes reconocían a sus familias que hizo mucho frío el lunes.

– Es cierto, eso sí que nos lo comentó. La verdad es que nos sorprendió que nos dijera eso, porque él no suele ser friolero, pero sí que mencionó que hacía mucho frío antes de salir. Le decía mi madre en la llamada “Dios mío Paco, si te quejas tú del frío, no sé cómo sería si llego a estar yo ahí”.

Empleados y autoridades del Puerto aplauden tras el minuto de silencio en recuerdo de las víctimas. | // G. S.

Minuto de silencio en el puerto marinense por el accidente

Más de cien personas se dieron cita en el Puerto de Marín para guardar un minuto de silencio en memoria de los tripulantes que naufragaron a bordo del pesquero Villa de Pitanxo, cuya base estaba en los muelles marinenses. En el acto, estuvieron presentes algunas autoridades como José Benito Suárez y Miguel Ángel Navarro, presidente y director respectivamente de la Autoridad Portuaria de Marín y Ría de Pontevedra y Juan Martín, gerente de Opromar, la Organización de Productores de Pesca Fresca del Puerto y Ría de Marín. Además, también presentaron sus respetos representantes de todos los servicios portuarios, junto con las empresas de servicio y los exportadores de pescado, y varios empleados del ámbito del puerto marinense.

Por otro lado, durante toda la jornada de ayer, también continuó el tránsito de las familias de los marineros desaparecidos en Terranova, que se desplazaron tanto a la Autoridad Portuaria de Marín como a la sede de la empresa armadora del Villa de Pitanxo, el Grupo Pesquerías Nores. En ambos lugares, la dificultad para obtener nuevas informaciones sobre el suceso fue máxima, hasta exponer sus preocupaciones a Luis Planas, ministro de Pesca y Alimentación, en una reunión mantenida en la sede de la Autoridad Portuaria.

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