La concejala de Cementerios, Carme Fouces, presidió ayer la reunión que marca el inicio de la ejecución material del proyecto “Voltar á Terra”, una iniciativa municipal que pretende habilitar una parcela para esparcir las cenizas de los fallecidos. Esta iniciativa, que va unida a un plan de ampliación del camposanto, se ideó hace varios años.

“Voltar á Terra” tiene el objetivo de atender la creciente demanda de un lugar donde esparcir las cenizas de los seres queridos y realizar una despedida civil de una manera digna y diferente. La propuesta técnica actúa en un solar 5.800 metros cuadrados en el cementerio de San Amaro, con la creación de una gran pradera para esparcir las cenizas, pero también con la instalación de columbarios y sepulturas para urnas funerarias en las que se podrán coloca placas en memoria de los fallecidos. Está prevista la instalación de 1.083 columbarios y sepulturas. El conjunto laico se completa con un edificio en el que se podrán realizar las ceremonias de despedida.

Primero, el edificio

Las obras se ejecutarán por fases. En el plazo de dos semanas comenzará la primera, que actuará sobre 2.500 metros cuadrados y consistirá en la creación del edificio de ceremonias funerarias destinado a distintos credos e incluso de ceremonias laicas, lo que hará de San Amaro uno de los primeros cementerios en contar con una sala de esta naturaleza.

Se construirán 312 columbarios de diferentes tipos, tanto en el suelo como en estructuras verticales que forman columnas, distribuidas de la siguiente manera: 88 de suelo, 13 columnas de cuatro columbarios, 20 columnas de cinco, y doce columnas de seis columbarios.

El edificio tendrá tres obras artísticas: un conjunto escultórico del escultor y ceramista Daniel Caxigueiro, un mural de la artista plástica Amelia Palacios y una pieza del escultor Jesús Valmaseda. La obra fue adjudicada hace un año a la empresa Acevi por 458.856,20 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses desde el inicio de la obra.