El Pontevedra CF no pudo hacerse con la victoria tras empatar 1-1 ante la SD Compostela en el Estadio Verónica Boquete de San Lázaro, en plena persecución por el liderato del Grupo I de la Segunda RFEF. El conjunto granate consiguió abrir la lata con un tanto de Rubio de disparo lejano, pero un gol de Samu en el minuto 56 igualó la contienda.

De esta manera, los de Ángel Rodríguez rompen su racha de seis victorias consecutivas, aunque siguen encadenando ocho partidos sin perder. El líder, el Unión Adarve pinchó (1-1) en casa de la Gimnástica Segoviana, pero los granates no fueron quienes de recortar diferencias en la clasificación.

Las cosas no empezaron bien para los granates en el Vero Boquete de San Lázaro, ya que Diego Seoane, lateral derecho y uno de los fijos en la rotación de Ángel Rodríguez, se tuvo que ir sustituido tras un mal apoyo con su tobillo derecho en un balón aéreo. En su lugar, entró Santi Figueroa.

Sin embargo, el Pontevedra consiguió generar opciones a través de la banda izquierda, la más peligrosa de ellas con un certero disparo cruzado de Álex González que impactó en los dos palos. El rechace, potente, cayó cerca de Rubio, que condujo hasta la medialuna para batir a Guillén por el margen izquierdo y poner por delante a su equipo.

El tanto granate fue un golpe para las aspiraciones del Compostela, que mantuvo la misma estrategia, esperando en medio campo al Pontevedra y tratando de ralentizar el juego, pero no tuvo el mismo éxito que al principio del encuentro. El conjunto del Lérez tuvo sendas oportunidades, nacidas en las botas de Charles, de poner más distancia de por medio al filo del descanso, con un rechace delante de la portería que se va por arriba tras un córner y un disparo que se fue por la derecha.

El empate sirvió para que los visitantes pusieran un pistón más en el ritmo del partido, apretando a la defensa blanquiazul con la presión defensiva alta que caracteriza al Pontevedra este año. Rodríguez quiso imprimir más producción ofensiva con la entrada de Rufo en lugar de Araújo, probando un 4-4-2 con mucha más pólvora pero sin tanta creación de juego.

El entrenador granate siguió cambiando piezas, con Javi Rey en lugar de Román y Romay entrando por Abelenda, buscando decantar la balanza con ese gol tan ansiado que finalmente no llegó.