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El sentir granate, en forma de futbolín

Fran y Carmen Poza, aficionados de toda la vida del Pontevedra CF, aprovecharon un futbolín antiguo para inmortalizar a sus ídolos en el salón de casa

Fran Poza y su hija Carmen, con el restaurado futbolín que reproduce la plantilla del Pontevedra CF. | // RAFA VÁZQUEZ

La pasión por unos colores de fútbol va, en ocasiones, de sentir a tu equipo en el alma, más allá de disfrutar los goles o sufrir las derrotas. Así lo viven Fran Poza y su hija Carmen, unos fanáticos del Pontevedra CF que se embarcaron en un proyecto personal hace unos meses: convertir un futbolín que llevaba años cogiendo polvo en el desván en una representación a escala del equipo y del estadio de sus vidas; un Pasarón al que suelen acudir cada domingo, ahora disponible en el salón de su casa.

“Charles, Álex y Churre tenían que estar”

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“Charles, Álex y Churre tenían que estar”, admite Fran, que, desde cero, pintó a los muñecos del futbolín con la indumentaria exacta, el nombre en la parte trasera de la camiseta y algún otro detalle minucioso como los escudos y algún peinado. Para ello, la tarea parecía simple pero se convirtió en hercúlea, un continuo ensayo y error hasta dar con la tecla para este autodidacta. “Es un proceso muy lento, pero al final vale la pena. Tienen manos y manos de pintura. Lo que más me costó fueron los detalles pequeñitos, la cara, el escudo, los nombres, el símbolo de Adidas en la camiseta”, explica Poza, que una vez que comenzó se vio sumergido en el proceso.

Detalle de una de las figuras, con la equipación granate. | // RAFA VÁZQUEZ

Además de los tres fijos de la convocatoria, entre los seleccionados para el futbolín, escogió a Seoane porque es un ejemplo de jugador que “le gusta mucho”. Sin embargo, también hay pragmatismo en sus elecciones. “A algunos los puse porque el nombre era más sencillo de pintar, pero a Rufo lo puse porque como en todos los futbolines hay un jugador calvo, lo teníamos claro”, señala.

“Todavía no hemos jugado mucho con él porque quiero disfrutar primero de que está bien pintado, antes de que se empiece a descorchar todo por el uso”, reconoce este aficionado granate, que eligió al Deportivo de La Coruña como rival porque “su mujer es de allí”.

“Todavía no hemos jugado mucho con él porque quiero disfrutar primero de que está bien pintado, antes de que se empiece a descorchar todo por el uso”, reconoce

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Una afición de generaciones

Tanto para Fran como para Carmen, el fútbol se disfruta con el equipo de casa, yendo al estadio a pie horas antes para ver a los jugadores calentar y disfrutar del espectáculo en vivo e incluso acompañando en algunos viajes a sus ídolos. “Mi padre me enseñó a querer al Pontevedra, en las buenas y en las malas, y yo intento enseñárselo a mi hija”, confiesa el padre, que es capaz de trazar el origen de la pasión granate de su familia hasta su abuelo, que era también socio del Pontevedra.

“Mi padre me enseñó a querer al Pontevedra, en las buenas y en las malas, y yo intento enseñárselo a mi hija"

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“Con mi sobrina nieta, a la que le sacamos nosotros el carné, serían ya cinco las generaciones de aficionados granates que hay en casa", recuerda Poza.

Cuando la tradición de un equipo está tan enraizada en el seno de una familia, se trata de un sentimiento al que no le afectan mucho las victorias ni las derrotas.

Poza y su hija ante el futbolín. Rafa Vázquez

“Nos gusta que gane, pero no nos hundimos si pierden”, dicen, con respecto a la racha histórica de seis victorias consecutivas en la que está inmerso el equipo actualmente. “Ahora lo seguimos y vamos a Pasarón los domingos; si gana, estamos muy contentos, pero si pierde, se nos pasa a los dos minutos” concluye.

“Es un proceso lento, pero al final merece la pena”

Lo que para Fran iba a ser un pasatiempo sencillo, pintar a los muñecos de su futbolín con los colores de su equipo, se convirtió en una obra en la que, espoleado por su hija Carmen, forofa del Pontevedra, no falta el más mínimo detalle. “Compré la pintura pensando solo en hacer la camiseta, el pantalón, las medias y nada más, pero mi hija, que es una loca del Pontevedra, empezó a decirme que le pintara las caras y los escudos. Tenía tiempo libre y me animé”, comenta Poza, aficionado del equipo granate desde pequeño, acerca del proceso de remodelar este futbolín clásico en una reproducción de un Pontevedra-Deportivo. “Ver al equipo de tu ciudad es lo que me gusta y es un orgullo, porque lleva muchos años ya y espero que dure muchos más”, reconoce este hincha granate, que junto a su hija forman ya una afición al Pontevedra que perdura hasta hoy con varias generaciones en el seno de su familia.


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