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Esfuerzo y superación sin límites

En tres años, Hugo Couto pasó de no poder caminar a jugar al baloncesto

Hugo junto a sus compañeros y entrenadores GUSTAVO SANTOS

Tenía solo 4 años cuando le diagnosticaron la enfermedad de Perthes, una patología de origen desconocido que afecta la cadera y que puede llegar a producir una alteración permanente. Ahora, tres años y dos duras operaciones después, con largos períodos teniendo que desplazarse en silla de ruedas, la vida de Hugo Couto Lois ha dado un giro de 180 grados. Su respuesta a la cirugía ha sido tan positiva que el pasado mes de octubre empezó a jugar al baloncesto, descubriendo por primera vez lo que era formar parte de un equipo y ganando una autoestima y confianza en sí mismo que aplica en todos los aspectos de su día a día.

“Le cambió la vida muchísimo. Ahora es un niño mucho más abierto, a nivel moral le ha sentado muy bien, porque en los últimos años se ha perdido muchas cosas por la enfermedad”, comenta su madre, Belén, que agradece al Club de Amigos del Baloncesto de Pontevedra (CAB) todas las facilidades que le dieron para que Hugo pudiera jugar en el equipo. “Les explicamos la situación y no tuvimos ningún problema. A él siempre le gustó el baloncesto, pero no había tenido tiempo de jugar porque era muy pequeño cuando se le desarrolló la enfermedad”, comenta Belén Lois, que recuerda que una vez que pudo dejar la silla de ruedas tenía prohibido “los parques, correr, saltar... Después del verano empezó en el CAB, pero por ahora tampoco podría hacer otros deportes como el fútbol porque suponen demasiado impacto en la pierna”.

Para Hugo esta experiencia está siendo muy importante, ya que por culpa de las operaciones a las que se tuvo que someter y al tiempo que tuvo que pasar en silla de ruedas se perdió muchas cosas que ahora está recuperando. Empezar a practicar deporte ha sido un punto de inflexión para este joven pontevedrés cuya película preferida es Space Jam, en la que sale uno de sus ídolos, Michael Jordan, y que ha sido, sin duda, el germen de su afición por el baloncesto. “Fue muy duro verlo en silla de ruedas, pero los niños nos dan lecciones de vida constantemente, tienen una capacidad de superación espectacular. Aún no me creo lo bien que está, porque su Perthes era muy agresivo”, apunta Belén.

Hugo Couto durante elentrenamiento de ayercon el CAB. GUSTAVO SANTOS

Con motivo del Día de Concienciación de la Enfermedad de Perthes, en la noche del próximo lunes, 17 de enero, la fachada de la Casa Consistorial de Pontevedra se teñirá de color verde esmeralda con el objetivo de visibilizar y dar a conocer esta patología de origen desconocido, así como para enviar un mensaje de apoyo a las familias de los niños afectados y a los adultos que sufren las secuelas. En el marco de esta iniciativa, en la que la Concellería de Benestar Social colabora con la Asociación de Familias con Perthes (Asfape), el edil Marcos Rey asistió ayer al entrenamiento del CAB Pontevedra. “Queremos darle visibilidad pública a esta dolencia, trasmitirles fuerza a las familias y felicitar a Hugo, este niño tan valiente, por ser un ejemplo de lucha para todos. Su ejemplo merece nuestro reconocimiento, puesto que ya lleva dos operaciones, aún le falta una tercera y pasó de no poder caminar a jugar al baloncesto”, señaló el concejal de Benestar Social.

Tal y como explica su madre, todo empezó con una leve cojera. “Al principio no decía nada, aunque notábamos algo raro, y después ya empezó a decir que le dolía la rodilla, así que la primera radiografía que le hicieron fue ahí, en la rodilla, y no se le detectó nada. Llegó un día en el que no fue capaz de estirar la pierna, así que lo llevamos al Hospital Provincial y allí le hicieron una placa en la cadera en la que se detectó que tenía necrosada la cabeza del fémur”, relata. Diagnosticar la dolencia de Perthes que padece Hugo fue toda una odisea, ya que se trata de una enfermedad de las categorizadas como raras de la que solo constan tres casos en Galicia. “Al principio no sabían lo que tenía, después fuimos a un médico privado en A Coruña que lo diagnosticó, íbamos cada mes, y fue el que nos dijo que había que operar”.

El pequeño se sometió a dos cirugías en la clínica Ruber Internacional de Madrid, ambas muy duras, pero su respuesta ha sido espectacular. Ahora está pendiente de una tercera intervención, que será algo menos agresiva, prevista para el mes de junio. “Es un proceso que dura unos cinco años, porque ahora se está regenerando la cabeza del fémur”, explica Belén. Todo a punto para que Hugo gane el partido más importante de su vida.

Hugo Couto con sus padres, ayer en el pabellón de Príncipe Felipe. | // GUSTAVO SANTOS

Su entrenadora, Susana Pazos, destaca su lado “luchador y trabajador; lo da todo”

“En los entrenamientos nunca se ha quejado ni ha dejado de hacer ninguno de los ejercicios. Es un niño superluchador y trabajador que lo da todo, como cualquier otro niño”, afirma la entrenadora de Hugo Couto, Susana Pazos. La responsable del equipo baby del CAB Pontevedra explica que el pequeño entrena igual que cualquiera de sus compañeros, “está totalmente integrado”.

En el CAB no dudaron en ayudar a Hugo a que pudiera jugar al baloncesto. “Su madre vino a explicarnos la situación y yo, sinceramente, desconocía la enfermedad, así que me informé para saber lo que teníamos que hacer. Pero como le dije a ella, son niños pequeñitos, van a aprender a jugar de una forma lúdica, es un primer contacto con el baloncesto y no iba a tener ningún problema, y así ha sido”, comenta. Susana Pazos recalca, además, que en el club “no solo les enseñamos a jugar al baloncesto, sino que también estamos para educar en valores”, señalando a Hugo como un ejemplo de superación y de esfuerzo, porque tal y como comenta su madre, los entrenamientos para él suponen un mayor desgaste que para sus compañeros y a veces llega a casa muy cansado. Aún así, el pequeño es de los que más ilusionados e implicados están con el equipo, es de los primeros en llegar a los entrenamientos y disfruta muchísimo de su primer contacto con el deporte.

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