El pontevedrés Rafael Sáenz-Díez Malvar, uno de los promotores del campo público de golf de Monte Castrove, falleció este pasado domingo en Pontevedra a los 62 años, víctima de un cáncer. Muy popular en la ciudad, donde era conocido como “Falín”, tenía dos hijos y siete hermanos y su funeral se celebró en la tarde de ayer en la Basílica de Santa María la Mayor, tras la incineración de sus restos mortales en el crematorio Terras de Pontevedra.

Rafael Sáenz-Díez peleó durante años por la creación del primer campo público de golf de Galicia, en terrenos de Meis en el Monte Castrove, aventura en la que implicó a varios municipios del entorno, así como hoteles y otras empresas, y que logró hacer una realidad entre 1998 y 2000. Primero se abrió el campo de prácticas y después el recinto completo de 18 hoyos. Entre los alcaldes que se implicaron desde el primer día figuró el de Pontevedra entre 1995 y 1999, Juan Luis Pedrosa. De hecho, Pontevedra presidió durante años el patronato de la fundación de este campo, si bien hace unas semanas el gobierno local decidió desvincularse de un colectivo al que ya no asistía.

Más de dos décadas después, estas instalaciones están plenamente consolidadas, con cientos de aficionados que acuden diariamente a practicar su deporte favorito. Así lo recuerda la Fundación Montecastrove, que quiere “agradecer la inestimable aportación, enfoque, dedicación y perseverancia de Rafael Sáenz-Díez, que fue capaz de aunar muchos intereses opuestos en un proyecto único e innovador de beneficio común”.

En esta entidad inciden en que Rafael Sáenz-Díaz fue “una persona imprescindible” para su creación en los años noventa, lo cual permitió impulsar el campo de golf de Meis “como referente de infraestructura deportiva y turística con un enfoque público para las Rías Baixas, especialmente para los concellos del entorno de las rías de Arousa y Pontevedra”.

Muy vinculado a la Illa de A Toxa, donde veraneaba su familia, también planteó levantar un campo de golf en el entorno del Monte Siradella, en O Grove, pero el proyecto no fraguó.