El ayuntamiento de Pontevedra aprobó esta mañana de manera definitiva en sesión extraordinaria los presupuestos municipales para el año 2022 con los votos favorables de los dos partidos que integran el gobierno local, BNG y PSOE, la abstención del concejal no adscrito, Goyo Revenga; y el voto en contra del PP que presentó una enmienda a la totalidad que fue rechazada. El presupuesto asciende a 85.903.000 euros lo que supone un incremento de 5 millones, un 6,4% más que el del ejercicio anterior.

El encargado de defender el documento presupuestario fue Raimundo González, concejal de Economía e Facenda, quien aludió a su carácter "tremendamente expansivo" y que está basado en una apuesta por la mejora de los servicios públicos y el incremento de la partida de inversiones en casi un 20%, pasando de 10,2 a 12 millones. También remarcó la mejora de la limpieza y tratamiento de residuos municipales. La nueva gestión de todos los contratos relativos a este apartado (limpieza de colegios, edificios, desratización, limpieza viaria y tratamiento de residuos sólidos urbanos, supondrá más de 12 millones de euros de gasto. También aumenta en casi el doble la partida para mantenimiento de jardines y zonas verdes en más de 1,2 millones de euros y destacó el incremento del presupuesto destinado a Benestar Social en más de un 13%, ante las críticas del PP a este apartado.

González Carballo tildó el documento de "milagro bíblico" teniendo en cuenta que se aumentan los recursos manteniendo la presión fiscal baja sobre los contribuyentes y manteniendo la deuda en "mínimos históricos"

González Carballo calificó de "milagro bíblico" los presupuestos, si se tiene en cuenta que el Concello, además de afrontar la subida de suministros como el de la energía eléctrica, mantiene congeladas las tasas desde hace 8 años: "Pese a encontrarnos en el puesto 87 en cuento a población, la ciudad aparece en el ránking en el número 136 en cuanto al cobro de IAE, 946 en el impuesto sobre vehículos de tracción mecánica, en el 1.492 respecto al ICIO o en el 2.256 sobre el IBI". Unos impuestos que, de no ser congelados, podrían añadir incluso tres millones más la previsión de ingresos pero que el Concello deja en los bolsillos de los contribuyentes pontevedreses. "Todo ello sin incrementar la deuda", que, indicó Raimundo González, está en "mínimos históricos".

El socialista Tino Fernánez calificó los presupuestos de "muy buenos", sobre todo afrontando una importante inversión pese al gasto extra y a la crisis provocada por la pandemia

También el portavoz del PSOE, Tino Fernández, valoró los presupuestos como "muy buenos", sobre todo afrontando inversión pese al gasto extra y a la crisis provocada por la pandemia.

El portavoz del PP, Rafael Domínguez, alegó que los presupuestos "no van a ser buenos" para Pontevedra citando expresamente también para sus propios empleados públicos, presentes en la sala con una pancarta de protesta. Calificó los presupuestos de "improvisados" y "alejados de la realidad" y criticó que las cuentas incluyan frases como que Pontevedra goza de una buena salud industrial "cuando usted quiere cerrar la única industria que tenemos", por lo que le preguntó si "¿Lee realmente lo que firma?".

Domínguez acusó al gobierno local de "improvisación en las cuentas" y mostró carencias en apartados como Benestar Social con "cuatro meses de retraso en la atención a demandas de carácter urgente"

También le afeó que no se destinen suficientes recursos a servicios sociales cuando actualmente "hay una lista de espera de cuatro meses para actuaciones urgentes" en las familias con mayores necesidades. Considera que se trata de un presupuesto resultado de un gobierno local y un alcalde "que no sale de su despacho y vive de lo que le cuentan", mientras que realidad "son unos presupuestos malos y el PP no puede participar de ellos". Acusó al gobierno local de "vengarse" de Monte Porreiro al no recoger apenas actuaciones en este barrio, así como de "abandono del rural". Por último, insiste que el capítulo de inversiones del ejecutivo repite una y otra vez las mismas obras como consecuencia del bajo nivel de ejecución de anteriores presupuestos entre las que no hay propuestas nuevas.