El personal de limpieza de los dos hospitales públicos de Pontevedra, el Provincial y Montecelo, han dicho basta. Al agotamiento derivado de dos años de lucha contra el COVID-19, que se está agravando estos días con la irrupción de la sexta ola de la pandemia, se suma ahora la “nula disposición” de la empresa concesionaria del servicio, Acciona, a negociar las condiciones de su convenio, de tal forma que las conversaciones están ahora mismo paralizadas.

Esta situación ha llevado “al límite a los trabajadores”, explican. A la falta de negociación del convenio se suma el “aumento del estrés” derivado de su trabajo con los pacientes COVID-19 y los “escasos refuerzos” que, a su juicio, establece la concesionaria para cubrir las muchas bajas que sufren, debido tanto a contagios por el virus como a la sobrecarga de trabajo, entre otras razones. Actualmente, hay unas ocho en Montecelo y otras tantas en el Provincial, según calculan a vuela pluma.

“Exigimos un convenio digno y un refuerzo muy necesario ante esta sexta ola”

Los comités de empresa de limpieza de la empresa Acciona en estos dos hospitales aseguran que llevan sin firmar un nuevo convenio desde 2016. La necesidad de mejorar el marco laboral era tal, que apenas hubo problemas para que las tres centrales sindicales (UGT, Comisiones y CIG) lograsen confluir de inmediato en una única plataforma de mejora que se presentó a la empresa. Tras cuatro reuniones, la negociación se paralizó sin que haya nueva fecha para retomarla. Para los sindicatos, lo peor es que “la empresa se cerró en banda a cualquier mejora económica y social”. La sensación es de discriminación, dado que, a tan solo 29 kilómetros de distancia, en el Álvaro Cunqueiro, la empresa sí rubricó un convenio con condiciones económicas y sociales mucho mejores que las suyas: “Diferencias de entre 675 y 870 euros al año”, denuncian.

Concentraciones

Todo esto, “sumado a la situación de agotamiento físico y mental actual”, llevó a las plantillas a acordar en sendas asambleas las primeras medidas de presión. Inicialmente, se han convocado concentraciones a las puertas de ambos centros hospitalarios para los días 11, 13, 18 y 20 de enero. El objetivo: “Exigimos un convenio digno y un refuerzo muy necesario ante esta sexta ola”. De lo contrario, intensificarán el conflicto e incluso no descartan la huelga.

“Es un estrés terrible, que si ponerse el EPI, quitarlo, desinfectarse..."

La voz a esta situación límite la puso una de las profesionales del Hospital Provincial, María José, quien tuvo turno de trabajo el pasado fin de semana de Año Nuevo y el día 2: “El aumento de los casos de COVID es enorme y cada vez que entra un paciente contagiado tienes que dejar cualquier cosa que estés haciendo para bloquear y proceder a desinfectar ascensores y todo”. “Es un estrés terrible, que si ponerse el EPI, quitarlo, desinfectar, tuve una mañana de locos, el pasado domingo yo personalmente toqué fondo, me sentí saturada, desesperada y asfixiada”.

Los responsables de Comisiones Obreras, UGT y la CIG recordaron, además, que “esta situación provoca que haya más bajas entre el personal, menos de las que debería, por la responsabilidad de los trabajadores”.

Insisten en que los operarios de limpieza están muy expuestos al virus y ya hubo contagios al ser los que más tiempo pasan en las habitaciones y dependencias de pacientes con COVID. Incluso “más tiempo que el personal sanitario” y para realizar una labor “tan fundamental como evitar que el virus se propague”. “Pese a ello, su reconocimiento tanto a nivel profesional como retributivo está siendo cero”.

El personal de los PAC trae carbón para los directivos del área


El colectivo de trabajadores de los Puntos de Atención Continuada del Sergas enviarán a una delegación hoy a Pontevedra para entregar su propia carta a los Reyes Magos en la que piden “un cambio de rumbo inmediato de nuestra Atención Primaria para poder atender a nuestra población como se merece”. “Hartos de que nuestras peticiones caigan en saco roto”, esperan contar con la ayuda de los Magos de Oriente y dejarán un saco de carbón a las puertas del Hospital Provincial, que “los Reyes trajeron para el equipo directivo”. Los trabajadores sanitarios de los PAC indican que fueron “todo lo buenos que pudimos ser” y recuerdan la sobrecarga de trabajo física y mental por el COVID, la asunción del trabajo propio o el de los compañeros ausentes por bajas o de vacaciones, todo ello sumado a su trabajo habitual y a su formación continua. Pese a ello, los obligaron a “duplicar turnos, trabajar horas y horas sin descanso, a atender a 100 personas por turno, con estrés y tensión acumulados en estos dos años de pandemia”. Aún así “fuimos castigados sin descansos, sin fines de semana libres, sin días de asuntos propios y continuos cambios de puestos de trabajo sin previo aviso”. Por ello, piden a los Reyes Magos, “una gerencia competente en la organización de nuestro trabajo, con otro estilo de gestión y mayor empatía con los trabajadores y la población”; un sistema sanitario “más fuerte y mejor organizado para que podamos atender las necesidades de la población, de manera adecuada y sin perder nuestra salud en el intento”, entre otras cuestiones. “Pedimos, ante todo, dignidad y seguridad en nuestros trabajos”.