La crisis económica derivada de la irrupción de la COVID-19 se está cebando especialmente con las familias que menos recursos tienen. Esta es al menos la principal conclusión que se puede extraer de la Enquisa Estrutural a Fogares realizada por el Instituto Galego de Estatística, publicada el pasado 29 de diciembre, y con datos referidos a 31 de diciembre de 2020. Es decir, la primera en la que se puede comenzar a medir el impacto que está teniendo la pandemia sobre la economía de los hogares gallegos.
La estadística permite conocer la situación por grandes concellos, y en ella se vislumbra una progresión en la ciudad de Pontevedra en la que los ricos se hicieron más ricos y los pobres más pobres a lo largo de 2020.
Al menos, esta es la percepción que se saca de las encuestas realizadas en los propios hogares. Según el IGE, 2020 se cerró con un total de 925 hogares más en la ciudad del Lérez que manifestaban llegar a fin de mes con “mucha dificultad”. Se trata de un 11,6% del total, lo que supone casi un 3% más respecto a 2019. En total, 5.137 familias a las que el dinero no les da para acabar el mes.
En el lado opuesto, también aumenta el número de hogares que señalaban que acababan el mes “con facilidad”, con 1.324 familias más, lo que supone casi un 2% más respecto a 2019. Estas son, afortunadamente, la mayoría de las que habitan el Concello de Pontevedra, un 60,14% del total; frente al 11,6% con grandes dificultades para administrar sus ingresos hasta que termine la mensualidad. En el medio queda un grupo, de un 28% de las familias, que admite llegar a fin de mes, aunque con dificultades. Son casi un 4% menos que hace un año. Es decir, que aumentan los extremos y se reduce el número de los hogares que se encuentran en una situación intermedia.
Esta percepción se confirma echando un vistazo a la evolución de los ingresos mensuales por hogar. Las familias que pasaron a subsistir con aportaciones por debajo de los mil euros se incrementó en casi 851 hogares, superando los 5.137 en la ciudad, un 1,44% más que en 2019. También aumentaron los hogares que tienen que arreglarse con ingresos de entre mil y mil quinientos euros con 630 casos más, un 1,5% más que en 2019.
También aumenta unas décimas el número de hogares con ingresos de entre 1.500 y 2.500 euros y sin embargo descienden los que se sitúan entre los 2.000 y los 2.500 euros; y los que están entre 3.000 y 4.000 euros por hogar. Curiosamente, suben ligeramente los que cobran más de 4.000 euros en 200 hogares. También aumenta casi un 3% el número de familias que cobran entre 2.500 y 3.000 euros.
¿Y en qué situación se encuentra Pontevedra respecto al resto de las ciudades gallegas? Pues la Boa Vila cerró 2020 con unos ingresos medios por hogar de 2.445 euros, lo que la coloca como la tercera urbe con la renta más alta de Galicia. Hasta 2019 era la segunda, solo por detrás de Santiago, pero la caída de una media de 133 euros mensuales registrada en 2020 hace que ocupe ahora este lugar Vigo, con una renta de 2.465 euros. La capital de Galicia sigue siendo la que tiene una renta más elevada (2.673 euros por hogar, solo 26 menos que un año antes), seguida de la ciudad olívica (con una caída de apenas 3 euros) y Pontevedra.
Lugo es la cuarta ciudad gallega con más poder adquisitivo de sus familias (un ingreso medio de 2.361 euros) con la particularidad de que incrementó su renta disponible por hogar en 2020 respecto a 2019, al igual que Ourense. En el caso de la ciudad de las murallas, el aumento fue de apenas 19 euros. A Lugo la sigue A Coruña, la ciudad que más renta perdió en un año, 189 euros, para situarse en una media de 2.313 euros por hogar. Cierran la lista Ourense, con 2.290 euros por familia (171 euros más al mes) y Ferrol con 2.110 euros disponibles por hogar (127 euros menos que en 2019).
Aún así, la percepción de las familias con “muchas dificultades” para llegar a fin de mes no coincide de todo con estos datos. En Pontevedra son un 11,06% del total, el porcentaje más alto de Galicia, seguido por el 10,36% de Ferrol, y el 10,13% de Vigo. En Lugo u Ourense el porcentaje de hogares en esta situación solo es de un 5%, aproximadamente.
La tasa de riesgo de exclusión social creció un punto en el 2020
El análisis que realiza el IGE de la situación económica de los hogares en el primer año de pandemia (2020) deja también un aumento de la tasa de riesgo de pobreza o exclusión social. Se trata de la población que está en alguna de las siguientes situaciones: En riesgo de pobreza (o equivalente al 60% de la mediana de los ingresos por unidad de consumo), en carencia material severa o personas de hasta 59 años con baja intensidad laboral. En Pontevedra, la tasa en 2019 se situaba en 19,28 y cerró 2020 casi con un punto más al situarse en un 20,18. La Boa Vila es la tercera urbe gallega con una tasa de riesgo de exclusión más alta (por detrás de Ferrol con 26,93; y Ourense, con 20,51). En cuanto a la procedencia de los ingresos en los hogares, el 58% se obtienen por un trabajo por cuenta ajena (la cifra más alta de Galicia), un 6,81% por trabajo por cuenta propia, un 33,54% por prestaciones y un 1,29% por rentas y otras prestaciones.
El precio medio de un alquiler en la ciudad iguala ya al de una hipoteca
Los datos del IGE también muestran como el alquiler fue ganando terreno a las viviendas en propiedad en la ciudad del Lérez. Los hogares que pasaron a tener gasto de alquiler por la vivienda principal se incrementaron un más de un 6% hasta el 20,88%, mientras que aquellos que tienen gasto principal en una hipoteca como residencia habitual bajó un 4% hasta el 20,38% entre 2019 y 2020. El gasto medio mensual por hipoteca se situó en 2020 en 401 euros, unos 26 euros menos que en el ejercicio anterior. Por contra, el gasto medio por alquiler, según el Instituto Galego de Estatística, fue también de 401 euros, frente a los 379 del ejercicio anterior. Según estos datos, este precio medio convertiría a Pontevedra en la ciudad gallega con un precio de alquiler más elevado de Galicia.
