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La conductora "fantasma" de Tinder cuya existencia no se creyó el juzgado

La Audiencia ratifica una condena a un varón que fue hallado por la Policía Local ebrio en medio de la rotonda del Puente de Os Tirantes y que aseguraba que no conducía él

Puente de Os Tirantes, en cuya rotonda próxima a José Malvar se produjeron los hechos.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra confirmó la sentencia de multa de seis meses a razón de seis euros diarios y retirada de carné durante un año a un conductor que fue sorprendido por los agentes de la Policía Local con su coche detenido en medio de la rotonda del puente de Os Tirantes con síntomas de encontrarse ebrio. Arrojó 0,89 y 0,91 mg/l de alcohol en las pruebas practicadas, lo que supone una tasa considerada como delito.

Ya en el juicio celebrado en el juzgado de lo Penal 3, que dictó la sentencia inicial que ahora se ratifica, este hombre alegó que no podía ser condenado, dado que ninguno de los agentes lo vio conducir el coche, dado que se encontraba detenido, y por lo tanto no podía haber delito de conducción bajo los efectos del alcohol.

La Audiencia Provincial calificó su relato como de "inverosímil" y "extravagante", por lo que considera que él era el conductor del coche

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En su recurso ante la Audiencia Provincial, el condenado volvió a insistir en este aspecto y a reiterar que no podía ser condenado a pesar de que fue hallado por los agentes en el asiento del conductor.

Él justificó esta situación con un relato de los hechos según el cual, el procesado había salido esa noche con una mujer que había conocido a través de Tinder que era quien realmente conducía el vehículo. Tras calársele el coche tres veces afirma que ella se enfadó por un comentario inapropiado de él en el que le preguntaba que “dónde había sacado el carné” y que la mujer tiró de freno de mano y se fue. Aunque trató de localizarla a través de esta misma página de contactos, asegura que ella se negó a testificar en el juicio. Y afirma que llegó al asiento del conductor buscando su cargador del móvil, dado que cuando ella se bajó del coche él se dio cuenta de que no tenía batería, y que justo en ese momento llegó la patrulla de la Policía Local. Dijo que no contó esto a los agentes y solo lo dijo en el juicio por vergüenza. Señala la sentencia de instancia que esto no es verosímil, dado que “más vergonzoso es conducir en el estado en que se encontraba el acusado”. La Audiencia también resalta lo inverosímil y “extravagante” de su relato y confirma la condena.

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