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Juicio por el narcosubmarino: “El primer tripulante estaba exhausto, lo tuvimos que rescatar del agua”

Los agentes que descubrieron al primer sumergible enviado con cocaína a Europa sorprendieron a sus ocupantes con el traje de neopreno cuando llegaban a tierra

Segunda sesión del juicio celebrada ayer en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. | // R. VÁZQUEZ

Segunda jornada del juicio por el alijo de tres toneladas de cocaína halladas a bordo del primer narcosubmarino enviado desde Sudamérica cargado de cocaína a Europa. Una sesión en la que siguieron desfilando ante el tribunal agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que participaron en la investigación. Dos de los testimonios fueron los de la pareja del Instituto Armado que descubrieron en la playa de O Foxo a los tripulantes llegando a tierra y al artefacto, al que apenas llegaron a ver.

Aquella oscura madrugada de temporal del 24 de noviembre ambos estaban de servicio cuando fueron comisionados por la central de la Comandancia de Pontevedra para que “vigilásemos la zona de la costa de Aldán” ante la posible llegada de una “embarcación inusual”. No recibieron más indicaciones.

"La central nos pidió que vigilásemos la zona de la costa de Aldán por la posible llegada de una embarcación inusual, emplearon esta palabra, y no nos dijeron nada más"

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Llegados a la zona, lo primero que les llamó la atención fue la presencia de un turismo, con las luces enfocando hacia la playa, las rocas y el mar, de madrugada y en una zona muy poco concurrida. Identificaron a este hombre, que resultó ser uno de los acusados, Rodrigo Hermida Bonilla, quien justificó su presencia en un lugar tan apartado diciendo que “había discutido con su novia y quería desconectar”. Le pidieron ver el maletero. Accedió, en el interior había tres bolsas con ropa deportiva y barritas energéticas. Lo identificaron, no tenía nada pendiente y lo dejaron ir. “En aquel momento no lo conectamos con nada” porque el submarino aún no había aparecido.

Un haz de luz delator

“Fue girar el coche para dar la vuelta y marcharse cuando vimos una luz en las rocas”, explican. Se acercaron y observaron tres siluetas, tres hombres enfundados en trajes de neopreno saltando entre las piedras de Foxos y portando unos bultos. Los siguieron hasta la playa, los sospechosos detectaron la presencia de los guardias y escaparon a correr a pesar del grito de “alto a la Guardia Civil” de los agentes.

El narcosubmarino en el Puerto de Vigo. MARTA G. BREA

Los dos funcionarios del Instituto Armado, del departamento de seguridad ciudadana, avisaron a la Central y trataron de interceptarlos. Vieron como dos se escabullían entre las rocas y un tercero se lanzó al mar. Cuando llegaron lo encontraron “muy cansado, exhausto, casi no podía salir del agua por sus propios medios, lo sacamos, lo llevamos a la playa y nos pidió descanso, dejamos que recobrara el aliento”. Era el primero de los tripulantes, el ecuatoriano Luis Tomás Benítez. Los dos agentes apenas pudieron ver la naturaleza de la embarcación en la que habían llegado. “Era de noche, no la divisábamos”, no sabían que eran los primeros en estar ante un narcosubmarino fletado para traer un gran cargamento de droga a las costas gallegas.

Cuando cinco días después detuvieron a Agustín oculto en un galpón de O Hío "todavía llevaba puesto el traje de neopreno, tenía los labios cortados de no beber, nos lo llevamos al hospital", dijo un agente de la Policía Nacional

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Ayer también declaró el agente que unas horas después se encontró con el segundo tripulante, Pedro Roberto Delgado, de la misma nacionalidad que el primer detenido. “Iba con el traje de neopreno, mojado, con la cara oleosa de aceite o combustible, con olor a gasoil, erosiones en las manos y acento sudamericano”: Sin duda era uno de los hombres que buscaban. Cinco días después aparecía el tercer tripulante: el vigués Agustín Álvarez estaba oculto en un galpón de O Hío “todavía con el neopreno puesto, olía a gasolina y tenía los labios cortados de no beber, nos lo llevamos al hospital”, relató un agente de la Policía Nacional.

La Policía detectó movimientos de dos acusados los días previos para hacerse con una embarcación


Entre los agentes que declararon ayer está un mando de la Udyco de Pontevedra quien confirmó que, tras la aparición del narcosubmarino, constataron a través de diversos testigos que al menos dos de los acusados, Iago Serantes y Iago Rego, contactaron con una persona para hacerse con un barco en las jornadas previas a la llegada del sumergible que les permitiese “llevar ropa y víveres más allá de Cíes” y que no pudieron la no tener pilotar la nave por no tener el PER. Al dueño del barco, además, “no le gustó nada el asunto, le pareció raro”. También contactaron con otra persona para hacerse con un camión, pero se descartó al no tener el carné. También intentaron alquilar una “pick-up” y un todoterreno. Indicó que esta unidad tenía ya información previa recabada en la provincia de la posible llegada del submarino.

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