Manuel Rañó nnficha personal | Presidente del Colegio de la Arquitectura Técnica de Pontevedra
“Hay materiales cuyos precios han subido el doble, como es el caso del acero”
“Sobre todo lo que hay son obras de conservación de edificios. Eso sí, eso es una locura”

Manuel Rañó, en la sede del Coatpo de Pontevedra. | // RAFA VÁZQUEZ / Susana Regueira
Cerca de 700 profesionales integran el Colegio Oficial de la Arquitectura Técnica de Pontevedra (Coatpo), que encabeza Manuel Rañó Rodríguez. Tomó posesión tras encabezar una única candidatura de unidad, con el compromiso de defender los intereses de una profesión que considera “apasionante”; y es una de las voces más autorizadas de un sector estratégico que da empleo en la provincia a más de 20.000 personas.
–¿Qué diagnóstico hace de su sector, años después de la hecatombe que arrancó en 2008?
–Aquí empezó más tarde que al resto de España, como sabemos. En 2013, 2016 y 2017 tuvimos una etapa un poco plana, con tendencia a ir subiendo pero de modo muy suave, sin que pudiésemos hablar de un aluvión de actividad. La cosa iba bastante bien porque en 2019 hubo un incremento notable, tampoco una locura pero sí que se notaba mucha más actividad. Después irrumpió el virus, paramos durante el encierro y lo curioso es que de repente empezó a haber mucha obra.
La cosa iba bastante bien porque en 2019 hubo un incremento notable, tampoco una locura pero sí que se notaba mucha más actividad. Después irrumpió el virus, paramos durante el encierro y lo curioso es que de repente empezó a haber mucha obra
–¿A qué atribuye ese repunte?
–Fue una cosa extraña, realmente nadie sabe muy bien a qué respondió eso. Hay muchas teorías pero yo dudo de que alguien sepa realmente qué pasó.
–¿El aumento de actividad continúa?
–Sí, hemos seguido con ese aumento de actividad hasta hoy en día. La duda que tenemos es qué va a pasar de ahora en adelante, porque todos estos problemas que tenemos de suministros, de demoras… No sé hasta dónde va a llegar. Y nadie lo sabe. Todo el mundo hace previsiones, dicen que posiblemente en el segundo semestre del año que viene se estabilice, pero no sé en este momento si eso se cumplirá.
Hemos seguido con ese aumento de actividad hasta hoy en día. La duda que tenemos es qué va a pasar de ahora en adelante, porque todos estos problemas que tenemos de suministros, de demoras… No sé hasta dónde va a llegar. Y nadie lo sabe
–¿Hay un bum de la construcción?
–Hay más actividad, pero no es un bum como el que hubo antes de 2007, no. Sobre todo lo que más hay son obras de reparación, de conservación y mantenimiento de edificios existentes. Eso sí, eso es una locura, pero obra nueva hay poca. Sí que hay más actividad, pero que ya viene de años antes, porque una obra que arranca hoy lleva un largo proceso de licencias, el promotor tiene que hacer números etc, de modo que las obras se gestan tres años antes. ¿Que hay un incremento porcentual grande? Si, claro, porque venimos de una situación muy baja, pero no es una cosa loca.
–¿Qué es lo que se está construyendo?
–Ya se hacen edificios, vivienda unifamiliar más o menos se van haciendo también, aunque en mucha menor cantidad, pero no es nada parecido a lo que se construía ni en los noventa ni a principios de los 2.000, nada parecido, estamos muy lejos de ese escenario.
Ya se hacen edificios, vivienda unifamiliar más o menos se van haciendo también, aunque en mucha menor cantidad, pero no es nada parecido a lo que se construía ni en los noventa ni a principios de los 2.000, nada parecido, estamos muy lejos
–¿La pandemia ha cambiado la demanda?
–Dicen que sí, pero no lo veo tan claro. Solo es una percepción personal porque realmente todo el mundo te dice que sí, que ahora la gente pide, quiere… Leo esas cosas como todos, pero después ves los expedientes de edificios y ves que han subido, pero que son obras ya proyectadas de atrás. Como las fábricas estuvieron paradas, al reanudar tienen que producir lo que dejaron de hacer en su momento, más la producción habitual y, claro, no dan abasto.
–¿Ese es el problema que está en la base de la falta de suministros?
–Esa es la base, la base, y después está el tema del transporte: conseguir productos que vengan del exterior, en barcos sobre todo, es una odisea porque incluso aunque estés dispuesto a pagar el doble por fletar un barco no es posible, le diría si me permite que es un cachondeo. No sabes si te van a dar barco o no, me he encontrado casos de que han subido el material al barco, lo han vuelto a descargar y lo han llevado a otro barco, así que no sabes cuándo va a salir el material del puerto de origen, de modo que todas las estimaciones son inciertas, porque no dependen ni del que compra ni del que fabrica.
La parálisis repercute en un incremento de precio, hay un incremento en la producción, otro incremento muy grande del coste del transporte, de modo que cuando llegan aquí las cosas cuestan mucho má
–¿Eso todo está paralizado?
–Todo paralizado. Y eso además repercute en un incremento de precio, hay un incremento en la producción, otro incremento muy grande del coste del transporte, de modo que cuando llegan aquí las cosas cuestan mucho más.
Todo esto se junta con algo que no tiene nada que ver con el sector de la construcción sino con la del mundo en general, y es que algunos países están acaparando un montón de materiales, por ejemplo China está acaparando mucha madera
–¿En qué porcentajes están subiendo los precios?
–Hay materiales cuyos precios han subido al doble, como es el caso del acero. Otros que a lo mejor han subido un 5, un 10 o un 15%. Y también depende de dónde se fabrique, no es lo mismo los producidos en Europa que los que vienen de más lejos. Y todo esto se junta con algo que no tiene nada que ver con el sector de la construcción sino con la del mundo en general, y es que algunos países están acaparando un montón de materiales, por ejemplo China está acaparando mucha madera. También está el tema del gas, que influye directa e indirectamente si sube. Así que estamos en un escenario en el que hay muchas teorías pero es difícil determinar cuánto va a durar.
No hay trabajadores preparados para colocar los nuevos materiales. Y en las rehabilitaciones, donde sí que la forma de trabajar es más tradicional y en baste a oficios y tecnologías anteriores, pues tampoco hay gente que sepa hacer eso
–¿Por qué tienen problemas para encontrar trabajadores cualificados?
–Hay que distinguir la forma en la que se construía hasta 2007 y de ahí en adelante. ¿Por qué? Porque en 2006 se aprobó el Código Técnico de la Edificación, que supuso una mejora radical en la calidad de los edificios. Para que se haga una idea: la anterior norma que regía lo que hoy llamamos eficiencia energética era del año 1979. Y, claro, los requerimientos de una norma de 1979 no tienen nada que ver con lo que se pide hoy, que por ejemplo es el doble o triple del aislamiento, unos estándares de exigencia que además se han ido mejorando desde 2006. La tendencia es ir a edificios de consumo casi nulo, y hay materiales que antes no se usaban, materiales que hoy son habituales y que en 2006 no los usaba ni el 1% del sector. Pues muchos trabajadores, por ejemplo el albañil que revestía la pared, se han reconvertido y a lo mejor ya usan estos materiales, pero esta gente también se va jubilando y no llega repuesto por detrás. No hay trabajadores preparados para colocar estos materiales. Y en las rehabilitaciones, donde sí que la forma de trabajar es más tradicional y en baste a oficios y tecnologías anteriores, pues tampoco hay gente que sepa hacer eso. Ahí sí que el sector tiene un pequeño problema, de hecho las empresas (yo lo hablo todos los días con contratistas) no encuentran trabajadores que sepan.
–¿El sector necesita articular de una vez una formación profesional?
–Es un problema endémico. Nunca ha habido una formación profesional reglada como puede haber, por ejemplo, para un electricista: haces una FP, sacas el carné de electricista y eres un profesional que sabe lo que tiene entre manos. Para un pintor, albañil, escayolista… No existe nada de eso, lo que hay son cursos que van dando la Fundación Laboral de la Construcción, sindicatos etc, pero el sector está huérfano de esa formación profesional, es algo que se echa en falta desde hace años. Y además considero que sería un modo de reducir la siniestralidad en la construcción, porque una persona que ha estado 2, 3 o 4 años recibiendo formación no solo sobre cómo construir sino cómo debe comportarse en relación a la seguridad en una obra, siempre sabrá mejor cómo actuar que la que le dan un cursillo de 20 horas.
–Doblemente incomprensible si se tiene en cuenta la potencia del sector en España
–Muy potente, tenemos empresas muy grandes. Y a nivel más local ahora ya no hay páginas amarillas, pero antes cuando las habías si buscabas constructores y contratistas y aparecía un montón de gente, que sigue habiendo. También, y volvemos a lo de antes, eso pasa porque para ser contratista nadie te pide nada: sacas una licencia administrativa y ya puedes hacer lo que quieras, aunque no sepas. Y es otra cosa que se echa en falta: que no haya mayor exigencia, para ser contratista que cualquiera pueda serlo, cuando para ello deberías de cumplir unas mínimas exigencias, deberían exigirse requisitos y no que cualquiera pudiese hacer cualquier cosa.
Suscríbete para seguir leyendo
- Evacuada en helicóptero una trabajadora atrapada por una mano en una máquina en Moraña
- La princesa Leonor se despide de Marín tras recibir de su padre la Gran Cruz del Mérito Naval
- Cazado a 191 km/h en un tramo limitado a 70 en la N-550 en Caldas
- Un adulto y un menor heridos al chocar con una moto de agua contra el puerto de Samieira, en Poio
- Localizan en buen estado al octogenario perdido en Poio
- Intervienen 116 kilos de pulpo ilegal al patrón mayor de Portonovo
- Marín vive su día grande del Carmen: procesión marítima y los reyes en la Escuela Naval
- Un trazado de 8 kilómetros y 3 viaductos, elección para la variante Oeste de Caldas