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El nuevo autobús urbano cumple su primer mes con 685 viajes al día, un 30% más que hace un año

Una cola de usuarios aguarda a subir al autobús en la plaza de Galicia, en la mañana de ayer. Gustavo Santos

Tras cumplir su primer mes de funcionamiento, el nuevo sistema de transporte urbano de la ciudad de Pontevedra acumula una media de 685 viajeros al mes en sus dos líneas, lo que supone un aumento de casi el 30% con respecto a los 530 de hace un año. No obstante, hay que tener en cuenta el efecto de la pandemia del COVID el pasado año, donde se redujo notablemente el uso de los autobuses públicos. Aún así, el aumento es significativo si se tiene en cuenta que los dos recorridos actuales todavía no son plenamente conocidos por los pontevedreses y aún se registran deficiencias, como apuntan algunos viajeros y que denunció hace unos días el PP. Se alerta de que las dos líneas son “circulares” por la periferia del casco urbano y se echan en falta paradas en zonas como la Casa del Mar, los centros de salud o las oficinas municipales.

La Consellería de Infraestruturas, titular de las concesiones y que en su día pactó con el concello la puesta en marcha de este nuevo modelo, hizo ayer balance del primer mes de funcionamiento, entre el 1 y el 31 de octubre, con un total de 21.253 viajes, de los que 8.957 (el 42%) fueron pagados con la tarjeta de transporte (TMG) o la Xente Nova (tarjeta para menores de 19 años, para los que es gratis el uso), mientras que 12.296 (58%) fueron en efectivo. Esto pone de manifiesto que el sistema de las tarjetas todavía no está muy extendido entre los potenciales clientes, pese a que su número aumentó notablemente en los últimos meses.

Balance

Así, el año 2000 se cerró en la ciudad de Pontevedra con 1.811 tarjetas TMG, pero a lo largo de 2021 se activaron 2.062 más, especialmente en septiembre y octubre (ambos meses suman mil), hasta alcanzarse un total de 3.875, aproximadamente el 12% de las más de 31.000 existentes en toda la provincia. A esas 3.875 TMG hay que sumar otras 3.698 Xente Nova, lo que supone un total de 7.573 tarjetas de uso gratuito.

En la comarca, es Marín el segundo municipio con más acreditaciones entre los jóvenes, con 1.496, por delante de Sanxenxo (548), Poio (464), Vilaboa (183), Ponte Caldelas (128), Moraña (115), Barro (106), Cerdedo-Cotobade (67), Campo Lameiro (55), y A Lama (43).

Con estos datos, el Concello y la Xunta analizarán la conveniencia o no de realizar retoques en el servicio, como admitió hace unos días el concejal Demetrio Gómez, cuando se procedió a mejorar la señalización de las paradas. Actualmente son dos las líneas que conectan unas 70 paradas de la periferia urbana, incluidos Monte Porreiro y el hospital Montecelo.

Las tres rutas que desaparecen el 30 de septiembre realizaban una media de 1.319 circulaciones y 17.500 kilómetros al mes, con 5.500 viajeros mensuales. Las dos nuevas tienen una treintena de frecuencias diarias, con salidas cada media hora entre las 7.15 y las 22.30 horas, con una media de circulaciones de 1.461 y 23.500 kilómetros al mes.

Tarifas

Con la implantación de este nuevo sistema de transporte público, el precio de los billetes pagados en metálico es de 1,5 euros. Con la tarjeta de Transporte Público de Galicia quedará en 1,35 euros y si son viajes en Pontevedra el precio final será de 0,85. Para los grandes usuarios que superen los 20 o 40 viajes al mes, el precio puede llegar hasta solo 0,18 euros.

Aquellas personas que no dispongan de la tarjeta pueden adquirir bonos de 50 o 100 viajes, que supondrán una ligera reducción del precio por billete, pero el Concello apunta que “no compensa tanto como tener la tarjeta pues a partir del viaje 41 al mes, o empleo del autobús urbano tendrá un precio de 18 céntimos”.

Otra de las nuevas tarifas establecidas es para aquellas personas que realicen entre 20 y 40 viajes al mes, cuyo precio del billete será de 0,51 euros. Asimismo, para los jóvenes menores de 21 los viajes serán gratuitos. Las nuevas rutas de autobús, cofinanciadas entre la Xunta y el Concello, suponen una inversión de unos 300.000 euros en la ciudad, una cifra que el gobierno local tilda de “una optimización de los recursos del Gobierno gallego y del Concello extraordinaria, ya que mientras que en otras ciudades la implantación de estos servicios supera el millón de euros, aquí decidimos colaborar con la Xunta y duplicar servicios”.

En este sentido, Pontevedra, como ciudad de más de 50.000 habitantes, está obligada a disponer de un servicio municipal o urbano de transporte, pero nunca llegó a contar con él salvo algún breve experimento y las concesiones de la Xunta por el entramado urbano.

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