Un acto lleno de sentimiento, emotividad y relación entre Marín y la Armada. Así fue la presencia en la villa de la Cruz de Lampedusa, elaborada con los restos de un cayuco que naufragó en 2013 junto a la isla de ese nombre, en el marco del periplo que desde hace años protagoniza esta pieza por todo el mundo para mostrar el drama de las personas que arriesgan su vida, y muchas veces la pierden, por encontrar una vida mejor.
La parroquia de Marín y la Escuela Naval Militar se unieron este jueves en una procesión que partió del centro, custodiada por los guardiamarinas hasta el Templo Nuevo.
El cuidado de la cruz corresponde a la fundación italiana Casa del Espíritu Santo y las Artes de Milán. Esta fundación la mostró al Papa Francisco en abril de 2014, que la bendijo y pidió a los enviados de la fundación que se encargasen de que la cruz recorriese el mundo para honrar y recordar a los fallecidos en el Mediterráneo. La construyó el carpintero Francesco Tuccio con los restos de una barcaza que se hundió cerca de Lampedusa el 3 de octubre de 2013. A bordo viajaban más de 500 personas y fallecieron más de 350. Esta figura ha recorrido ya más de 2.400 lugares por todo el mundo y actualmente está en la Archidiócesis de Santiago.
