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Los coworking de la ciudad viven una nueva época dorada como revulsivo postpandemia

Pontevedra tiene alrededor de una decena de estos espacios de trabajo colaborativo, el doble que hace tres años, con un centenar de usuarios | El teletrabajo ha generado un nuevo perfil de “coworker” adaptado a los nuevos tiempos

Los coworking de la ciudad viven una nueva época dorada como revulsivo postpandemia

Económicamente más asequible, favorece la interacción entre diferentes sectores, más flexible con horarios y nuevas formas de trabajo y adaptado a los nuevos tiempos. Son algunas de las bondades que ofrecen los espacios coworking, que en los últimos meses han resurgido tras el duro golpe de la pandemia de COVID y sus diferentes confinamientos y están viviendo una nueva época dorada. En Pontevedra hay alrededor de una decena de estos centros de trabajo colaborativo, casi el doble que hace tres años, en los que desarrollan su actividad casi un centenar de profesionales de muy diversos sectores.

Comerciales, psicólogos, diseñadores gráficos, informáticos, ingenieros, nutricionistas, profesores, traductores... Son algunos de los perfiles que trabajan en espacios colaborativos de la ciudad, que están experimentando un auge tras la pandemia, especialmente con la aparición del teletrabajo, que por un lado supone la necesidad de contar con los medios adecuados para llevarlo a cabo y, por otro, realizar una actividad de forma más solitaria, dos “problemas” a los que los coworking ponen remedio.

En 2013 nacía el Espacio Arroelo, en la calle Michelena, con la filosofía de “crear comunidad a largo plazo, de buscar proyectos comunes”, tal y como explica una de sus socias fundadoras, África Rodríguez. La creación de sinergias entre emprendedores de diferentes sectores ha sido desde siempre el gran objetivo de este coworking, en el que el perfil colaborativo es fundamental para poder contar con un espacio de trabajo. Además, esta voluntad de participación no se limita solo a lo local, sino que también se favorecen encuentros a nivel nacional e internacional.

Iniciativas como “Tempo de Lareira”, que son reuniones con los profesionales para saber en qué punto se encuentra su proyecto y cómo se puede relacionar con otros, o “Cafés a la fresca”, que favorecen la interacción entre los usuarios en momentos de descanso, son algunas de las acciones que favorecen las sinergias dentro de Arroelo, así como las colaboraciones con otros espacios coworking, como Anceu Coliving, en Ponte Caldelas, facilitando que los profesionales trabajen en uno u otro.

Actualmente, Arroelo tiene alrededor de 35 usuarios de oficinas, a los que hay añadir a los que son socios del club sin hacer uso del espacio físico. Cuenta con salas exclusivas y con mesas en espacios compartidos, adaptándose según la actividad a realizar. Los profesionales son de sectores muy variados, pero todos tienen que tener algo en común, “ganas de compartir experiencias y de colaborar”.

Los coworking de la ciudad viven una nueva época dorada como revulsivo postpandemia

En una línea similar se trabaja Peregrina 25, que este verano cumplió cinco años de existencia. Actualmente está casi al 100% de ocupación con un solo puesto libre de los 16 disponibles, algo que “nunca nos había pasado”, reconoce uno de sus responsables, Alberto Jiménez. Este espacio cuenta con un área reservada para trabajadores itinerantes, “que tuvo muchísima demanda este verano” por gente que estuvo en Pontevedra de vacaciones, y dos salas de reunión que se pueden alquilar por horas.

“Notamos un bajón importante por el COVID, porque hubo autónomos que se dieron de baja y empresas que cerraron, pero ahora se está empezando a recuperar. Notamos que hay usuarios que, con el teletrabajo, necesitaban tener un espacio fuera de su casa para separar su vida personal de la laboral”, explica.

La misma sensación tiene Carlos Gallardo, responsable de Planeta 29, en la calle Rosalía de Castro. “Estuvimos cerrados mucho tiempo y no había apenas trabajo presencial. Ahora empezamos a recuperar las cifras de usuarios que teníamos. Notamos que con el teletrabajo hay muchos profesionales que no tenían los medios suficientes en casa”, explica.

Este coworking tiene la característica particular de contar con profesionales con una larga trayectoria que buscan un lugar más económico que una oficina tradicional. Con flexibilidad de horarios, de espacio y con tarifas competitivas, cuenta actualmente con 16 usuarios fijos.

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