La junta de personal del Concello de Pontevedra emitió ayer un informe sobre la reapertura del “botellódromo” en la zona del Recinto Ferial en el que critica duramente la medida tomada por el gobierno local, señalando que se hizo “sin previo informe de los servicios municipales implicados de bienestar social, y en base a un informe de los servicios jurídicos municipales que nadie conoce en su totalidad”.

El objetivo es que “ la opinión pública conozca el parecer de técnicos municipales en materia de bienestar social y seguridad pública, que por una parte no han sido consultados y que de haberlo sido, se intentaría influir para conseguir avalar las actuaciones practicadas” y en el escrito señalan que “consideramos que la solución para la convivencia del ocio juvenil y el descanso del vecindario, no puede pasar por habilitar un espacio donde consta que el consumo de alcohol así como otras sustancias se realiza con escaso control y con la apariencia de la autorización del gobierno local”.

En este informe se apuntan los problemas de salud y de seguridad que a medio y corto plazo pueden acarrear a los jóvenes por el consumo de bebidas alcohólicas. “Más del 96% de los menores que van al botellón consumen alcohol y/o otras sustancias. Los instrumentos de cribado señalan que las tasas de consumo de riesgo son de hasta 8 veces superiores entre los que realizan botellón. Los datos indican que es un factor de riesgo para otras conductas relacionadas con la Salud Pública como reyertas, accidentes, vulnerabilidad sexual o el asalto sexual; éste último es hasta 5 veces mayor entre aquellos que participan en botellones”.