Un espacio para gastar rueda y madera

El hijo de Toni Escudero, Xan, patinaba para competir ya desde bien pequeño, pero para entrenar no tenían más remedio que desplazarse todas las semanas hasta A Coruña o hasta Vigo, cuando llegaba el verano, puesto que en Pontevedra no disponía de unas instalaciones adecuadas para practicar su modalidad.

Tras muchos kilómetros de idas y venidas, gasolina y peajes, finalmente Toni Escudero empezó a barajar la posibilidad de poner en marcha en el centro de Pontevedra un skatepark indoor, es decir, unas instalaciones cubiertas y adaptadas para patinar todos los días, a cualquier hora y sin tener que depender de la climatología.

Situado en As Corbaceiras, Toni Escudero y su socio, Nino Castelo, decidieron acondicionar una pequeña nave que inicialmente tan solo contaba con una pequeña rampa y así fue como nació hace poco más de dos años Urban Culture Factory, el que fue el primer skatepark indoor de la provincia de Pontevedra.

En la actualidad, este centro cuenta con más de 70 alumnos inscritos, entre los que se encuentran desde niños y niñas de 5 años de edad hasta adultos que superan la cuarentena, puesto que tal y como afirma uno de los responsables de las instalaciones, “nosotros tenemos abiertas las puertas a todo tipo de públicos”, comenta Escudero.

Así, todas las semanas acuden a Pontevedra niños y adultos procedentes de diferentes puntos de la provincia. En este sentido, Toni explica que “tenemos alumnos que vienen desde Cangas, Vilagarcía de Arousa, de Marín, de Santiago e incluso de Lalín. Hasta que hace unos meses abrió otra escuela similar a la nuestra en Vigo, dábamos cobertura a toda la provincia y también a la zona Sur de la de A Coruña”.

Como andar en bicicleta

Afirma que “cualquiera puede”. A la hora de preguntarle a uno de los creadores de este skatepark indoor en la ciudad si una persona que nunca se haya subido a un monopatín puede llegar a moverse con destreza, Toni Escudero responde que “al principio puede parecer complicado, pero en cuanto practicas y vas perdiendo el miedo, luego solo queda mejorar. Yo siempre digo que esto es como montar en bicicleta, que al principio empiezas con casco y con los dos ruedines, pero poco a poco empiezas a quitarlos y después terminas haciendo caballitos”, comenta entre risas.

Para él la clave está en los primeros segundos al coger la tabla, así, Escudero indica que “si das dos patadas, que es impulsarte con el pie, y sonríes, ¡ya está! Sin duda esa es la señal de que el deporte te va a gustar. Ahí está la clave de que vas a disfrutar esa sensación de estar en movimiento encima de una tabla y poder hacer maniobras, ver a dónde puedes llegar viendo a otros como tú”.

Asimismo, para Toni esa primera toma de contacto también es fundamental para otra cuestión, puesto que una de las primeras lecciones que se imparten en las clases de Urban Culture Factory es “aprender a caer”.

En este sentido, el dueño del centro apunta que, “al igual que en judo o karate, lo primero que enseñamos es a caer, para que en caso de que tengas cualquier desequilibrio, si fallas un truco o si tienes algún tropiezo, sepas cómo evitar lastimarte. Es fundamental”.

Aprender a patinar, mejorar la técnica, realizar diferentes trucos, pero sobre todo divertirse, estas son las principales premisas que guían la filosofía de trabajo de los profesionales que imparten clase en el skatepark indoor de la ciudad. A este respecto, Toni Escudero señala que, además, otra de las ventajas de este deporte es que es complementario con otros, como puede ser el snowboard, el surf o paddle surf.

Y es que, además de enseñar a dominar el monopatín, en Urban Culture Factory también hay escuela de surf skate y de paddle surf. Así, Escudero comenta que “contemplamos estas tres disciplinas porque al final son deportes de equilibrio que se combinan muy bien entre sí y muchas veces hacemos entrenamientos cruzados, porque al final el paddle, por ejemplo, vale para aprender a mantenerte en la tabla, luego aprendes giros, etc”.

Entre los principales beneficios de practicarlos, Escudero destaca principalmente que “lo que se desarrolla sobre todo es equilibrio y psicomotricidad, porque tienes que sincronizar tus movimientos para cada maniobra”. Pero también, no menos importante, buscar la elegancia y la limpieza en el truco.

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