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Un repaso por la historia de la Escola Superior de Conservación e Restauración de Bens Culturais

Tres décadas conservando la historia y la identidad cultural

Alumnas de la Escola Superior de Conservación e Restauración de Bens Culturais de Galicia, ayer, trabajando con diferentes piezas en el taller. Rafa Vázquez

Desde principios del siglo XX, la ciudad de Pontevedra fue una abanderada del movimiento renovador artístico y cultural de Galicia. Ya en el año 1925, la Diputación provincial, bajo la presidencia de Daniel de la Sota, impulsó esta tradición con la creación de un sistema de becas que posteriormente facilitarían que importantes profesionales del arte pudieran realizar sus estudios en Madrid o París.

Artistas de la talla de Virxilio Blanco, Colmeiro, Maside, Laxeiro, Pintos Fonseca, Souto, Torres, Acuña o Uxío Souto fueron algunos de aquellos becarios de la Diputación que posteriormente avalaron dicha renovación artística.

Es por esto que el hecho de que en el año 1991 se pusiera en marcha la Escola Superior de Conservación e Restauración de Bens Culturais supuso un hito importantísimo tanto para la ciudad de Pontevedra como para el patrimonio artístico y cultural de la comunidad gallega.

Este 2021 se cumplen tres décadas desde que la primera promoción inició su formación en el centro pontevedrés que, a principios de los 90, estaba situado en un local anexo a la Escola de Canteiros, cedido por el Monasterio de Poio. Sin embargo, no sería hasta el año 1995 cuando la Escola de Conservación e Restauración pasaría a disponer de una sede definitiva tras la rehabilitación del cuartel de San Fernando, edificio que compartió desde entonces y hasta día de hoy con Belas Artes.

Alumnos del taller de Arqueoloxía en el año 1992. FdV

En el momento de su implantación, tan solo existía en Madrid otro centro de formación especializado en esta disciplina, lo que atraía a numerosos estudiantes procedentes de distintos puntos de España, llegando incluso la demanda a superar el centenar de inscripciones para tan solo 30 plazas.

Así lo cuenta la actual directora de la Escola Superior de Conservación e Restauración de Bens Culturais, Carmen Lorenzo Rivera, quien explica que, a medida que fueron transcurriendo los años y se amplió tanto la oferta académica como la creación de nuevas escuelas en la zona Noroeste de España, la cifra de estudiantes que recurrían al centro pontevedrés y único en la comunidad gallega ha ido disminuyendo frente al boom inicial de la década de los 90.

Sin lugar a dudas, uno de los grandes cambios que ha vivido la escuela pontevedresa está relacionado con la titulación que al finalizar los estudios obtenía el alumnado. En este sentido, Carmen Lorenzo apunta que, “desde que empezamos, siempre se mantuvieron las mismas tres especialidades: restauración de pintura, escultura y de materiales arqueológicos. Pero es cierto que la titulación ha ido variando, de manera que al principio era el equivalente a una diplomatura universitaria de tan solo tres años, para después ampliarse la formación en un año más y constituir el equivalente a grado universitario. Sin embargo ahora, con el último cambio de la ley, los alumnos que cursan sus estudios en nuestro centro obtienen el Título de Grao en Ensinanzas Artísticas Superiores de Conservación e Restauración de Bens Culturais”, destacó la directora de la escuela pontevedresa.

La actual directora de la escuela, Carmen Lorenzo. | // RAFA VÁZQUEZ

Precisamente, la demanda de la adscripción de las enseñanzas artísticas superiores de Conservación e Restauración a la Universidad ha sido una de las principales luchas históricas por parte de alumnos y docentes que, durante la última década han llevado a cabo numerosas acciones de protesta para reclamar el reconocimiento de sus estudios como grado universitario más allá de la equivalencia actual.

El objetivo de esta reivindicación pasa principalmente por intensificar la calidad de su formación y la apuesta por el reconocimiento académico y profesional que se merecen, que además, tal y como defendieron en incontables ocasiones, es indisociable de la preservación del patrimonio artístico y cultural de la comunidad gallega y del resto del estado español.

Guardianes de la cultura

A lo largo de los últimos 30 años, han pasado por este centro de formación cientos de alumnos que posteriormente han desarrollado su trayectoria profesional en museos e incluso fundando sus propias empresas de restauración.

Así, la directora de la Escola de Conservación e Restauración pone de relieve que gran parte de los profesionales que trabajaron en la rehabilitación más ambiciosa y rigurosa que se ha llevado a cabo en la Catedral de Santiago fueron alumnos del centro pontevedrés en su día. A este respecto, la responsable de la escuela comenta que “en la mayor parte de los trabajos de restauración e incluso arqueológicos están presentes alumnos que recibieron su formación en Pontevedra”.

Asimismo, Carmen Lorenzo señala que muchos ex alumnos están desarrollando su carrera profesional en museos de prestigio a nivel nacional e internacional, tales como el museo Victoria and Albert de Londres, considerado como la institución más grande del mundo dedicada al arte y el diseño; así como en otros centros similares de Nueva York, Italia, México, Abu Dhabi o Malta, entre otros.

Desde la Escola Superior de Conservación e Restauración de Bens Culturais de Galicia no solo echan la vista atrás, y es que quieren continuar siendo referente en cuanto a la formación de profesionales en este ámbito artístico y cultural.

Una alumna trabajando en detalle. | // RAFA VÁZQUEZ

Carmen Lorenzo asegura que, entre los principales retos del centro pontevedrés en la actualidad, se encuentran el de “la concienciación de la sociedad”. La directora de esta escuela afirma que “a pesar de llevar tantos años en Pontevedra, lo cierto es que todavía seguimos siendo muy desconocidos. Nuestro objetivo es dar a conocer nuestra profesión y que la sociedad sepa cuáles son las funciones de los restauradores”.

En relación a esto, Lorenzo destaca que otro de los grandes retos a los que se enfrentan es que “la profesión adquiera el valor y la importancia que realmente tiene, puesto que el ideario de que nos dedicamos a realizar trabajos manuales termina derivando en verdaderas atrocidades”.

Carmen Lorenzo hace referencia así a “restauraciones” fallidas como la del Ecce Homo o la de la talla de San Jorge de Estella, que son peligrosas porque muchas piezas pueden llegar a perderse para siempre, puesto que según afirma la responsable del centro de formación de Pontevedra, “en ocasiones se daña tanto la obra que es irreversible y se pierden piezas relevantes históricamente que no dejan de ser parte de nuestro patrimonio. Y por otra parte, si no cuidamos nuestro patrimonio, que es lo que nos identifica, estaremos perdiendo nuestra identidad cultural”.

La directora de la Escola de Conservación e Restauración indica en este sentido que “la nuestra no deja de ser una profesión científica, porque para poder intervenir en una obra necesitas saber, en primer lugar de historia del arte para conocer a su autor y el estilo, y a nivel técnico es fundamental conocer qué tipo de materiales utilizaron o el tipo de pigmentos, saber cómo se degradan esos materiales o cómo les afecta el paso del tiempo. Y por supuesto, conocer de qué manera se puede frenar ese deterioro y tratarlos”.

Por último, Carmen Lorenzo hace especial hincapié en que otro de los grandes retos para la escuela que dirige en la actualidad es el de llevar a cabo una labor de divulgación y difusión de la cultura patrimonial “como un bien que tiene una sociedad y que hay que cuidarlo entre todos para poder legarlo a las nuevas generaciones que vienen detrás y que no se pierda con el paso del tiempo”.

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