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Pedro Cardona Suanzes nnficha personal | Comandante-director de la Escuela Naval Militar

“Siempre tuve clara mi vocación... Ser marino no es un trabajo, es lo que soy”

“Es estimulante trabajar con una de las mejores cosas de España: la juventud”

Pedro Cardona Suanzes, que el pasado julio relevó a Ignacio Cuartero al frente de la Escuela Naval Militar/ Rafa Vázquez

“Nosotros solemos decir que mandar es servir”, explica el nuevo comandante-director de la Escuela Naval Militar a propósito de por qué quiso ser marino. “Desde siempre tuve claro que mi vocación era servir a España y a sus ciudadanos”, añade, “hacerlo en la mar era, para mí, natural. Por una parte, he navegado desde que tengo uso de razón. Por otra, mi familia lleva más de 13 generaciones sirviendo en la Armada. Para mí esto no es un trabajo, es lo que soy”.

–¿Qué recuerda de su paso por la Escuela Naval Militar?

–Sin duda alguna, la primera vez que crucé la puerta de Carlos I y ese periodo de dos semanas, sin ninguna conexión con el exterior, al que llamábamos “cursillo previo”. Este fue el momento donde nos comenzaron a formar como militares, una formación en valores cuyos principales pilares son el honor, la disciplina, el valor y la lealtad. Unos valores que me han ido acompañando por mi derrota en la Armada. Entre mis recuerdos más vívidos está como fuimos formando unos lazos cada vez más fuertes mis compañeros y yo, lazos que han perdurado desde entonces y que nos llevan a considerarnos más que amigos, como una gran familia. El compañerismo es esencial en la Armada. Por último, recuerdo con mucho cariño a la ciudad de Vigo, a la que acudía regularmente por su oferta de ocio y a las regatas del Real Club Náutico.

Desde siempre tuve claro que mi vocación era servir a España y a sus ciudadanos. Hacerlo en la mar era, para mí, natural. Por una parte, he navegado desde que tengo uso de razón. Por otra, mi familia lleva más de 13 generaciones sirviendo en la Armada

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–¿Qué supone para usted encabezar este centro?

–Pues es un reto muy estimulante, por múltiples motivos. Por una parte, supone la responsabilidad de formar a los futuros oficiales que deberán dirigir la Armada en el futuro. Esta formación debe ser integral y centrada en los valores. Es, también, estimulante porque me permite trabajar con una de las mejores cosas que tiene España: su juventud. Lejos de esa imagen de indolencia, lo que yo veo en nuestros jóvenes es compromiso, responsabilidad y esfuerzo. Es un privilegio ayudarles a crecer profesional, militar y personalmente. Finalmente, también es un reto estimulante por el momento de cambio actual, un cambio muy acentuado centrado en la transformación digital y que nos está llevando a replantearnos desde la raíz cómo hacemos las cosas.

Me he presentado a la sociedad civil y me ha impresionado el dinamismo y pasión por lo que hacen de todos los responsables con los que me he entrevistado... Lo que más me ha sorprendido, tal vez sea lo bien que se adaptan los alumnos a la vida militar

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–¿Cómo han sido sus primeros días al frente? ¿Qué es lo que más le ha sorprendido?

–Muy intensos, tanto emocional como profesionalmente. Para todos los marinos, la Escuela es un sitio que nos reconecta con nuestras raíces y convicciones y tiene, por tanto, un significado especial. Desde el punto de vista profesional, han sido días en los que he ido perfilando mi plan de mando para los próximos tres años, días en los que he tenido que pasar de las musas al teatro, de una idea clara hacia dónde quiero llevar la Escuela Naval hasta plasmarlo en un plan concreto. Han sido días, además, en los que me he presentado a la sociedad civil de la provincia y tengo que reconocer que me ha impresionado el dinamismo y pasión por lo que hacen de todos los responsables con los que me he entrevistado. En cuanto a lo que más me ha sorprendido, tal vez sea lo bien que se adaptan nuestros nuevos alumnos a la vida militar. Hace unas semanas se incorporaron 155 jóvenes a la Escuela y pese a que el cambio de la vida civil a la militar que sufren durante las primeras semanas a bordo es duro y sacrificado, he constatado de primera mano que esa juventud de la que hablaba antes son unos dignos depositarios de nuestro orgullo, herencia y tradiciones.

Lejos de esa imagen de indolencia, lo que yo veo en nuestros jóvenes es compromiso, responsabilidad y esfuerzo. Es un privilegio ayudarles a crecer profesional, militar y personalmente

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–¿Cómo es hoy la formación de los oficiales de la Armada?

–La palabra que mejor la define es integral. No sólo formamos unos excelentes marinos y militares, con una capacitación técnica muy alta, sino que los formamos en valores. Este último es el aspecto más importante. Por otra parte, la formación aquí es extraordinariamente exigente, ya que no nos vale otra cosa que no sea la excelencia. La Escuela es, en suma, un centro de referencia también más allá de nuestras fronteras, como demuestran los casi 30 alumnos extranjeros que cursan sus estudios aquí.

Estoy convencido de que este destino como comandante-director será mi favorito. No se me ocurre nada más gratificante y satisfactorio que acompañar y ayudar a gente joven, con motivación, vocación e ideales

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–¿Cuál ha sido su destino favorito?

–Estoy convencido de que este destino como comandante-director será mi favorito. No se me ocurre nada más gratificante y satisfactorio que acompañar y ayudar a gente joven, con motivación, vocación e ideales en este proceso de crecimiento personal y profesional que es el paso por la Escuela Naval Militar.

–¿Se arrepiente de haber elegido esta carrera?

–Al contrario. Creo que soy afortunado por haber podido contribuir, durante tantos años, a proporcionar a los ciudadanos un bien intangible que no se aprecia hasta que se pierde: seguridad y defensa.

“La Escuela ha sufrido un largo periodo de ausencia de inversiones que afectaron al cumplimiento de su misión”


–¿Cómo cambiará el centro en los próximos años?

–La Escuela Naval Militar está inmersa en su proceso de transformación digital 4.0 conforme al Plan de Transformación Digital de la Armada (TDA). En este sentido estamos adaptándonos para ser un centro donde la enseñanza sea híbrida, en la que la presencialidad jugará un papel esencial, pero completada con enseñanza virtual. Pero lo más importante es tener en cuenta que la Escuela cambia y se adapta para que su objetivo permanezca igual, inalterado: la formación integral de los futuros oficiales. Este ha sido el objetivo durante más de 300 años en los que la Armada ha sabido formar a grandes científicos, grandes marinos, grandes militares y grandes personas.


–¿Qué proyectos evalúa para la ENM?

–El principal proyecto en la Escuela Naval es el educativo, una de cuyas patas fundamentales se apoya en la Universidad de Vigo a la que está adscrita nuestro Centro Universitario de la Defensa de Marín. Compartimos objetivos, trabajamos conjuntamente en los métodos y nos apoyamos mutuamente con medios materiales. Esto es, en una palabra, tener una misma estrategia para completar el proyecto educativo. Pero para apoyar ese proyecto educativo hace falta lo que nosotros llamamos “posibilitadores”: infraestructuras, equipos y sistemas de enseñanza y personal. La Escuela ha sufrido un largo periodo de ausencia de inversiones, debido a la situación presupuestaria, que han afectado a su capacidad de cumplir su misión. Estamos inmersos es una serie de proyectos para revertir esta situación. Alguno requiere de una cierta inversión, lo que supondrá un retorno económico importante para la provincia. Finalmente, continuaremos con los proyectos que nos permitan mejorar nuestra integración con nuestro entorno. Por una parte, los relativos a medioambiente parte muy importante de este centro y con los que estamos muy concienciados. Por otra, los que nos permiten mantener esa tradicional relación fraternal con los municipios colindantes a la Escuela, siempre mostrando nuestro apoyo a la ciudadanía.

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