La madre cuya hija denunció abusos sexuales de su padrastro exige "justicia"

La madre de una menor residente en el municipio pontevedrés de Poio que denunció haber sido víctima de abusos sexuales de su padrastro desde la edad de 14 años exige "justicia" para reparar esa situación.

La mujer ha hecho esta reclamación a las puertas de la Audiencia de Pontevedra, arropada por integrantes del Colectivo Feminista de Pontevedra, ante la continuación de la vista oral del juicio contra su expareja, para el que la Fiscalía solicita quince años y nueve meses de prisión.

"Es mucho tiempo el que ha pasado", ha explicado la mujer, ya que los primeros abusos se habrían producido hace cinco años, por lo que "es muy duro volver a vivir todo esto", ha comentado acerca del juicio, que debe reanudarse.

Los abusos comenzaron, según la Fiscalía, en verano de 2016 cuando aprovechando que la madre había ido a trabajar, el acusado le dijo a ésta que se acostara en la cama matrimonial y comenzó a hacerle tocamientos de cariz sexual.

En agosto de 2018, durante dos noches en las que dormía en la litera baja con su hija pequeña, el acusado se levantó y manoseó el cuerpo de la víctima por debajo del camisón.

Cuatro meses después, ya en diciembre, cuando su mujer había ido a una cena de empresa, entró en la habitación de la joven, y tras meterle la mano por debajo de la ropa interior la masturbó, la penetró con unos consoladores, la besó y le practicó sexo oral.

Estos abusos habrían sido más o menos continuos entre verano de 2016 y diciembre de 2018, sobre todo durante los fines de semana, ya que la víctima asegura que era habitual que el acusado le levantase la camiseta, le tocase los pechos y le pellizcase las nalgas.

La madre de la niña, que había llegado a España para vivir con su madre con apenas cinco años, denunció a su pareja -que llegó a iniciar los trámites para adoptar a la menor legalmente- por estos abusos en enero de 2019.

La vista oral del juicio, como había solicitado la Fiscalía, se celebró a puerta cerrada para preservar la intimidad de la víctima, que declaró tras un biombo para no ver a su padrastro y terminó siendo atendida tras sufrir un ataque de ansiedad.

La sesión tendrá que reanudarse el próximo 14 de octubre, debido a la ausencia de un testigo considerado esencial, por lo que las partes no han podido elevar sus conclusiones