Casi 5.000 fotografías de agua, vegetación, cielo, nieve… naturaleza. A Pontevedra siempre se la ha conocido como la ciudad del Lérez, pero, paradójicamente, pocos pontevedreses conocen la historia que hay detrás de su arteria azul. Para describir la inmensa riqueza natural del río que cruza y baña a la Boa Vila, no hay palabras que basten, pero tal vez sí imágenes que puedan sustituirlas. Y es que el Lérez esconde mil caras ocultas, paisajes bucólicos de naturalezas casi vírgenes que el fotógrafo Jaime Olmedo es capaz de congelar y mostrar en sus redes sociales.
La historia de Pontevedra no puede entenderse sin su río. Sobre el Lérez se construyó el puente romano que da nombre a la ciudad, y , desde entonces, el vínculo que se forjó fue tan intenso que llevaría al puerto de la Boa Vila a ser potencia económica en los siglos venideros. La belleza natural y la riqueza de los ecosistemas son hoy en día dos de los principales baluartes del afluente pontevedrés. ¿Pero dónde comienza tanta belleza?
“El río Lérez nace en el monte San Bieito, en A Serra do Candán, muy cerca de un parque eólico”, explica Jaime. Un paisaje inesperado, pero a la vez revelador para el fotógrafo. “Pasó lo que pasa muchas veces, que lo que te imaginas no se corresponde con lo que luego te encuentras. Desde el sofá de mi casa imaginaba un nacimiento del río más peliculero, con su regato bien definido, abriéndose paso entre las montañas. Pero mi queridísimo sofá y el río iban por caminos diferentes”. La del nacimiento es la foto que inaugura el mosaico de 246 imágenes que actualmente se pueden contemplar en el perfil de Instagram y Facebook (rio.lerez) que el pontevedrés actualiza día a día, desde el 1 de enero de 2021. “En realidad las fotografías fueron hechas en el 2016”, relata Jaime, momento en que la fuerza de la curiosidad se reveló en la iniciativa de realizar un trabajo de documentación sin precedentes, con el río como único protagonista.
“La idea de este trabajo surgió como surgen las ideas, como una revelación. Una de las principales motivaciones derivó del Festival Novos Cinemas, que presentó una propuesta para la realización de actividades audiovisuales en torno al río. Y fue ahí cuando me propuse crear, fotografiar a partir del Lérez”. Desde las primeras gotas hasta el mar, como reza en su biografía de Instagram, y guiándose por Google Maps, Jaime recuerda que el proceso de documentación no fue del todo sencillo. “Es como hacer el Camino de Santiago, a lo largo de 62 kilómetros, pero con la diferencia de que aquí se tarda más en avanzar cada metro, por la ausencia de caminos”. A la frondosa vegetación y la enrevesada orografía se le sumó un reto técnico. “Hago fotografías fijas, por lo que tuve que reaprender muchas cosas de mi profesión; nono estaba acostumbrado a realizar retratos de paisajes”.
La soledad y el silencio, lo más impresionante
La historia imborrable, los puentes que salvan distancias, y la arquitectura que resiste al paso del tiempo son algunos de los factores que más impresionaron a Jaime. Además, el fotógrafo confiesa que le llamó la atención “la cantidad de molinos abandonados que se esparcen a lo largo del río”. Pero, lo que más resalta, es la ausencia de gente. “El río no pasa directamente por ningún pueblo, y solo me encontré a un hombre en el campo, la soledad, el silencio, fue una pasada”.
Para conocer las 1.000 caras del Lérez habrá que esperar hasta fin de año. “Pienso publicar el trabajo tanto en Instagram, como en Facebook, para el próximo intentar hacer una exposición con las imágenes que más gusten en redes sociales. Así, el río Lérez, un paraíso por descubrir, es gracias al trabajo Jaime Olmedo, un “instagramer” de éxito.
