El Concello ha puesto en marcha el proceso para el cobro del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), la principal fuente fiscal de ingresos municipales, con una previsión de recaudación de 17,5 millones de euros, en su inmensa mayoría correspondiente a la categoría urbana. El IBI se calcula en función del valor catastral que el Ministerio de Hacienda asigna a cada bien inmueble del municipio.
Según el último balance del Catastro, en el municipio están catalogados 74.511 unidades, en su mayor parte de uso residencial (viviendas) que suman 40.987, y plazas de garaje (que el Catastro identifica como (almacén o estacionamiento), que añaden otras 22.212 altas.
Esos 74.511 bienes, apenas 150 más que en el ejercicio anterior, están tasados con un valor catastral total de 2.013 millones de euros, tres más que en 2020, lo que supone una cifra media de 39.095 euros, por debajo de los 39.133 euros de doce meses atrás. Esta “rebaja” es general en todas las categorías salvo en las de uso industrial y residencial, cuyo incremento provoca una subida global de la tasación conjunta.
Así, Hacienda cifra en 45.422 euros el valor medio de cada una de las 41.000 viviendas, cinco más que hace un año, cuando el parque se incrementó en tan solo 81 unidades. Por su parte, el apartado industrial registra un retroceso en el número de unidades (son 3.636, 28 menos que en 2020) pero su valor unitario crece en 185 euros por bien, hasta una media de 35.298.
Puerto
Otro aspecto llamativo de las estadísticas de este año con las que se elabora el padrón del IBI es el relativo a los denominados Bienes Inmuebles de Características Especiales (BICE), donde figuran las autopistas, los parques eólicos, los aeropuertos o los puertos comerciales. En este último caso, aparece el Puerto de Marín repartido entre este municipio y el de Pontevedra, con la capital con un mayor porcentaje de bienes.
Según el Catastro, de las 215 unidades sujetas al IBI en el recinto portuario, 159 corresponden a Pontevedra y solo 56 a Marín, con una tasación de 34,5 y 15 millones de euros respectivamente. El dato resulta llamativo si se tiene en cuenta que Marín reclama desde hace años la plena titularidad del Puerto, pero el proceso de deslinde acumula una prolongada paralización.
Menos de 500 fraccionamientos del pago
Cuando se inicie, en el mes de octubre, el periodo voluntario de pago del IBI, el Concello pondrá en circulación 71.427 recibos, 1.200 menos que el pasado año, ya que en esta ocasión se dispone de una nueva aplicación informática que depura directamente todos aquellos abonos de menos de seis euros, que nunca se cobran pero que hasta ahora sí figuraban en el padrón. Del total, 70.263 corresponden al IBI urbano, con una recaudación prevista de 17.142.000 euros, mientras que el rústico suma poco más de mil recibos por 28.500 euros, Los de Características Especiales son 160, con un importe de 356.000 euros más. Desde hace algunos ejercicios, el Concello ofrece a los contribuyentes la posibilidad de fraccionar el pago en dos cuotas, pero para ello es necesario realizar una solicitud previa. Menos de 500 personas han acudido esta vez a esta opción. En concreto, serán 442 vecinos (el 0,6% del total) los que puedan pagar el IBI e dos cuotas, menos aún que en 2020, cuando acudieron a esta posibilidad 464 contribuyentes.
