Después de dos empates en las dos primeras jornadas de liga, el Pontevedra encajó esta tarde frente al Leganés B su primera derrota de la temporada, agravada además por las malas sensaciones que dejó el equipo en cuanto a juego. Insistió Ángel Rodríguez con el sistema 4-1-4-1 que tan mal resultado le dio en las dos primeras jornadas, volviendo a dejar a Rufo en el banquillo, y esta vez le salió aún peor. Los granates se vieron totalmente superados en la primera parte por el filial madrileño y solo consiguieron recortar distancias en el marcador cuando su rival bajó un poco el ritmo y dio un paso atrás. 

Los visitantes abrieron el marcador en el minuto 11 en una jugada ensayada, en una falta en línea de tres cuartos bastante centrada. Álex la envió a la banda izquierda donde, casi sobre la línea de fondo, Cissé la cabeceó para volver a meterla en el área pequeña, rematando caído a la derecha llegando desde atrás Alba para hacer el 0-1.

No se había cumplido aún la media hora de juego cuando llegó la jugada polémica del encuentro. En menos de un minuto Álex González veía dos tarjetas amarillas y era expulsado, en última instancia por una falta sin balón sobre Álex.

Tras el descanso, el entrenador del Pontevedra volvió a sacrificar a Romay y a Oier para dar entrada a Rufo y Yelko Pino, que debutó como granate. La reestructuración del equipo no funcionó, pues el Leganés B se encontró muy cómodo atacando por las bandas. En solo dos minutos llegó con peligro dos veces por la izquierda, antes de que Diego hiciera el 0-2, aprovechando un envío en largo, superando a Churre y a Soto y superando a un Álvaro Cortés que, aunque se tropezó cuando intentaba recuperar su posición bajo palos al estar adelantado, estaba vendido.

Después de varios minutos de dominio del Leganés B, que se encontraba muy cómodo y tenía controlado el encuentro, llegó el gol del Pontevedra más por fe que por juego. En un centro desde la izquierda, Charles presionó al portero, que falló en el despeje de puños, aprovechando el balón muerto Rufo para recortar distancias. 

Los granates lo intentaron hasta el final con más corazón que cabeza y, aunque acabaron el encuentro en el área contraria, no llegaron a inquietar realmente a Victores. En definitiva, paso atrás del equipo de Ángel Rodríguez, que deberá reajustar muchas cosas para que sirva como impulso en el futuro