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Primaria no cumple el prometido 60% de consultas presenciales y provoca la saturación en Urgencias

Cola para entrar al ambulatorio Virgen Peregrina. // RAFA VÁZQUEZ

El área sanitaria de Pontevedra y O Salnés todavía no es capaz de alcanzar el 60 por ciento de presencialidad en las consultas de Atención Primaria. Este porcentaje, que el Sergas se había fijado para este mismo año, muy tocado a nivel asistencial por la pandemia del COVID, está muy lejos de ser una realidad. La principal preocupación para los facultativos en este sentido son los enfermos crónicos y los mayores, los más perjudicados por los daños colaterales del coronavirus y sus efectos en la sanidad pública.

El pasado mes de mayo el gerente del área, José Ramón Gómez Fernández, aseguraba que el comité de Atención Primaria trabajaba en este sentido y que “hay un acuerdo con los profesionales en que tenemos que tener una atención presencial más importante”.

“Teníamos una de las Atenciones Primarias más buenas del mundo, accesible, próxima, y se está perdiendo"

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Y aunque mencionaba ese 60 por ciento, también recalcaba que la consulta telefónica se mantendría “porque era algo muy demandado por la sociedad”.

“Que una persona pueda arreglar un aspecto sanitario con seguridad y calidad sin necesidad de acudir al centro ni pedir permiso en el trabajo va a ser algo que se quede: recetas, comunicación de resultados...”, explicaba entonces.

El problema es que durante todos estos meses las esperas para citas han sido largas, aseguran varios profesionales a FARO, que recuerdan que a día de hoy el paciente todavía no tiene la capacidad para poder pedir una consulta presencial y que, en realidad, estas se duplican: primero son atendidos por teléfono y después, si el médico lo autoriza, vuelven a pedir cita para otro día, salvo que sea una urgencia.

Una de las principales consecuencias de este sistema, que dependiendo del centro de salud en cuestión puede dilatar las consultas en persona hasta dos semanas, es que, desesperados, muchos pacientes terminan recurriendo a los servicios de Urgencias para agilizar su atención, tanto a los puntos de atención continuada (PAC), como el de A Parda, como directamente en el Hospital Montecelo.

Acumulación de tareas

El doctor Ramón Barreiro, del sindicato de médicos CESM, subraya que “la temporada de verano siempre es muy dura”. “El problema para los profesionales es que muchas incidencias no se cubren y esto es muy negativo, porque acumulan tareas para otros días y esto provoca una aumento de las listas de espera. ¿El resultado? Un sinvivir para los familiares y profesionales”, resume.

“Por ahora se sigue con la tónica de las citas telefónicas. Se llama al paciente, lo que supone un filtro previo, antes de verlo presencialmente”, indica, para añadir que esto finalmente lleva a una espera de entre unos 10 o 12 días, según el centro de salud.

“Los que más nos preocupan son los pacientes crónicos, que tienen que tener un seguimiento más personalizado. Cuando hay demoras de espera se quedan en segunda línea y tienen preferencia los agudos, no ellos"

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“Y lo que ocurre es que la gente se preocupa y la incertidumbre es tanta que al final recurren a los servicios de Urgencias. Ahora nos preocupa que lo hagan, pero todavía peor será en otoño e invierno, cuando comiencen los problemas respiratorios”, advierte.

Asimismo, alerta de que esta situación se va a agravar dentro de cinco o diez años, “porque se van a jubilar muchos profesionales”.

“Los que más nos preocupan son los pacientes crónicos, que tienen que tener un seguimiento más personalizado. Cuando hay demoras de espera se quedan en segunda línea y tienen preferencia los agudos, no ellos. Son los que más lo sufren”, asegura Barreiro.

Falta de personal

“El objetivo del 60% no se está cumpliendo y está suponiendo un problema gravísimo. La situación es muy complicada con falta de personal médico y la plantilla está a menos de la mitad. La gente se vuelve loca llamando y esperando que les cojan el teléfono para una cita”, afirma, por su parte, Manuel Martín, portavoz de la plataforma SOS Sanidade Pública.

También recalca que la asistencia a Urgencias por la imposibilidad de ser atendido en Atención Primaria “está llevando a que se vean patologías en estos servicios que nunca deberían llegar a un hospital”.

“Teníamos una de las Atenciones Primarias más buenas del mundo, accesible, próxima, y se está perdiendo. Va a peor por las jubilaciones y se generan situaciones de tensión, estrés, enfrentamiento... entre pacientes y profesionales”, considera. “Para recuperar a los médicos tienen que mejorar su situación laboral”.

Asimismo, manifiesta la preocupación generalizada de que se está dejando fuera del sistema, a través de las herramientas tecnológicas, al rural y a los mayores.

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