Lo que las administraciones no han hecho lo ha conseguido una pareja de jóvenes que vive en Marín. Adrián Piñón y Elena Herrero, tras leer en FARO que un pato del Lago de Castiñeiras se encontraba en apuros con una anilla de una lata incrustada en el pico, se acercaron para intentar liberarlo de esta tortura. Y en cinco minutos lo consiguieron.

La alerta la daba este lunes una joven pontevedresa a través de las redes sociales, Meli Fontán. Este periódico se hizo eco del caso y habló con las administraciones implicadas: el Centro de Recuperación de Fauna Salvaje de la Xunta y los concellos de Marín y Vilaboa. Sin embargo, ninguno de ellos se había puesto manos a la obra para retirar la anilla al animal. El centro autonómico porque aseguraba que se trata de un pato doméstico y los ayuntamientos porque afirman no tener medios para ello y porque es una competencia de la Xunta, a la que se dio aviso. Es decir, pura y dura burocracia.

"Leímos la noticia y nos acercamos. Fue bien fácil, de hecho yo llevaba herramientas y ni me hicieron falta"

Adrián Piñón - Vecino de Marín

“Leímos la noticia y decidimos acercarnos por allí”, cuenta este martes a FARO Adrián Piñón, que junto con su pareja fue a dar su habitual paseo con sus perros por el lago.

Explica que la operación fue bien fácil. “De hecho, yo llevaba herramientas por si hacían falta y no las tuve ni que usar”, añade. Eso sí, le quedó una herida en la parte blanda del pico que "curará sola con el tiempo", afirma Piñón, que conoce bien a estos animales.

Para ello no hizo falta ni que se mojaran, ya que fueron echando galletas en la orilla y el animal se acercó solo y pisó tierra firme. Más fácil, imposible.

“Es un pato doméstico al cien por cien. Por aquí hay varios, ya que la gente los compra y después los abandonan. No son especies autóctonas”, señala el joven.

Él y Elena son aficionados a la ornitología y es habitual que salgan con sus cámaras para fotografiar aves, de ahí que este pato en cuestión no pudo haber tenido mejores salvadores. Un final feliz bien merecido tras una semana de sufrimiento para el animal.