El campus de Pontevedra fue escenario esta mañana de un gran despliegue de los servicios de seguridad de la ciudad, tras haber recibido la alerta de emergencia de un joven de 27 años, vecino de Moaña, que pedía auxilio y que lo situaba en las inmediaciones de la facultad de Fisioterapia.

Las autoridades recibieron el aviso en el entorno de las 13.20 horas a través de una llamada telefónica realizada por una mujer que alertaba de que su hijo le había enviado un mensaje pidiendo ayuda. Hasta el lugar se desplazó una patrulla de la Policía Local de Pontevedra, a donde también acudieron una ambulancia medicalizada y varias patrullas de la Policía Nacional que también habían recibido la misma llamada.

Tras peinar la zona sin localizar a nadie que solicitara ayuda, finalmente localizaron al joven que coincidía con la descripción en la avenida de Bos Aires, junto al puente de A Illa do Cobo. Una vez identificado, el joven afirmó que por error le había enviado un mensaje de SOS a su madre y que se le había apagado el móvil. Posteriormente, el joven se puso en contacto con su madre para tranquilizarla y explicarle lo sucedido.

Este tipo de mensajes son alertas programadas en teléfonos inteligentes que, si están activados, envían un SOS a las personas que establecieron su localización. Finalmente, todo quedó en un pequeño susto y un malentendido.