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Cultura chequea la antigua sede de Hacienda para verificar si se adapta a las necesidades del Archivo

Fachada de la antigua delegación de Hacienda, en A Ferrería Rafa Vázquez

La conversión de la antigua delegación del Ministerio de Hacienda en sede del Archivo Histórico Provincial ahora ubicado en el paseo de Colón “es una decisión política ya tomada”, pero ahora “todo depende de su viabilidad técnica”. Así lo apuntan fuentes socialistas próximas a este proyecto del Gobierno central. Pare verificar que el histórico inmueble adosado al convento de San Francisco se adapta a las necesidades archivísticas, técnicos del Ministerio de Cultura han analizado ya las condiciones del edificio y su estado actual, toda vez que cumple ya siete años sin uso al trasladarse la delegación provincial a las nuevas instalaciones de Campolongo.

La antigua delegación de Hacienda fue transferida en noviembre de 2019 a Cultura, que tiene decidido su aprovechamiento. De hecho, el Plan de Actuación Anual de la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos de este departamento incluye entre sus previsiones para este año y 2022 la redacción del proyecto de “adecuación” de ese inmueble en sede del Archivo Histórico. Pero antes de poner en marcha un plan de adaptación presupuestado en 9,4 millones, los técnicos deben elaborar sus informes de idoneidad, con cinco premisas básicas: salvaguardar el carácter histórico del edificio; mantener intactas su espectaculares escaleras interiores, analizar la resistencia de la placas ya que deberán soportar más peso que en su anterior uso; calcular el número de metros lineales de archivos que se pueden instalar para ofrecer garantías de futuro para al menos una década; y determinar si la calle Aduana, que discurre por detrás del edificio, genera humedades u otros problemas.

Este estudio ya está en marcha y los técnicos ya han visitado la sede de A Ferrería, pero aún no se han completado los estudios. El calendario ideal que maneja Cultura es completar este análisis este año y en 2022, con un presupuesto de 208.000 euros, elaborar el próximo año el proyecto de adaptación y comenzar las obras, en su caso, en 2023, con un presupuesto estimado de 9,4 millones de euros.

Cabe recordar que en el año 2013, en plena crisis, el Ministerio de Hacienda incluyó la antigua delegación provincial de Pontevedra en una lista de 63 inmuebles que el departamento ponía a la venta con el objetivo de hacer caja. Sin embargo, desde el Concello ya se advertía entonces que la calificación urbanística del terreno no iba a hacer fácil su venta. De hecho, el gobierno local tampoco estaba por facilitar la labor y que el emblemático inmueble dejase de ser público para pasar a manos privadas.

Después de estar varios años en esta lista, la administración acabó por rendirse ante la evidencia de que no iba a vender el edificio y este salió del mercado a la espera de que se pudiera definir cuál sería su futuro. Mientras tanto, desde Pontevedra se apuntaban distintas posibilidades y la que siempre gustó en mayor medida tanto al Concello como a la Diputación fue su conversión en este Archivo Histórico Provincial que también pudiera albergar instalaciones dedicadas a la investigación y que además podría estar vinculado al Museo, que tiene edificios muy próximos.

Con la transferencia del edificio a Cultura se garantiza, de entrada, su titularidad pública y, de concretarse su destino como Archivo Provincial, supondría un nuevo uso para un inmueble que tuvo múltiples destinos a lo largo de la historia. Formó parte del conjunto que constituía en su momento el convento y la iglesia de San Francisco (que se remontan al siglo XIV) pero pasó a manos del Estado en el año 1835, con motivo de la primera desamortización.

Desde entonces, ya como propiedad pública, comenzó esta larga sucesión de usos. Fue residencia del gobernador y sede del gobierno, llegó a albergar las dependencias de la Diputación Provincial hasta que en 1890 se construyó el actual Pazo Provincial.

A principios del siglo pasado llegó a albergar en su zona trasera un espacio destinado al cuerpo de bomberos y fue ya a partir de 1932 cuando se le dio el uso que tuvo hasta 2014 como delegación en la provincia del Ministerio de Hacienda. Desde entonces permanece vacío.

Protegido dentro del conjunto histórico artístico del convento desde 1896, en el año 2013 y sabiendo que en 2014 quedaría vacío el Ministerio de Hacienda lo incluyó en una lista de inmuebles a la venta. Patrimonio lo tasó en 5,3 millones de euros pero la venta no se pudo llevar a cabo no solo por su alto coste sino por su calificación urbanística como equipamientos lo que dificultaba que se pudieran llevar a cabo algunas propuestas que se plantearon en aquellos años como su conversión en un hotel con encanto o un parador.

Además, el edificio esconde también elementos de gran valor patrimonial dado que la antigua puerta de San Domingos, que formaba parte de la muralla de la ciudad, se integró en la fachada del inmueble.

Tres meses desde el acuerdo de compra de Santa Clara

A punto de cumplirse tres meses desde que el Concello anunciara el acuerdo de compra del convento de Santa Clara por 3,2 millones de euros, el contrato con la comunidad de las Clarisas todavía no está oficialmente firmado, según fuentes municipales, a la espera de disponer de toda la documentación, entre ellas un inventario y una tasación de los bienes muebles que alberga el histórico edificio, en especial el retablo y el órgano.

En principio, estas piezas quedarían en depósito en manos del Concello, pendiente de una posible adquisición posterior. La compra de Santa Clara es la última gran operación de este tipo que se ha concretado en la ciudad para garantizar la conservación del convento, que presenta un notable deterioro. La intención municipal es abrir su amplia huerta al público tan pronto como sea posible, mientras que en resto del complejo parece que se destinará al Museo, según la voluntad tanto del gobierno local como de la Diputación. Sin embargo, aunque ambas partes se muestran dispuestas a pactar ese uso, también se está a la espera de todos los informes técnicos oportunos sobre la idoneidad del inmueble para ello, algo parecido a lo que ocurre con la antigua sede de Hacienda. Si se confirma el uso museístico de Santa Clara, podría quedar en suspenso la polémica reforma de los edificios de la plaza da Leña.

Condiciones en estudio

1 Mantener intactas las escaleras interiores

Es una de las señas de identidad del inmueble. Se trata de conservarlas en su totalidad y salvaguardar el carácter histórico del edificio.

2 Analizar la capacidad de carga de las placas

Los elementos de almacenaje suponen un peso muy superior al del uso habitual, por lo que se estudia el estado de la estructura.

3 Humedades desde la calle Aduana

El vial situado detrás de Hacienda, en pendiente, puede provocar humedades o filtraciones hacia el interior, el peor enemigo de un archivo.

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