El proyecto del parque eólico en la cima del monte Castrove sigue cosechando muestras de rechazo. Así, el Ayuntamiento de Meis aprobó el viernes por la noche una declaración institucional en contra de la instalación de los aerogeneradores, firmada por el PSOE, que gobierna en este municipio, BNG y PP. Antes de esta sesión, el auditorio de Meis acogió una reunión con representantes de los cuatro municipios y las sietes comunidades de montes afectadas, entre ellas las de San Salvador de Poio y de Campañó de Pontevedra, además del alcalde de Barro, Xosé Manuel Fernández Abraldes y el concejal pontevedrés Alberto Oubiña.

La sociedad Parque Eólico Cadaval y Ventoso tiene en marcha un plan eólico que afectaría a una superficie de 587 hectáreas. Así consta en el proyecto que la Xunta expuso al público para proceder a su análisis de impacto ambiental. Se diseña con 24,00 MW de potencia nominal y estaría integrado por cuatro aerogeneradores tripala de 170 metros de diámetro y de 6.000 kW de potencia unitaria y 115 metros de altura de buje. La inversión total es de 20,5 millones de euros.

El Ayuntamiento de Poio fue el primero de los afectados en posicionarse en contra del parque, y el viernes lo hizo también el de Meis. Mientras, la postura de las comunidades de montes es menos contundente, si bien todas afirmaron que no saben nada del proyecto y que los promotores no se pusieron en contacto con ellos para explicarles en qué consistirá la actuación.

En la asamblea, se acordó que los servicios técnicos de cada uno de los cuatro ayuntamientos van a elaborar un informe completo sobre el proyecto, que posteriormente se remitirá a cada una de las comunidades de montes. Esos informes tendrán partes en común y otras particulares para cada concello, y servirán de base para la presentación de las alegaciones en contra del parque. En las próximas semanas, habrá más reuniones sobre este asunto, para avanzar en la coordinación. También acudieron a la asamblea representantes de una plataforma recientemente constituida y que está en contra de este proyecto de energía eólica en el Castrove.

La alcaldesa de Meis, Marta Giráldez, manifiesta que, “estamos a favor de las energías limpias y sabemos que el futuro va por ahí, pero el proceso en este caso concreto se ha llevado con tal falta de transparencia que nos genera dudas”. Además, añade la regidora, “creemos que el monte Castrove no es el lugar idóneo para la instalación de un parque eólico”. Asimismo, se quejó de la falta de concreción del proyecto remitido por la empresa, hasta el extremo de que no queda claro por dónde pasarán los tendidos eléctricos y a qué propiedades le afectarán las servidumbres.

Sobre esto, la alcaldesa recuerda que los ayuntamientos que comparten la montaña (Meis, Barro, Poio y Pontevedra) tienen en mente un proyecto de puesta en valor del Castrove, que incluye desde la creación de rutas de senderismo hasta la restauración parcial de las ruinas existentes en la parte alta del monte, donde existen restos de una antigua capilla y de una torre militar defensiva. También se está trabajando en la creación de un gran recinto donde tener cerrados los caballos.

En este sentido, el concejal pontevedrés Alberto Oubiña, que asistió a la asamblea, abogó por proteger el parque forestal de A Tomba, en Campañó, que acaba de activar el Concello.

El recinto para caballos, en la parte alta del monte

Otro de los asuntos que se abordaron en la asamblea fue el de la creación de un recinto para los caballos criados en libertad en el monte. El proyecto parte de un grupo de ganaderos que pretenden revitalizar la cría de caballos en el Castrove (actualmente quedan unas 50 cabezas, cuando hasta no hace muchos años llegó a haber unas 300), pero de una forma segura y controlada, de modo que esta actividad no cause daños a los agricultores de la parte baja de la montaña. Los promotores del recinto han presentado un proyecto a las siete comunidades afectadas por el recinto, y ahora estos colectivos los expondrán a sus vecinos en sus respectivas asambleas de montes. Será ahí donde cada comunidad decida si aprueba o no el proyecto ganadero en sus terrenos. Esteban Outeda, un vecino de Armenteira (Meis), que es uno de los promotores de la iniciativa, explica que el recinto se haría en la parte alta del monte, puesto que es más fácil y barato de cerrar al ser un terreno más regular desde el punto de vista orográfico. Asimismo, en esa zona hay abundancia de pasto.