Las fiestas de Santiaguiño, en la parroquia de O Burgo fueron muy diferentes a las de otros años, pero entre las tradiciones que se han podido mantener está la de la misa en honor a Santiago peregrino, que tuvo lugar en la mañana de ayer, a las 12.30 horas.
Con aforo reducido, pero con la fe intacta, los vecinos de la parroquia despidieron esta celebración con la esperanza de que el año que viene sea bien distinta y con la oración siempre puesta en los enfermos y fallecidos.
Pese a las medidas, la parroquia celebró el pasado sábado una procesión “privada” en la tradicional ofrenda de las uvas y el maíz. Al terminar la misa de la última novena el párroco salió junto a la imagen, los voluntarios que la llevaban y un grupo de gaitas hasta la ofrenda. A su paso lo observaban los vecinos, que lo esperaban desde sus ventanas y puertas.