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El área bate su récord de casos y la mayor parte de los 35 hospitalizados tiene menos de 50 años

Pacientes esperando ayer a las puertas del servicio de Urgencias del Hospital Montecelo. RAFA VÁZQUEZ

La quinta ola de la pandemia alcanzó ayer su pico máximo en la pandemia en el área sanitaria de Pontevedra e O Salnés con 2.615 casos activos de COVID, la cifra más alta hasta la fecha, llegando incluso a superar los valores más altos registrado a principios de año. También se disparó el número de hospitalizados, a 35, diez más en apenas 24 horas. La elevada incidencia del coronavirus en pleno verano preocupa a las diferentes administraciones, sectores económicos y a la población, que a partir de hoy deben acogerse a las nuevas restricciones adoptadas por la Xunta, pero ¿cómo está viviendo la quinta ola los profesionales sanitarios?

Para el jefe de Neumología del Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra (CHOP), Adolfo Baloira, esta situación era “relativamente previsible”, y es que el responsable de uno de los principales servicios que hace frente al COVID en el hospital pontevedrés “se han dado tres factores que han conjugado la tormenta perfecta”.

Baloira destaca como principal motivo “un error muy importante a la hora de efectuar las restricciones”. En este sentido, el facultativo apunta que “las limitaciones deberían establecerse en función del número de vacunas que se vayan a disponer y, sin embargo, se ha otorgado libertad absoluta a las personas no vacunadas, coincidiendo con el hecho de que esta es una población que suele mantener un ritmo de interacción social elevado, sumado a las ganas que tenían de salir del confinamiento, así como a la aparición de la variante Delta, que tiene una capacidad de transmisión del 35% más que la variante Alfa o británica y que es más resistente a las vacunas de AstraZeneca o Janssen. Así es cómo hemos pasado de una incidencia de 50 casos por 100.000 habitantes a 14 días a ver la pandemia completamente disparada”, indica el neumólogo.

Situación preocupante

Precisamente, la incidencia del COVID en Pontevedra y su área de influencia, está encabezada por el concello de Sanxenxo, que en la actualidad roza los 2.000 casos activos por 100.000 habitantes a 14 días; seguido de Poio, que ya roza los 1.000 positivos por 100.000 habitantes, y Pontevedra, con una incidencia acumulada de casi 900 infecciones activas por 100.000 habitantes a 14 días. En el caso de Marín, el número nuevo de casos que se registran de la enfermedad roza los 700 por cada 100.000 habitantes.

En cuanto al resto de la comarca, ya son cinco los concellos que se sitúan en una incidencia acumulada entre los 250 y 500 casos por 100.000 habitantes. Así, en esta horquilla se sitúan Caldas de Reis, Cuntis, Moraña, Barro y Ponte Caldelas.

Cuantos más casos haya, más probabilidades hay de que aparezcan nuevas variantes

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Esta situación es para los profesionales “preocupante” y el jefe de servicio de Neumología del CHOP advierte que “cuantos más casos haya, más probabilidades hay de que aparezcan nuevas variantes. Aunque es cierto que hemos comprobado que no es un virus que mute drásticamente, cada nueva cepa registra una mayor transmisibilidad, ya que se adapta a las vacunas, por eso no hay que minusvalorar esta situación. Además, a pesar de que las hospitalizaciones sean leves, no hay que olvidar que hemos pasado de no tener fallecidos a registrar en España unos 30 o 40 diarios, y cada personas fallecida es un fracaso”, afirmó Baloira, quien hizo especial hincapié en que “la sociedad debe ser responsable”.

En relación a esta cuestión, Adolfo Baloira llama la atención sobre el hecho de que a los cribados dirigidos a la población diana de entre 16 y 35 años, “tan solo están acudiendo tres de cada diez jóvenes y esto no debiera consentirse, ya que la salud pública debe ir por delante de cualquier voluntad privada, siempre y cuando no entrañe ningún riesgo, y las PCR no lo hacen”.

El perfil de los pacientes

Por otra parte, en cuanto a las hospitalizaciones de pacientes COVID que tienen lugar en la actualidad, el jefe de Neumología destaca que el perfil de paciente ingresado no tiene nada que ver con los de otros puntos álgidos de la pandemia. Así, Baloira indica que “suelen tener menos de 50 años e incluso de 30, y también podemos ver algún caso que ha rechazado la vacuna o que tan solo disponía de una dosis. Hubo algún caso derivado de alguna residencia, pero que han salido adelante sin mayor problema”.

En cuanto a las secuelas de la enfermedad provocada por el virus, el responsable del servicio señala que estas “son las mismas, independientemente de la edad” y destaca que “hay que tener cuidado”. El facultativo explica que las secuelas graves se dan en un porcentaje muy bajo, principalmente en aquellas personas con estancias prolongadas en la UCI, y las más habituales suelen ser debilidad muscular, la pérdida de olfato que afecta a un 15% de los pacientes COVID y no se recuperan hasta pasados ocho meses, concentración de cansancio y dolor de cabeza que puede persistir durante al menos tres meses.

Las secuelas son las mismas, independientemente de la edad

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Pese a la situación actual, Adolfo Baloira destaca una parte “muy positiva”, y es que “la gravedad de los casos es mucho menor, ya que desde hace tiempo en UCI no se superan los cinco ingresados y llevamos dos meses sin ninguna víctima mortal, un dato muy positivo”.

En relación a la derivación de pacientes de Pontevedra al hospital de O Salnés, el facultativo destacó que fue algo puntual y que “en el área sanitaria funcionamos como un único hospital, tenemos un número limitado de camas y es normal que echemos mano de ellas”.

Saturación en Urgencias al recibir patologías atrasadas por la presión COVID

Desde hace varias jornadas, el servicio de Urgencias del Hospital Montecelo, así como los diferentes centros de Atención Primaria del área sanitaria, han experimentado un importante incremento del volumen de trabajo, un hecho que los profesionales achacan, entre otras cuestiones, a la incidencia de la quinta ola en la comarca. A este respecto, el jefe del servicio de Neumología del Complexo Hospitalario Universitario de Pontevedra, Adolfo Baloira, explica que “esto se debe a que en la actualidad ya están entrando pacientes con patologías atrasadas por la presión del COVID que hubo durante la pandemia y que, viendo cómo está evolucionando esta quinta ola, acuden a los centros por miedo a lo que pueda pasar después”.

En este sentido, y dado el aumento de la presión hospitalaria derivada de la elevada incidencia del coronavirus en la actualidad, a la pregunta de si la dirección del CHOP contempla la reapertura de la planta COVID en Montecelo, Baloira comenta que “aunque es una decisión muy compleja, de momento no compensa”. En este sentido, el facultativo explica que “hay mucha patología atrasada y tampoco estamos sobrados de camas, con esta tendencia al alza del COVID las decisiones se van tomando prácticamente día a día. Además, es importante destacar que más o menos las altas y los ingresos COVID se van compensando. También es verdad que estamos agilizando mucho las altas hospitalarias, porque la parte positiva es que los ingresos que están teniendo lugar no son graves, de manera que eso permite enviar a los pacientes a casa con unas pautas para que puedan continuar su recuperación en el domicilio y reducir así su estancia en el hospital”, indicó Baloira.

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