La quinta ola del COVID, dominada por la variante Delta, avanza desbocada en Pontevedra y su área sanitaria. La ciudad ha llegado a 635 casos activos, la cifra más elevada desde que comenzó la pandemia. Este miércoles se han registrado en el municipio 38 contagios más, lo que sitúa el total en un récord absoluto, por delante de los 616 del pasado 5 de febrero, con una incidencia acumulada a 14 días de 718 por cada 100.000 habitantes.

En el conjunto del área sanitaria, el Sergas informa este miércoles de 2.258 pacientes con infección activa, 157 más que en la jornada anterior, y lo más preocupante es que la presión hospitalaria no mejora, sino que aumenta día a día. Hay 24 personas hospitalizadas, cinco de ellas en la unidad de cuidados intensivos de Montecelo. Este mismo centro atiende a 17 enfermos en planta, con otro en el de O Salnés y uno más en el QuirónSalud Miguel Domínguez.

A día de hoy son ocho los municipios de la comarca en riesgo extremo por COVID, al superar una incidencia de 250 casos por cada 100.000 habitantes. La situación más preocupante se mantiene en Sanxenxo, con una incidencia de casi 1.650, mientras que Poio roza los 950. En Pontevedra se llega a 718 y en Marín está en 569 de indencia a 14 días.

En el riesgo extremo, aunque menos elevado, se encuentran Barro (386), Moraña (337) Caldas (307) y Ponte Caldelas (307).

Todos ellos, en especial Pontevedra, Poio, Sanxenxo y Marín, se enfrentan a un posible aumento de las restricciones.

En toda el área, se han registrado en las últimas 24 horas 227 nuevos casos confirmados por pruebas de detección de la enfermedad y se contabilizan 195 enfermos más, hasta un total de 17.222 en toda la pandemia, después de que se hayan dado 38 altas. Desde que comenzó estra crisis sanitaria, hace año y medio, se han curado en el área Pontevedra-O Salnés 14.783 personas