El Juzgado de lo Penal número 3 de Pontevedra ha condenado a Juan Paulo Giménez a seis años y medio de prisión como autor del tiroteo registrado en mayo de 2019 en una fiesta de pedida de mano que se celebraba en el Centro Multiusos del Polígono de Torneiros, en Porriño. En aquel suceso, supuestamente enmarcado en las discrepancias que mantienen desde hace años las “familias” de etnia gitana de “Los Morones” y “Los Zamoranos”, resultaron heridas dos personas al rebotar las balas.

En concreto, la sentencia impone a Juan Paulo Giménez dos penas de dos años y seis meses de prisión por sendos delitos de lesiones, y otro año y medio más por tenencia ilícita de armas. Estas penas suponen una ligera rebaja sobre lo que solicitaba inicialmente el fiscal: tres años y medio por cada caso de lesiones y dos años por el segundo delito.

La otra persona que era juzgada en este caso, Rafael G. F, ha quedado absuelta al no resultar acreditada su participación en los hechos. El fiscal sostenía que esta segunda persona había trasladado en su coche al ahora condenado hasta el escenario de la fiesta.

El juicio se celebró la pasada semana en Pontevedra y en la sesión, tanto los heridos como otros testigos identificaron a Juan Paulo Giménez como el autor de los disparos al techo. Respecto al otro acusado, Rafael G.F., nadie pudo identificarlo en el lugar de los hechos y solo se le atribuye tener un vehículo del mismo modelo y color que el identificado en la huida.

En la vista oral, el ahora condenado negó ser el autor del tiroteo, afirmando que en ese momento, “yo no estaba en Galicia”. Su defensa presentó facturas que lo situarían en esos días en Sevilla. También alegó “indefensión” por no poder contar en la sala con varias pruebas, entre ellas las balas.

Además, interrumpió en varias ocasiones e hizo aspavientos mientras se sucedían las declaraciones de los testigos, por lo que fue llamado al orden por la titular del juzgado en varias ocasiones hasta que finalmente fue expulsado de la sala. Durante la vista, medio centenar de personas, vinculadas con el clan de “Los Morones”, esperaron en el exterior del juzgado a que terminara la vista, acompañados de un importante despliegue policial.

Desde la representación legal de Juan Paulo Giménez se mostró ayer su “asombro” por la “celeridad” en dictarse sentencia y se recordó que “están pendientes” de resolución unas querellas contra la jueza instructora y la fiscal. Se añade que “se ha condenado sin que consten en la causa los proyectiles extraídos de los cuerpos de los lesionados” y que “no se han respetado los principios de contradicción y derecho de defensa”.