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Las agresiones homófobas repuntan en la ciudad pero no se denuncian “por miedo”

El Centro de Información a la Diversidad y Sexualidad de Pontevedra recibió consultas por insultos en la calle y situaciones de LGTBIfobia en el entorno escolar y hospitalario

Concentración por el asesinato de Samuel Luiz. | // RAFA VÁZQUEZ

El miedo a no recibir ayuda o a sufrir una discriminación aún mayor son los principales motivos por los que las personas que sufren agresiones homófobas no lo denuncian ante la Policía. En Pontevedra, al igual que en el resto del estado español, los casos de odio por la orientación sexual o identidad de género han repuntado en los últimos años, pero esto no se ha visto reflejado en las denuncias interpuestas, ya que en la ciudad no se ha registrado ninguna.

“Existen infradenuncias”, reconocía en una entrevista con FARO la coordinadora del Centro de Información a la Diversidad y Sexualidad (Cides) de Pontevedra, Ada Otero. Se refiere con esto a personas que sufren transfobia y homofobia, pero que no se atreven a denunciarlo “por temor a no recibir ayuda”. Se trata de temores que derivan de malas experiencias en instituciones públicas y también a la percepción de que existe falta de sensibilidad con la realidad LGTBIQ+ por parte de los jueces.

Otero indica que muchos de los usuarios del centro han recibido un mal trato en oficinas de atención o el Sergas. “Las malas respuestas cuando personas del colectivo tramitan cambios de documentación, como es el caso del DNI, permanecen sin erradicar”. “Lógicamente hay más conciencia social, pero los casos siguen existiendo”, aclara.

El asesinato del joven Samuel Luiz en A Coruña la madrugada del pasado 3 de julio tras recibir una paliza por parte de varias personas mientras le llamaban “maricón” ha servido, tristemente, para dar visibilidad a estos casos de homofobia a los que se enfrenta el colectivo desde hace años. Además de los problemas con las instituciones públicas, en el Cides han tratado casos de LGTBfobia sobre todo en entornos escolares y hospitalarios.

“También tenemos casos de personas que han recibido insultos por la calle, incomprensión y situaciones bastante dramáticas en sus propias familias y hoy en día es bastante habitual el acoso en redes sociales. Desgraciadamente no es habitual por parte de las personas usuarias que se planteen siquiera el llevar a cabo denuncias de ningún tipo. Normalmente se intenta antes hablar con los responsables de los centros, con las madres y padres, etc para buscar alguna solución, pero acudir a la Policía no es algo que se estime”, reconoce Ada Otero.

En cuanto al mal trato en el ámbito sanitario, tal y como explican desde el Cides, se suele producir sobre todo con personas trans y se han llegado a presentar quejas en los centros correspondientes, porque se buscan otras vías antes que la denuncia policial.

“Tuvimos un caso de una persona que nos contactó de forma específica para contar que había sufrido insultos en la calle, las demás situaciones suelen formar parte de la historia que nos cuentan cuando vienen por otros temas y es entonces cuando relatan estos episodios, como por ejemplo en los grupos de apoyo”, comenta Ada Otero.

El Cides se creó en marzo de 2020 y en este casi año y medio de actividad ha recibido más de 80 consultas sobre diversidad sexual en la ciudad. “La inmensa mayoría de consultas fueron de acompañamiento y formación”, explica la coordinadora.

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