La azotea del edificio que hace esquina entre la calle Ferreiros y Arzobispo Malvar era ayer objeto de la curiosidad de los viandantes que paseaban por la plaza de España de Pontevedra. Y es que en lo alto de inmueble en donde se sitúa una conocida bocatería se podía contemplar un graffiti “imposible”. Con una altura de ocho pisos, contabilizando el bajo y la azotea, en lo más alto de la fachada se puede apreciar la pintada que un graffitero o graffitera hubo de realizar, al menos, sin ningún temor a las alturas, ya que la vista impresiona por sí misma teniendo los pies en la tierra.