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Carrefour ya es historia en A Barca

El supermercado ya ha vaciado sus instalaciones, que podrá ocupar ya Eroski

Varios vecinos, ayer, ante el local vació en el Centro Comercial A Barca. | // GUSTAVO SANTOS

El supermercado Carrefour ya ha vaciado las instalaciones que hasta ayer ocupaba en el Centro Comercial A Barca, después de haber cerrado sus puertas el pasado 12 de junio, tal y como había anunciado a sus trabajadores y al resto de comerciantes del centro. Tras finalizar su contrato de arrendamiento, a partir de hoy mismo Eroski podrá empezar a trabajar en la adecuación del local para la instalación de su nuevo híper, que todo apunta a que abrirá a finales de este mismo año, aunque los más optimistas confían en que las obras estén finalizadas en algo más de dos meses, en septiembre.

Tal y como estaba previsto, la empresa ha reubicado al 100% de su plantilla en otros supermercados de la zona. Concretamente, en Vigo, Sanxenxo y Santiago, y ha ofrecido a su más de medio centenar de empleados un plus de transporte, por este desplazamiento de su puesto de trabajo habitual, durante al menos un año.

Mientras se llevan a cabo las obras de acondicionamiento de Eroski, está previsto que el centro comercial organice algunas actividades de dinamización para atraer a clientes en verano, aunque todavía no ha trascendido en qué consistirán.

Y es que el supermercado es uno de los principales atractivos de A Barca y arrastra a muchos clientes a otras tiendas, por lo que el resto de locales del centro comercial temen que la obra se alargue demasiado y la situación se pueda complicar.

El Centro Comercial A Barca dice definitivamente adiós a más de 30 años con la empresa después de que se instalara Champion. Previamente la cadena de supermercados de confianza de los poienses fue Simago, el buque insignia de uno de los primeros centros comerciales de la comarca que abrió sus puertas en 1989. Más tarde pasó a ser Carrefour desde 1999. Así han pasado los años por una de las primeras grandes superficies de alimentación que llegó cuando los poienses aún acostumbraban a comprar en las pequeñas tiendas de barrio.

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