Muchas veces la salud se ve condicionada por la economía. Una realidad que conocen muy bien los pacientes oncológicos que tienen que hacer frente en su día a día a problemas como la disminución de los ingresos, el aumento de los gastos, la imposibilidad para hacer frente a las facturas corrientes, llegar a fin de mes o sobrevivir con apenas 400 euros mensuales. Y es que estas son sólo algunas de las consecuencias derivadas del diagnóstico del cáncer que provocan pobreza y desigualdad en España.
Según un informe de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), “Pobreza, COVID y cáncer: un triple frente para los más vulnerables”, esta situación de extrema vulnerabilidad afectaría a más de 130.000 pacientes en España. En la provincia de Pontevedra, por cada 100.000 desempleados se detectan 174 nuevos casos de cáncer y 270 casos por cada 100.000 autónomos. Cuando se habla de trabajadores con rentas menores o iguales al Salario Mínimo Interprofesional (SMI), por cada 100.000 se detectan 107 nuevos diagnósticos.
“Si ya de por sí es duro tener que encajar un cáncer, sacar a tu familia adelante con 420 euros mensuales se vuelve insufrible”, explica la Carmen Abeledo, presidenta de la AECC Pontevedra. Es por todo esto que ayer la Boa Vila fue escenario de un gran despliegue de voluntarios y voluntarias. Fueron más de 100 personas y 23 mesas conformadas por miembros de la AECC y voluntarios, como militares de la Brilat o escolares del Colegio SEK Atlántico, Los Sauces y el Sagrado Corazón. Todos ellos dispuestos a dar a conocer esta realidad a la sociedad, además de concienciar sobre “la necesidad de ser solidarios y colaborar ayudando” para paliar la pobreza y desigualdad que va aparejada al cáncer.
Carmen Abeledo recuerda que el año pasado la AECC realizó en la provincia de Pontevedra un total de 19.162 intervenciones, de las cuales 3.348 fueron a nivel local, “gracias a los fondos recaudados”, que permiten dotar a pacientes y familias de servicios de atención social (783 intervenciones), como asistencia de orientación e información, ayudas económicas o préstamos de material ortoprotésico; así como atención psicológica (1.002 intervenciones) y voluntariado (1.189I), entre las que se incluyen acciones de acompañamiento en hospitales, telefónicos o ayudas a domicilio.
El efecto de la pandemia
La pandemia del coronavirus supuso una barrera más en la ya de por sí difícil situación con la que tienen que lidiar miles de personas enfermas. Así, tal y como explica Abeledo, “desde diciembre del 2020, un 37% de las personas con cáncer han visto empeorada su situación”. El dato es aún más preocupante si se tiene en cuenta que un 16% de ese colectivo “ha tendido que realizar severos recortes, contraer deudas, o solicitar ayudas económicas”.
Sin embargo, y “gracias al esfuerzo de la sociedad pontevedresa”, la AECC ya ha llevado a cabo este año 5.520 intervenciones en 61 localidades de toda la provincia. “La ciudadanía de Pontevedra siempre ha mostrado su compromiso en la batalla contra el cáncer. Debemos de recordar que toda la ayuda de la asociación es gratuita y que esta es una lucha que nos concierne a todos”, expresó Carmen Abeledo.
La Diputada de Cultura e Igualdad, María Victoria Alonso Méndez, que también estuvo presente ayer en las mesas de la AECC, destacó “la importante labor realizada por la asociación en el apoyo a los pacientes y familias”, y reivindicó “la necesidad de romper con los tabúes que existen en torno al cáncer, porque no deja de ser una enfermedad para la que hay que colaborar colectivamente con investigación y recursos”.
Cuca Bevutini | Voluntaria de la AECC
“La sociedad necesita de solidaridad”
Cuca Bevutini es una de las voluntarias más veteranas de la AECC, “llevo más de 35 años ayudando y colaborando”, explica. Lo suyo es un auténtico acto de amor y sacrificio por los demás “me encanta contribuir con el bienestar de otras personas, todo tu esfuerzo es recompensado con la alegría que te transmite la gente a la que ayudas”.
Charo Estévez | Voluntaria de la AECC
“Ayudar me aporta vida y alegría”
Charo ha vivido en su propia piel la enfermedad del cáncer, por ello, conoce como nadie la importancia que tienen el apoyo y la solidaridad en la lucha frente a esta enfermedad. “Hay que ser consciente de que hay gente que lo está pasado muy mal, ayudar a esas personas es darles vida, pero también es darnos vida a nosotros mismos”, declara.
