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Un acusado de malos tratos advierte a su psiquiatra que "están a ver si me poden quitar a rapaza"

En un altercado con la Policía "él pensaba que los agentes se iban a meter en su relación"

La presidenta del tribunal de la Audiencia Provincial se dirige al acusado

“Están a ver si me poden quitar a rapaza”, dijo a su psiquiatra un pontevedrés acusado de los delitos de malos tratos, agresión sexual y amenazas a su expareja, al no aceptar su separación tras poco más de un año de relación. La doctora que se entrevistó en 13 ocasiones con este hombre explicó ante el tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra que el acusado le confesó que era muy celoso respecto a sus parejas. Le dijo incluso que sus dos relaciones anteriores se rompieron a causa de sus celos.  

En la última jornada del proceso contra este pontevedrés, la fiscal elevó la petición de condena, de los nueve años y cuatro meses iniciales a una pena de 10 años de prisión por el delito de agresión sexual con las agravantes de parentesco y discriminación por razón de género. La acusación particular coincide con esta petición de condena.

La fiscal añadió en sus conclusiones que el acusado actuó movido por el afán de seguir ejerciendo su control y dominación sobre la víctima, porque no aceptaba la ruptura y que la mujer pudiese estar con otro hombre.

"No aceptaba la ruptura y que la mujer pudiese estar con otro hombre"

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El acusado fue detenido en una ocasión anterior por resistencia a la autoridad en un conflicto con la Policía y la psiquiatra que lo trató explicó sobre este incidente que se debió a que el hombre pensaba que la Policía se iba a meter en su relación -según lo que el propio paciente le explicó- y que se trata de una persona insegura que ante situaciones de conflicto tiende al bloqueo y ese bloqueo le lleva a intentar huir. Explicó además que el acusado tiene tendencia a la pérdida de control, sobre todo si se encuentra bajo los efectos del alcohol y que tiene escasas relaciones sociales debido a su falta de confianza.

Según la acusación del fiscal, el procesado mantuvo una relación sentimental con la víctima durante aproximadamente un año y dos meses, de los cuales convivieron unos ocho meses en el domicilio de ella, en Pontevedra. La mujer dio por finalizada la relación el día 27 de abril de 2019, sin que él lo aceptase, por lo que acudió en los días posteriores a su domicilio con intención de retomar la relación.

Sobre las 7.30 horas del día 2 de septiembre de 2018, estando vigente la relación sentimental entre ambos, el procesado se encontraba con la víctima en el interior de un vehículo de camino a su domicilio cuando, tras comenzar una discusión con la misma, "le dijo que era una puta", y detuvo el vehículo en una calle de Pontevedra, en donde con intención de menoscabar la integridad física de la mujer, le propinó dos bofetones en la cara, sin que se produjesen lesiones.

Le dijo a la mujer que le iba a prender fuego a la casa con los hijos de ella dentro

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Asimismo, en fecha no determinada, pero en todo caso durante la relación sentimental, el procesado con intención de atemorizar a la mujer le manifestó que le iba a prender fuego a la casa con gasolina y con los hijos de ella dentro.

Ya finalizada la relación, el día 17 de mayo de 2019, sobre las 07.30 horas, el procesado, tras ver pasar en su coche a la mujer por Pontevedra, la siguió hasta su domicilio. Una vez allí, tras insistir en que le abriese la puerta, y negarse ella, rompió el cristal de la puerta motivando que la mujer le abriese y lo dejase pasar. Una vez en el interior de la vivienda el procesado le propuso mantener relaciones sexuales a lo que ella se negó, por lo que él, con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, agarró de las muñecas a la mujer y la llevó hasta la habitación, donde tras un forcejeo la echó sobre la cama, le quitó el pijama y las bragas y la agredió sexualmente, mientras la mujer le decía que no lo hiciese y trataba de cerrar las piernas para que no la penetrara. El acusado dijo a la mujer que se estuviese quieta y que pensase en sus dos hijos. Una vez finalizado el acto sexual el procesado le dijo a la víctima que no pensara en denunciarlo que si no lo iba a pasar mal, fingiendo entonces ella que todo estaba bien para que él se marchara, lo que hizo sobre las 11 de la mañana. A consecuencia de estos hechos, la víctima sufrió varias lesiones.

Junto con la pena de cárcel, la Fiscalía pide que se le impongan ocho años de libertad vigilada tras su salida de prisión, manteniendo además la orden de alejamiento durante año y medio más del tiempo que pase encerrado. 

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