Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

César Portela | Arquitecto, nuevo numerario de la RAGC

“No solo hacemos mala arquitectura, sino que llenamos de eucaliptos Galicia”

“No creo que hayamos aprendido la lección de la pandemia: volveremos a la especulación”

El arquitecto César Portela, ayer en su estudio. | // GUSTAVO SANTOS

“Ha sido una sorpresa y una alegría que me invitasen”, señala César Portela a propósito de su ingreso en la Real Academia Galega de Ciencias (RAGC), una institución, explica, “donde conozco a algunos miembros, incluso con algunos colaboré profesionalmente, y son gente muy competente, así que es un orgullo formar parte de la Academia”.

–En su discurso de ingreso reivindicó el papel de las ciencias y el arte

–Si, creo que la arquitectura no solo tiene que ser bonita, sino que tiene que ser buena. Y buena… Es difícil hacer arquitectura buena si no tienes en cuenta factores científicos, como si la estás haciendo en un sitio con una topografía determinada; si la estás haciendo en un sitio que hace un clima determinado, si llueve mucho o hace sol. Y también es difícil hacerla sin tener en cuenta la consistencia del terreno en el que la apoyas y la calidad y consistencia de los materiales que empleas. Si no tienes eso en cuenta vas a hacer una arquitectura que a lo mejor es aparentemente bonita pero tienes frío dentro, no tienes calor, o tienes goteras o se te cae la casa a los cinco años de hacerla. Por eso es muy importante en arquitectura ser capaz de soñarla, imaginártela, soñar con que vas a hacer y hacer una cosa muy bonita, pero que al mismo tiempo tenga calidad.

Se hace muy buena arquitectura, buena, regular, mala y muy mala. Pero eso creo que se hizo siempre, lo que sucede ahora es que la cantidad de arquitectura mala que se hizo es mayor, mucho mayor, que la arquitectura buena

decoration

–¿Qué opina de la arquitectura que se hace en la actualidad?

–Se hace muy buena arquitectura, buena, regular, mala y muy mala. Pero eso creo que se hizo siempre, lo que sucede ahora es que creo que la cantidad de arquitectura que se hizo es mayor, mucho mayor, que la arquitectura buena. Y eso es un defecto de la gente, que no puso énfasis en construir bien. Antiguamente cuando uno se hacía una casa en el rural lo primero que tenía que pensar es en que cumpliera esas funciones que tenía que cumplir para poder vivir cómodamente allí. Y el que se hacía un pazo además tenía cultura y, más allá de que fuese un poco más ostentoso, el resultado tenía una calidad, y un gusto y unos jardines bien diseñados, y unas fachadas. Pero vino una época más reciente, a la que nos referimos ahora, que en lugar de primar la calidad lo que primó fue la especulación.

Prefiero no hablar de estilo, sino de si es buena o mala arquitectura. Y hubo una época en la que primó la especulación y otra en la que lo hizo la racionalidad, las necesidades verdaderas y el gusto para resolverlas

decoration

–También señala al desnorte de muchos particulares

–El desnorte, sí, de la gente, primó la especulación y desnorte. Porque los hay que se hacen una casa para sí mismos, frente al mar, y se hacen una casa ciega; y en cambio abren a la carretera donde tienen ruido. Es una falta de norte, de criterio, algo que es muy importante, porque cuando haces una casa, además de tener claro cuáles son tus gustos, necesidades, cómo quieres vivir etc, al mismo tienes que buscar sacarle el mayor partido posible. Y eso no es solo lo que está dentro de los muros sino también todo lo que ves desde tu casa: que hagas una casa que te crees que está muy bien porque tienes muchos lujos y cuartos de baño y después dejas unas fachadas horribles, o con bloques de hormigón o todo eso, pues significa no solo que tu no tienes criterio sino que perjudicas a todos los que pasan por delante de tu casa y tienen que ver esa mamarrachada. Por eso prefiero no hablar de estilo sino de si es buena o mala arquitectura. Y hubo una época en la que primó la especulación y otra en la que lo hizo la racionalidad, las necesidades verdaderas y el gusto para resolverlas.

–Al ingresar en la RAGC incidió en que la arquitectura tiene que sublimar la naturaleza…

–En Galicia la estamos desaprovechando, estamos desaprovechando ese gran factor que es el paisaje. Cualquier carretera que cojas por ahí, cualquier corredoira, es un lujo, es como estar en un parque. No sabemos sacar partido de eso, y no solo hacemos mala arquitectura sino que llenamos de eucaliptos Galicia, cuando hay un clima y una tierra que nos permite tener una maravilla de plantaciones, de soutos de castiñeiros, de carballeiras, de árboles frutales.

En Galicia nos creemos que el paisaje es infinito y no lo es... Merecía más consideración

decoration

–En Galicia parece que creemos que el paisaje, el territorio, es infinito

–Claro, nos creemos que es infinito, y no lo es. Este mundo no es infinito, lo que sucede es que alguien ya se está dando cuenta de que esto no es infinito, que se puede acabar, que puede no dar, que si lo destruimos no quedará mundo para los que vienen detrás. El paisaje merecía más consideración.

De vez en cuando una pandemia nos recuerda lo importante que es haber hecho una casa donde hayas tenido en cuenta que la riqueza espacial es muy importante. Porque cuando tienes que vivir en tu casa y no puedes salir, se agradecen techos altos o un balcón

decoration

–¿La pandemia nos ha hecho recordar la importancia de todas estas cuestiones?

De vez en cuando una pandemia como esta nos recuerda lo importante que es haber hecho una casa donde hayas tenido en cuenta que la riqueza espacial es muy importante. Porque cuando tienes que vivir en tu casa y no puedes salir, como nos ocurrió, agradeces tener unos techos altos o poder abrir el balcón y que te entre la luz. Esas cosas uno se da cuenta cuando se producen momentos críticos, como éste. Y gente que, por el mero hecho de vivir en Madrid, se creía la quintaesencia, y hoy está deseando irse al rural, porque falta vegetación, faltan árboles, parques, jardines... Por eso es muy importante tener todo eso y cuidarlo para disfrutarlo todos los días, haya o no pandemia. Y también soportales, para pasear cuando llueve; o galerías para poder estar en el exterior protegido y asomarte; o un patio donde puedes encontrarte con los vecinos sin tener que coger el metro o conducir 50 kilómetros. Creo que esas cosas son muy importantes.

–¿Considera que hemos aprendido la lección?

–No, creo que no. Y es una pena que no la aprendamos, debíamos de aprenderla. Hay gente que la aprende, claro, y otra que ya la sabía, pero me parece que mucha gente no ha aprendido la lección de la pandemia y vamos a volver a la especulación, va a primar el factor especulativo… La condición humana es como es; y por eso es muy importante la educación, para intentar variar eso en una dirección positiva; es muy importante la cultura.

Lo importante para hacer una buena arquitectura es que el que necesita que se construya eso, sea una casa, palacio escuela, que el que la encargue sea un buen propietario. Es lo más importante en arquitectura

decoration

–Porque ¿al recibir el encargo de un proyecto cuánto de importante es que el futuro propietario tenga cultura?

–Es lo primero. Dicen “para hacer una buena casa hace falta un buen arquitecto”. No, cuidado, lo primero es un buen propietario, que sepa lo que quiere; y que sabiendo muy bien eso, que lo que quiera sea una cosa lógica y sensata. Todo eso es lo primero, y después hace falta un buen arquitecto y un buen constructor, pero lo importante para hacer una buena arquitectura es que el que necesita que se construya eso, sea una casa, palacio escuela, que el que la encargue sea un buen propietario. Es lo más importante en arquitectura.

–¿La buena arquitectura es terapéutica?

–Sí, hay espacios donde tu te sientes muy bien; hay lugares que se llaman sanatorios, no solo porque hubiese médicos sino porque te sanaba estar en Carballiño, en el Balneario, salir al parque, ver el río y estar allí una semana tranquilo. Yo creo que la buena arquitectura es terapéutica.

Compartir el artículo

stats