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El comercio local recupera oxígeno

El fin del estado de alarma levanta el ánimo de los comerciantes pontevedreses, que “poco a poco” van aumentando las ventas y que celebran el Bono Comercio de la Xunta

La actividad regresa a la tienda Quomo de Pontevedra. | // RAFA VÁZQUEZ

Miguel Fontenla despacha tras el mostrador de la librería D-lectum en la calle Rosalía de Castro a una mujer que busca un libro para regalar. Con vivacidad se mueve entre las decenas de estantes de su comercio en la dulce búsqueda de una novela de fantasía. Segundos después, un nuevo cliente entra en el establecimiento para ojear unos ejemplares. Miguel, hace un gesto de saludo y le da bienvenida. Hace un año esta escena no llamaría la atención de nadie, y puede que ni siquiera mereciera publicarse en un periódico; pues, no constituye ninguna novedad noticiable. Pero las cosas han cambiado. Con una pandemia de por medio y tras meses de restricciones y cierres, la recuperación paulatina de la actividad económica en los negocios de la Boa Vila vuelve a ser noticia.

El comercio local recupera oxígeno

“El fin de las restricciones sanitarias, del horario reducido y la llegada de los primeros visitantes están volviendo a relanzar el comercio”, relata Miguel. Un pequeño alivio al que tratan de agarrarse con fuerza los comerciantes, y que esperan se afiance en el futuro. “El crecimiento es muy lento, pero la llegada del verano y con ello la de los turistas presenta un horizonte un poco más favorecedor”. En su sector, Miguel, confiesa sentirse “un poco más contento con el resultado de las ventas,” ya que el confinamiento “contribuyó al aumento de la lectura, algo que no ha disminuido tras el fin de estado de alarma”.

Al igual que él, Fernando Iglesias, al frente de la Librería Baroja, donde además de libros vende prensa y artículos de entretenimiento, manifesta “notar un repunte de las ventas durante y después del confinamiento”. “Yo pude abrir en los meses de encierro y comprobé que la gente venía mucho más a por pasatiempos, cuadernos de actividades para niños, y libros”. Una tendencia que a día de hoy no se ha revertido y que llena de esperanza, al menos, al sector de los libreros.

Libreros como Miguel Fontenla celebran que la pandemia “contribuyó al aumento de la lectura, algo que no ha disminuido tras el fin de estado de alarma”.

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En el ámbito del textil prefieren “olvidar los duros momentos vividos el año pasado”. María Begoña Miguel, propietaria de Mepiachi, llegó a “pensar en cerrar la tienda”. En su negocio, situado en la calle Oliva, trabaja sobre todo ropa para eventos, vestidos o trajes, a los que a raíz de la suspensión o atraso de las graduaciones, bodas, bautizos o comuniones “no pude dar salida”.

El comercio local recupera oxígeno

“El año pasado era impensable la celebración de actos multitudinarios, y con los aforos tan reducidos la gente decidió cancelar sus bodas o graduaciones, teniendo un efecto muy negativo en nuestras ventas”, explica. Una situación que cuesta recordar y que espera no se vuelva a repetir “nunca más’’. “Me obligo a ser positiva. Confío en que la situación sanitaria no vuelva a descontrolarse y que los eventos puedan volver a ser seguros”.

Del mismo modo, la pandemia fue para los estudios de fotografía un gran mazazo. Las bodas, bautizos y comuniones suponen la mayor parte de los ingresos de estos establecimientos. Ingresos que descendieron vertiginosamente el año pasado. “

A día de hoy parece que la gente recupera la confianza. Antes no querían celebrar bodas, porque no podían hacer la celebración que deseaban, acompañados de sus familiares, ante el escaso número de asistentes que entonces estaba autorizado”, comenta José Luis Salgueiro en su estudio FotoSkype Studio, en las Galerías Oliva.

Al igual que Begoña ha comenzado a “recuperar la actividad” y cree que “poco a poco” el sector “cogerá impulso”.

Fue tras el fin del confinamiento cuando los pequeños comerciantes pudieron levantar por fin la persiana. Si bien, la realidad que se les presentó fue totalmente distinta a la que conocían hasta el momento. Sin turistas, ni visitantes locales. Con ciudades sitiadas para evitar la propagación de la pandemia. Con las compañías de venta on-line, como Amazon, en auge ante la reticencias de la sociedad a entrar en espacios cerrados. Con las esperanzas, en definitiva, por los suelos, esperanzas que empiezan a recuperar ahora.

Las web, el futuro



“La lucha con las grandes compañías es una constante en nuestro día a día”, explica Andrea Lamelas, propietaria de Creciendo juntos Elvi, un negocio de moda y calzado infantil en las Galerías Oliva. Sin embargo, el tiempo que de manera forzada se tuvo que pasar en casa motivó nuevas ideas que permitieron al comercio reinventarse.

“La verdad es que ya llevaba tiempo pensando en crear mi propia wed para venta on-line, pero no fue hasta el confinamiento cuando me animé a dar el paso definitivo y está siendo un éxito”, relata Andrea. Como ella, José Luis Salgueiro comenta desde su estudio de fotografía que “actualmente la tienda on-line supone un 60% de sus ventas”. José Luis comenzó a trabajar en la gestión de su web en el año 2019 y pudo comprobar como la pandemia “significó el auge de la digitalización”.

También los propietarios de la comercio de moda Quomo, en la calle Olivia, decidieron “crear una página web a través de la cual dar servicio a nuestros clientes más fieles que, durante los meses de confinamiento, siguieron interesándose y dando apoyo a nuestros productos”. Una iniciativa que surgió de una necesidad y que ahora “es un elemento esencial para el negocio”.

Un impulso a la reactivación del comercio de proximidad


Las distintas administraciones públicas también están dando apoyo al pequeño comercio, poniendo en marcha campañas de promoción y marketing para la reactivación. El “Bono Activa Comercio”, lanzado por la Xunta de Galicia, es un ejemplo de ello. Se trata de un sistema que ofrece descuentos a los consumidores para realizar compras en los comercios de proximidad y que ya han utilizado 110.000 personas en toda Galicia.

“El Bono está dando buenos resultados”, explicó Andrea Lamelas. “La gente se anima a comprar más. Si estaban pensando en llevarse un par de zapatos, a lo mejor deciden llevarse dos para poder utilizar los descuentos”. Del mismo modo, en Quomo se muestran contentos con los resultados de está acción. “No hay día que no venga gente a utilizarlo. Son estas campañas las que ayudan a hacer consumo en el pequeño comercio”.

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