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Otro "jarro de agua fría" a la vía verde

Una marcha reivindicativa por la vía en desuso en demanda de la senda verde. Gustavo Santos

La vía verde entre Pontevedra y Arcade que los concellos de la zona, entidades vecinales y colectivos ciclistas demandan desde hace casi una década, vuelve a recibir un jarro de agua fría. El Ministerio de Transportes, que siempre se ha manifestado contrario a ese proyecto, acaba de dejar claro en el Congreso que no entra en sus planes. “El ministerio, a través de Adif (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) no puede, ni debe adoptar ninguna decisión al respecto al no tener encomendado realizar inversiones para impulsar vías verdes”. Así reza, literalmente, la respuesta a una pregunta del diputado gallego de Unidas Podemos Antón Gómez-Reino.

En su interpelación, fechada el pasado 18 de marzo, el parlamentario recordaba que “varios colectivos vecinales y ayuntamientos de la zona de Pontevedra, además de la Diputación, proyectan la creación de una senda peatonal y ciclista entre Pontevedra, Pontesampaio y Arcade, que atravesaría los términos municipales de Pontevedra, Vilaboa y Soutomaior. La idea es sumar ese tramo a otros entre Vilagarcía y Portas (ya abierto) y entre Vigo y Chapela (en fase de ejecución), con objeto de vertebrar un nuevo atractivo turístico para la zona que pueda repercutir en la dinamización de la provincia”.

“Se trata de un tramo de 15 kilómetros”, indicó el diputado, “que se asentaría en buena parte sobre las viejas vías del tren, que llevan años en desuso”. La vía verde se sumaría a los tramos ya aprobados, con el que se completaría un trazado de 56 kilómetros de senda peatonal y de bicicleta entre la ciudad olívica y Vilagarcía de Arousa.

Iniciativa municipal

El tramo por Caldas fue ejecutado por los concellos y la Diputación, mientras que el recorrido vigués lo ejecuta el municipio olívico, ya que el Gobierno “no tiene encomendados” esos proyectos. Por tanto, deja totalmente en manos de la administración local (Concellos y Diputación), la puesta en marcha de esta vía verde. Al respecto, el ministerio se limita a apuntar que “cuando se dan las condiciones requeridas, se facilitan las mismas, ya que se trata de un buen uso para unos terrenos sin utilidad ferroviaria”.

Son esas “condiciones requeridas” las que mantienen el veto al proyecto pontevedrés. Y es que la vieja línea férrea entre la capital y Arcade todavía figura como de interés para Adif, pese a que está abandonada, sin atención alguna y sin uso, desde 2013, cuando, entró en servicio la doble vía del Eje Atlántico entre Pontevedra y Pontesampaio y dejó de utilizarse el antiguo trazado. Han pasado ocho años sin que ningún convoy circule por esas abandonadas vías, pero Fomento se resiste a desprenderse de ellas. En diciembre de 2018 el entonces Ministerio de Fomento “informó al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) de que no es posible la desafectación de este tramo, debido a que en la planificación se contemplaba la reutilización de esta línea en el caso de cambio de ancho del eje atlántico de alta velocidad”, apuntaba un acta del Congreso de principios de 2019, y continúa en la misma situación.

No obstante, ya se adelantaba la opción que vuelve a apuntar ahora el Gobierno: que sean los concellos los que ejecuten la obra ya que se autorizaba a Adif a “analizar la posibilidad de efectuar una concesión administrativa del tramo a los ayuntamientos u otra fórmula similar, siempre y cuando sea posible recuperar la infraestructura ferroviaria para su uso si así fuera necesario”. Pero esta opción obligaría a prever la recolocación de las vías, como alerta Adif, una solución que ningún concello aceptaría. De hecho, se establecías unas condiciones difíciles de cumplir, como “que los ayuntamientos estuvieran en disposición de deslindar ambas líneas (la vieja y la actual) y construir cerramientos de separación, con los condicionantes técnicos y de seguridad que les puede exigir Adif”.

Desafectación

Se añadía que “al no darse la desafección para el uso ferroviario en este tramo entre Arcade y Pontevedra, correspondería a Adif analizar, conjuntamente con los ayuntamientos interesados, las fórmulas jurídicas que dieran soporte a una iniciativa de este tipo, considerando los criterios sobre recuperación para su uso como infraestructura ferroviaria con carácter previo a los trámites de cesión”.

Por tanto, la vía verde permanece totalmente paralizada porque nadie estaría dispuesto a ejecutarla con la condición de levantar las obras cuando Adif lo necesitase.

Está a punto de cumplirse un año desde que, en agosto de 2020, se abrió la Vía Verde do Salnés, promovida por los Concellos de Vilagarcía, de Arousa, Caldas de Reis y Portas y la Diputación, y la primera senda por el antiguo trazado ferroviario, que discurre íntegramente por territorio gallego.

A principios de este año 2021, aquellos concellos, junto con los de Barro y Pontevedra, acordaron ampliar el trazado inicial del tramo de O Salnés para llegar hasta la capital. Esta gran senda, que en su conjunto sumaría 24 kilómetros de longitud, aprovecharía el trazado ferroviario en desuso, vías forestales y de la parcelaria, e incluso algún tramo del Camiño de Santiago.

La iniciativa parte ya de los 9,2 kilómetros de la Vía Verde do Salnés que están operativos , pero la diferencia entre ambos itinerarios es que la Vía Verde discurre íntegramente por el tramo ferroviario en desuso, y el nuevo trazado aprovecha alguna parte de las viejas vías del tren, como el puente sobre el río Lérez y un antiguo túnel. El resto se salvaría aprovechando sendas forestales y de la parcelaria, ya abiertas.

Dos propuestas de trazado

El pasado septiembre, el edil pontevedrés de Desenvolvemento Sostible e Medio Natural, Iván Puentes, propuso a la asociación Pedaladas colaborar en el diseño de una ruta que permita unir la senda Vilagarcía-Portas con la posible vía verde entre Pontevedra, Pontesampaio y Arcade, por el viejo trazado ferroviario. El colectivo vecinal que promueve el uso de la bicicleta acabó presentando dos, uno de ámbito municipal, que ya entregó al Concello de Pontevedra, y otro más ambicioso, de extensión provincial, que hizo llegar a la Diputación de Pontevedra.

Pero la posibilidad de hacerlo depende de que se desafecten las viejas vías del tren y entregárselas a las administración local, una decisión que no se adoptará antes de concluir toda la planificación de la alta velocidad ferroviaria de Galicia. El de trazado municipal discurriría entre Pontesampaio y el linde Pontevedra con Portas, pasando por Vilaboa. El segundo, más ambicioso, conectaría con las sendas previstas en Vilagarcía de Arousa en la parte norte y con la de Vigo por el sur de la provincia. Ambos proyectos tienen un bajo coste de ejecución, dado que las sendas ya están hechas, entre vías de tren abandonadas y caminos rurales.

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