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Venta de Santa Clara: final feliz tras casi cuatro años de negociaciones

El claustro del convento de Santa Clara, cerrado solo por dos lados. | // RAFA VÁZQUEZ

Un día histórico para Pontevedra”. El alcalde, Miguel Fernández Lores, no ocultaba ayer su satisfacción en la comparecencia en la que anunció que el Concello compra el convento de Santa Clara por 3,2 millones tras cuatro años de negociaciones con la congregación de las clarisas, que en 2017 dejó el cenobio.

Éste pasa ahora a patrimonio público. Por el momento hay un “preacuerdo verbal”, detalló el regidor, que se concretará en un proceso de largos meses. Afecta a los edificios, la huerta y el muro, mientras que el destino de los bienes muebles “está por decidir” ya que por el momento las monjas no han determinado si se incluye en la venta.

Se trata de elementos de relevancia, como el retablo, el órgano o el coro que, reconoció Fernández Lores, “nos gustaría que se quedasen para Pontevedra” y algunos son “de difícil traslado”, pero en todo caso la decisión depende “de las clarisas y también de Patrimonio”, recordó.

Con el anunció de ayer se completaba una larga negociación iniciada a finales de 2017, cuando las monjas dejaron el convento. A partir de ese momento el objetivo prioritario, añadió, era “liderar la recuperación del patrimonio arquitectónico y ambiental del convento como espacio de uso público”. El alcalde y el ex concejal y abogado Vicente García Legísima iniciaron en ese momento en Santiago los contactos con la Iglesia, que se intensificaron en los dos últimos años (con negociaciones a cargo de los ediles Anabel Gulías y Xaquín Moreda) una vez que la congregación decidió “que iban a abandonar definitivamente” el cenobio.

“Pontevedra tendrá la oportunidad de hacer una gran operación urbanística, a la altura de lo que pudo ser a mediados del siglo XIX, de la mano de Sesmeros, cuando se incorporaron la Alameda y Las Palmeras a la trama urbana”, señaló el regidor

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“Pontevedra tendrá la oportunidad de hacer una gran operación urbanística, a la altura de lo que pudo ser a mediados del siglo XIX, de la mano de Sesmeros, cuando se incorporaron la Alameda y Las Palmeras a la trama urbana”, señaló el regidor.

Queda por delante un proceso administrativo reglado que “comenzaremos en estos días” y se prolongará previsiblemente varios meses. El Concello realizará “un pago único” que se incluirá en la siguiente “modificación de crédito” y se abordará con “dinero de recursos municipales”. De este momento, el convento será propiedad municipal, aunque el alcalde reconoció las negociaciones con la Diputación, que incluye al cenobio entre los potenciales edificios a incorporar al Museo.

El alcalde considera el precio "ajustado" y subraya que “la clave es que es un valor justo de mercado. El mercado es el mercado y desde el punto de vista municipal la operación es beneficiosa”

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La cuantía que abonará el Concello “está ajustada al precio de mercado”, señaló el regidor a propósito de una operación que sumará al patrimonio público más de 12.000 metros cuadrados, de los que cerca de 10.000 se corresponden a la huerta. Ésta fue una de las grandes sorpresas para los 150 vecinos (más de 400 quedaron en espera y las entradas se agotaron en solo 1 minuto) que tuvieron la oportunidad el pasado verano de visitar el convento en el marco de la Semana do Patrimonio Invisible.

Oasis a unos metros del tráfico

Está situada en una cota inferior a la calle ya que el muro tiene 6 metros de altura por la plaza de Barcelos y 8 hacia el interior. Está arbolada, incluye emparrados, viñedos y constituye todo un oasis a solo unos metros del tráfico. “Desde el primer momento”, señaló Fernández Lores, el gobierno local se plantea abrirla a la ciudadanía, y que “todos los pontevedreses puedan disfrutar de este espacio en el centro de la ciudad”.

“Estoy convencido de que es un acuerdo muy bueno para Pontevedra”, aseguró el regidor, tras una negociación que calificó de “dura y firme” por parte del concejal de Patrimonio Histórico, Xaquín Moreda, que encabezó y llevó a buen término este tramo final de las conversaciones con la congregación religiosa.

Ésta ha establecido ciertas limitaciones relativas al uso de la iglesia, en el sentido de que no se celebren en el templo actos que pudiesen chocar con las creencias de las clarisas.

Por lo que respecta a las negociaciones sobre el precio, Xaquín Moreda incidió en que “no hubo regateo, hubo propuestas y las dos partes negociamos de forma seria”. Tampoco se produjo un baile de cifras, y el alcalde subrayó que “la clave es que es un valor justo de mercado. El mercado es el mercado y desde el punto de vista municipal la operación es beneficiosa”.

Xaquín Moreda incidió en que “no hubo regateo, hubo propuestas y las dos partes negociamos de forma seria"

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Sumar unos 10.000 metros cuadrados de huerta en una zona colmatada del centro y sin posibilidad de abrir nuevas zonas verdes “puede esponjar la ciudad”, destacó Fernández Lores, en un área “sobredimensionada” que perimetra al convento “y en la que o lo haces así o no hay otra posibilidad”.

Para hacer visitable la huerta se estudiarán ahora diversas alternativas, que también tendrán que tener el visto bueno de Patrimonio. El principal reto es el acceso, ya que el actual edificio de Obras Misionales Pontificias, anexo al convento y por el que se situaría la entrada “natural”, no se incluye en acuerdo de compra ni está en venta.

Por su parte, la entrada lateral de carros no es accesible por la pendiente, así que los técnicos tendrán que evaluar correcciones y alternativas para facilitar el acceso.

Para hacer visitable la huerta se estudiarán ahora diversas alternativas, que también tendrán que tener el visto bueno de Patrimonio, y uno de los principales retos será habilitar el futuro acceso

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Se trata en todo caso de uno de los cientos de aspectos a analizar en los próximos meses. En la primera inspección los técnicos municipales confirmaron el buen estado general de la iglesia y la muralla que rodea al convento, los elementos que más preocupaban inicialmente, y en adelante se realizará un estudio histórico y arqueológico para determinar elementos a retirar, como los bloques, uralitas etc incorporados en fechas recientes, y también para concretar cómo evolucionaron los edificios a lo largo del tiempo.

La superficie intramuros ocupa 12.606 metros cuadrados, de los que están edificados 5.417 (un total de 2.722 en planta baja, sumadas la iglesia y galpones). Se trata de un bien catalogado, de protección monumental, cuya construcción arrancó en los siglos XIV y XV, si bien sufrió diversas modificaciones a lo largo del tiempo. En el catálogo de la ciudad figura en la ficha 1 y se considera al cenobio “pieza clave en el entendimiento del conjunto histórico, extramuros a éste”, destacando “su permanencia en la evolución de la ciudad; fundado en 1.271, antes que San Francisco y renovada a principios del XIV”.


Lores: "En 22 años como alcalde éste es uno de los anuncios de los que me siento más orgulloso"


El 19 de julio de 2020 el convento de clausura de Santa Clara abrió sus puertas por primera vez en su historia a un grupo de ciudadanos. Deslumbrados, los participantes en la visita contemplaron una fuente que es casi una réplica de A Ferrería, el coro, el viñedo, un claustro singular cerrado solo por un lado... Y la solicitud al alcalde fue unánime, rescatarlo para patrimonio público. Así es que Fernández Lores no ocultaba ayer su entusiasmo al anunciar la compra.


“En los 22 año de gobierno municipal este es uno de los anuncios probablemente más importantes y de los que me siento orgulloso como alcalde”, señaló, “porque trabajamos por la ciudad, por el bien común, por la conservación del patrimonio, y mejoramos los equipamientos para los pontevedreses”.


El alcalde quiso transmitir a los pontevedreses, a petición de la congregación que lleva en Pontevedra desde el siglo XII y desde la Iglesia, que están “muy ilusionados” porque el convento pase finalmente “a manos públicas y quede para uso y disfrute” de la ciudadanía de Pontevedra.


Incidió también Fernández Lores en que “una operación de esta envergadura solo se puede llevar adelante con un gobierno con experiencia, estabilidad y solvencia”.


El titular del gobierno local destacó especialmente que “pocas operaciones de esta envergadura” se han llevado a cabo en la historia de la ciudad, menos aún que supusiesen la suma al patrimonio público de un edificio monumental de esta importancia. Recordó en este sentido el rescate de las Ruinas de Santo Domingo (salvadas in extremis a finales del XIX del derribo que pretendía el Concello) y, especialmente, “la apertura de la ciudad” que supuso la Alameda, equiparándola con la compra del convento de Santa Clara.


“La incorporación de 12.000 metros en el centro de la ciudad, pues pocas operaciones de esta envergadura”, señaló el regidor de la Boa Vila antes de matizar que “en el centro, ya imposible, al lado del centro histórico. Hubo otras operaciones interesantes como Campolongo o Tafisa, que también incorporaron patrimonio de suelo, pero no arquitectónico. La equiparo a la Alameda, Las Palmeras, las Ruinas y abrir la ciudad... Tiene ese calibre “.

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