El concejal de Urbanismo y Patrimonio Histórico, Xaquín Moreda acaba de supervisar los trabajos de colocación del crucero de Casas Novas, en Mourente, en un nuevo emplazamiento: una finca particular muy próxima al punto de la acera en el que se situaba originalmente. Este crucero, una pieza patrimonial catalogada, había sido dañado por el impacto de un vehículo en abril de 2017, quebrando el fuste y siendo retirado ante el riesgo de que el capitel se precipitara al suelo.

Conviene recordar que la causa del accidente, además de la restauración de la pieza también se puso encima de la mesa, por parte de la Asociación de Vecinos, la necesidad de colocarlo en un lugar más alejado de la carretera, de cara a evitar nuevos percances y garantizar su correcta conservación. Atendiendo la esta solicitud, el Concello había iniciado los trámites ante la Dirección General de Patrimonio para alcanzar la autorización pertinente para trasladarlo, que finalmente fue concedida, pero condicionada a que el crucero se mantenga en el mismo área. Para cumplir este requerimiento, un vecino cedió parte de una finca particular, situada la unos metros de la ubicación original.

El cambio de emplazamiento corrió a cargo de una brigada municipal que retiró de la acera la roca que servía de base al crucero y procedió a arreglar el espacio dejando un itinerario peatonal más accesible y seguro. Además acondicionaron la finca en la que una empresa especializada en trabajos arqueológicos colocó el crucero recién restaurado. La misma empresa especializada fue la que se encargó de la restauración de la pieza.

La reposición del crucero de Casas Novas se viene a sumar a la rehabilitación del crucero del atrio de la iglesia también en la parroquia de Mourente, que se había llevado a cabo en otoño de 2019. En aquel caso, también se había recuperado la rasante originaria del crucero, esto es, los tres escalones del basamento, ya que el primero de los escalones permanecía enterrado por la capa de asfalto del atrio de la iglesia. También en aquella ocasión, el Concello había solicitado ante la Dirección General de Patrimonio autorización para un pequeño desplazamiento en la ubicación del crucero, pero manteniéndolo dentro del mismo área. En el final de las obras, el vecindario había colocado en el interior una "cápsula del tiempo" con un documento en el que se recogía el "fito" tanto de la recuperación de la fisonomía original como del desplazamiento.