Cerca de 40 farmacias del municipio de Pontevedra, 77 de la comarca y casi 400 de la provincia iniciaron ayer el cribado COVID a jóvenes de 12 a 17 años que no manifiestan síntomas o casi son inapreciables.
La idea ha partido de la Consellería de Sanidade, que ha decidido contar con la colaboración del Colegio de Farmacéuticos de Pontevedra, que ya ofreció los test de saliva del un primer cribado dirigido a personas de 40 a 64 años de toda la provincia y en el cual se detectaron 76 casos asintomáticos.
Desde el órgano colegial, su presidenta, Alba Soutelo Soliño, reconoce que es el cribado “más difícil” al que se han enfrentado. “Todos hemos sido adolescentes y sabemos cómo pensábamos a esas edades, y, además, no entrábamos en las farmacias”, considera.
Es por ello que recalca que la demanda por parte de esta población tan joven va a depender de su entorno, especialmente del profesorado en los centros de estudio y los medios de comunicación.
Soutelo recuerda que “los niños y adolescentes son los mayores transmisores silenciosos” y hace hincapié en que es muy importante detectarlos debido a que “todavía hay muchos padres y abuelos sin vacunar”.
Es especialmente importante realizar ahora este cribado debido a la reincorporación a las aulas tras la Semana Santa. Es por ello que se contactará con los colegios e institutos de la provincia para solicitar su implicación en el llamamiento a la participación de los jóvenes.
En el caso de los chavales de 12 a 15 años, necesitan un consentimiento firmado por padres o tutores. En cuanto a los que tienen 16 o 17 años, solo tendrán que ir si deciden firmarlo ellos mismos.
Cada farmacia puede ofrecer un máximo de 20 test de saliva diarios. El farmacéutico le entrega el recipiente a la persona, que debe entregarlo a primera hora del día siguiente hábil con la muestra (en ayunas, sin beber ni lavarse los dientes) y siempre antes de las 10.30 horas.
